Cap.-9

Sé que estos relatos han sido muy rápidos, que todo pasa en meses pero no es relativamente lo que pasa en mi vida, me la eh pasado estudiando y enfocándome en la medicina, hoy estoy en un avión camino a Francia a mi clínica a comenzar con un nuevo tratamiento para Héctor el por su parte solo me ignora

La familia de Héctor también viene en el avión, en cuanto me subí me fui hasta atrás de este, tome mis auriculares y mi celular y desde hace más de 4 horas los traigo puestos, trato de dormir pero no puedo

Cierro un poco mis ojos y cuando los abro me encuentro en la antigua casa de Héctor en Canadá –Hola amor, ¿Cómo te estas portando? –Se acerca y me da un suave y cálido beso –Perfectamente bien –Contesto alegre –Sabes esta noche tengo una cena y me encantaría que fueras conmigo así que levanta tu lindo trasero y ponte más hermosa

Me levanto de mi asiento y Héctor me da una nalgada –Me encantas –Grita, entro y me ducho, al salir me maquillo y visto, me miro en el espejo y me encanta como quede, salgo de la habitación y me encuentro con Héctor en el auto, en todo el camino se la paso quejándose de cómo me veía decía que todo mundo me miraría y que no le iba a gustar eso

Llegamos a un hermoso salón en cuanto miraron a Héctor nos dejaron pasar, la velada era muy calmada y eso me alegraba pero de un momento a otro cuando entre al baño me sentí rara, por más que miraba a los lados eh intentaba salir no podía –Maldita sea, esto no puede ser cierto –Intento desesperada abrir la puerta pero me es imposible, de pronto siento como jalan mi cabello

–Eres una maldita perra –Héctor me toma del cuello y comienza apretarlo –Te dije como te iría y no te importo, aun así lo hiciste –Me tira al suelo, se sube a horcajadas a mi cuerpo y comienza a golpearme –Héctor por favor basta –Cierro los ojos y al abrirlos me encuentro acostada en una mesa de madera y atada sobre esta

–A ver si con esto ya aprendes –Siento como entra sin piedad a mí, ya no puedo Dios mío ¿Por qué me castigas así?

Despierto sobre saltada, aun lado miro a Steven, me pego con la pared del avión y miro a todos lados –Tranquila, tranquila –Dice tratando de calmarme, me abraza y pongo mi cabeza en su pecho, levanto la vista y miro como Héctor nos mira, cierra los ojos y voltea la cara

–Señoras y señores por favor abrochen su cinturón de seguridad estamos a punto de aterrizar –Me muevo en mi asiento y me coloco el cinturón de seguridad, en todo el tiempo que duro el aterrizo Héctor no me quitaba de encima la mirada

–Andrea hija, si gustas puedes irte con nosotros –Dice Elizabeth cuando me alcanza –No se preocupe, tengo que hacer unas cosas antes después iré a la clínica, mis médicos ya saben que Héctor ira en camino y lo trataran con las recomendaciones precisas –Le sonrió y  me retiro

Llego a la clínica y me reciben con muchos aplausos y felicitaciones –Felicidades doctora felicidades –Se escucha en toda la clínica –Sabia que volverías Mon amour (Mi amor) –Nathan me abraza fuerte –Gracias por recibirme así, no saben lo feliz que me hace todo esto

–Esto y más te mereces Andy –Adrien también se acerca y me abraza –Bueno basta ya vamos a trabajar –Todos sonríen y se retiran – ¿Dónde está? –Pregunto a los dos chicos que vienen a mi lado –En la habitación 1 –Asiento y me dirijo a él, Nathan me entrega la carpeta y desaparecen, entro a la habitación y miro como esta acostado Héctor con la mirada perdida en el techo

–Tengo que checar como estas, no te muevas –Digo acercándome a él, muevo su bata y miro toda su piel muerta, la toco con sumo cuidado, una vez terminada la inspección comienzo a suministrarle los tratamientos, al terminar salgo de la habitación sin decir nada, en la entrada me encuentro con Steven

– ¿Cómo está? –Lo saludo –No me habla –Se acerca y me abraza –Tranquila, está enojado porque piensa que tenemos algo

–No tiene por qué molestarse si no somos nada –Contesto y me separo de el –Trata de hacerlo hablar –Esta bien –Contesta y me alejo, esto será muy cansado