Adelaida
Logan estaba enfrente de mi, leyendo uno de los libros que había recogido en la biblioteca.
Los rayos del sol atravesaban la ventana, pegandole por un lado de la cara, teniendo una pequeña parte de su rostro de otro color.
Yo estaba igualmente, en el otro extremo, leyendo un libro sobre la historia de San Francisco. Tenía que apoyarme con libros para poder estar al corriente con la escuela en San Francisco.
Algunas veces, Logan me miraba pero apartaba inmediatamente la mirada, supongo que sólo estaba hechandome un vistazo.
La puerta del apartamento de Logan se abrió, dejando así mis pensamientos a un lado.
Un chico de la misma altura que Logan, castaño, de ojos color marrón claro, que vestía una sudadera verde con algún logo que desconocía, junto con unos vaqueros negros al igual que sus botas, había aparecido en el apartamento.
El se percato de mi presencia y miró a Logan con expresión de: ¿esta quien es?
— Harry, ella es Adelaida. — dijo Logan volviendo a mirar su libro.
Harry me miró y me dedico una sonrisa humilde.
— Hola, Adelaida. Perdóname por no presentarme inmediatamente, pero como dijo Logan, me llamó Harry —
— Es un gusto conocerte, Harry — digo con mi mejor sonrisa, y el igualmente me dedica la humilde sonrisa que caracteriza a Harry.
Se dirige a la cocina para poder agarrar algo de comida, ya que cuando regresa, trae unas galletas sacada de algún armario. Se sienta a un lado de Logan y comienza a leer junto con el, lo cual a Logan parece molestarle un poco y cierra el libro.
— Iré a comprar algo de comida, seguramente Harry ya se la acabo — dice Logan mientras se levanta de su asiento, se pone su chaqueta y abre la puerta para desaparecer en ella.
Quedándonos así Harry y yo solos, lo que fue un poco incómodo al principio, pero el rompió el silencio.
— Eres la primera chica que Logan trae aquí — dice Harry mientras toma asiento a un lado de mi.
— ¿De verdad? Creí que tenía muchas amigas con las que pasaba las noches. —
Harry solo se río y se acomodo para que pudiera verme mejor.
— El no es de esos chicos que se busca a cualquier chica para divertirse. Antes probablemente si era como dices, pero eso cambió desde que... —
Harry se detuvo un momento para pensar si en realidad debía decirme lo que tenía que decirme. Pero continuo.
— No se si deba decirte esto. El prefiere que no hablemos de esto. —
Lo mire a los ojos y al igual que el, me acomode para observarlo mejor.
— Logan y yo estamos intentando conocernos, así que cualquier cosa podría ayudarnos. — dije con una sonrisa en mi rostro.
El suspiro antes de hablar. Analizaba sus palabras y por fin habló.
— Logan es un chico atractivo que llama la atención de cualquier chica, el utilizaba eso para desahogarse, siempre dijo que necesitaba despejarse de todo. Eso duró aproximadamente 1 año, hasta que conoció a una chica que cambió su perspectiva. —
Tomó un gran suspiro y siguió hablando.
— Victoria... Nunca nos dijo como la había conocido, pero lo que sí nos dejó claro era que ella había cambiado todo para el. Se hicieron pareja, duraron mucho tiempo juntos. Victoria era una chica buena, era apropiada para el, no la conocí bastante pero la conocí lo suficiente, y entendí porque el la amaba. Pero todo eso acabó en un abrir y cerrar de ojos... —
Harry cerró los ojos con fuerza, apretando sus puños. Creo que sabía exactamente por dónde iba el camino, aunque no recuerdo muy bien.
Y desde ahí, nuevamente los recuerdos inundaron mi mente.
Era un día muy especial para la gente de nuestra escuela y por lo regular siempre planeaban una feria por la tarde para que toda la gente pueda asistir a ella.
Yo no era de las personas que asistían, creía que era algo aburrido. Pero mi hermano siempre asistía a ella junto a su novia, Sofia. Y por supuesto, siempre me invitaba para que fuera con ellos, pero me negaba.
— Hermana, ¿De verdad no quieres ir a la feria? A Sofia le encantará que nos acompañes —
— Alvaro sabes que no voy a esas cosas, son aburridas a mi parecer. Además, si voy creo que de todo menos divertirme. —
El suspiró y se puso enfrente de mi, negandome el paso.
— ¿Podrías por favor aunque sea ir por una vez? Te juro que si vas aunque sea una vez en todos los años, te dejaré de pedir cualquier cosa que yo no pueda hacer. —
Rei con su comentario ya que es cierto, todo lo hacía yo, no había nada que no pudiera hacer el, así que era una muy buena propuesta.
— ¿Lo juras? —
El puso su meñique para que pudiera entrelazarlo con el mio como símbolo de una promesa, era una cosa que hacíamos desde niños.
— Lo juro, pequeña valiente —
Y así es como formamos una promesa, y teníamos que cumplirla. El me decía "pequeña valiente" como un apodo desde niños, segun el siempre era la más valiente de la familia, la que hacía cualquier cosa sin importale nada.
Me arregle para ir a la dichosa feria que tanto me aburría, pero puede que no sea tan malo como digo yo.
Salimos de casa para encontrarnos con Sofia, quien vivía a solas unas cuantas calles de nuestra casa. Me saludo con una gran sonrisa, y tomo la mano de mi hermano para seguir caminando hasta la feria.
Al llegar notamos muchísima gente, mi hermano juro que era más que el anterior año, cosa que se me hacía raro ya que nuestra zona no era muy conocida.
Mi hermano me propuso que fuera yo sola a divertirme en los juegos, pero me nege. No había venido a la feria para divertirme sola, en ese caso habría venido sola desde hace un rato. Así que fui a divertirme con mi hermano y su novia.