–Doctora, aquí le mandan esto –Celeste mi amiga de la facultad entra con un gran ramo de rosas –Oh Celeste, por favor no me digas doctora –Entra sonriente a mi oficina
–Eres la directora de esta clínica, tengo que tratarte con respeto –Me levanto de mi asiento y voy abrazarla pero no sin antes quitarle el hermoso ramo de rosas de colores
–Antes de ser tu superior soy tú amiga, si quieres guardad respeto hazlo frente a los demás pero cuando no haya nadie nada de doctora –Me separo de ella –Además, Todos me tutean, ya cuando son casos más grandes es cuando me llaman así –Tomo la carta que trae y comienzo a leerlo como está escrito
Non ti prometto che sarà facile
Ma ti prometto che se vorrai affronteremo
Tutto insieme
–Wooow, lo siento amiga no sé qué dice –Habla Celeste y me rio –Te lo dejo de tarea –Digo y tomo el expediente de Héctor –Amigaaa Dime que dice –Me toma del brazo y me comienza a mover bruscamente
–Metiche dice que no me promete que será fácil, pero que me promete que lo afrontaremos todo juntos –Digo y suelta un suspiro –Oye amiga –Dice en camino a la habitación 1 – ¿Sabes quién te está mandando esos ramos de rosas? –Niego
Hace ya más de 1 mes y medio me comenzaron a llegar ramos de rosas de diferentes colores y de diferente tipos, siempre con una nota, con una frase en diferente idioma, la primer nota decía que el ultimo ramo que me llegaría con su idioma natal y que sabría quién me las manda
Al principio pensé que sería una semana pero no –Buenos Días Héctor, ¿Cómo amaneciste? –Pregunto entando a la habitación y mi amiga Celeste entra detrás de mi nerviosa –Bien Andrea ¿Y tú qué tal? –Me pregunta mirándome fijamente
–Pues como siempre, contenta –Él sonríe y mira a Celeste –Y tu bella doctora ¿Cómo amaneciste? –Celeste me mira y luego mira a Héctor –Bi… bien gracias –Responde y no puedo evitar rodar los ojos
–Bueno Doc –La miro enarcando una ceja y suelta una risita tímida –Amiga iré a checar que este todo despejado –Dice y sale
–Debes ser más discreta –Volteo a verlo – ¿Por qué rodaste los ojos? –Abro el expediente y hago como que no escuche – ¿Cómo está tu madre? –Pregunto
–Bien, si hubieras llegado temprano la hubieras visto –Dice levantándose de la cama despacio –Pues lo siento –Respondo sonriendo – ¿Te llego otra vez un ramo? –Asiento feliz –Vamos a comenzar las terapias –Dice enojado y sale de la habitación dejándome sola
Cuando entro miro como Héctor quiere acercarse a Celeste pero esta se aleja en cuanto me mira –Celeste puedes llamarle a Louis y Marcus –Ella me mira confundida pero luego sale de la habitación, volteo a ver que ya se haya ido y siento como Héctor me toma de la cintura
– ¿Por qué siempre llegas en los mejores momentos? –Tomo su mano y la trato de quitar pero me es inútil –Héctor suéltame –No, hasta que me digas ¿Por qué te celas?, porque si tú tienes a un admirador secreto que te manda flores a diario
Me da vuelta haciendo que quede frente a frente con Héctor, mi pecho sube y baja con irregularidad y miro como el mira mis labios, de pronto entra Celeste –Ami… -Rápidamente nos separamos
–Emm doctora, ya vienen los enfermeros –Me quito mi bata y la cuelgo donde siempre –Tenga más cuidado doctora, si no la hubiera detenido habría recibido un fuerte golpe –Dice Héctor acostándose en el suelo
–Gracias –Solo digo eso, los enfermeros tardan en entrar así que decido ir por ellos pero antes de salir volteo a ver a Celeste –Celeste puedes ir dándole los masajes en lo que vengo con ellos, volteo y doy un grito fuerte
–SORPRESAAAAAAA -Gritan Nathan y Adrien al mismo tiempo – ¿Qué carajos hacen aquí idiotas? –Ellos se tapan la boca y comienzan a reír –También te extrañamos, de hecho por eso nos regresamos
Paso por un lado de ellos y voy a mi despacho, ahí lloro, no sé porque, últimamente he estado muy nostálgica y ni modo que digan que estoy embarazada, si no he tenido sexo en muchísimo tiempo, con Steven lo llegue a intentar pero no podía porque en mi mente entraba Héctor
Cuando termino de llorar, regreso a la sala de terapias y miro que ya caso terminaron y voy a recoger mi bata, antes de salir ciento como me abrazan por detrás
–Jefa, ya te extrañábamos por eso nos regresamos –Dice Nathan –Si agradecemos todas las vacaciones, fueron maravillosas pero no podíamos estar lejos si usted estaba aquí trabajando en nuestro caso –Habla ahora Adrien
–No nos ignore, la queremos –Dice Nath y sin evitarlo comienzo a llorar de nuevo –Hay no Jefaza, no llore –Adrien me abraza y lloro en su hombro – ¿A caso anda en sus días Jefa? –Pregunta Nathan y lo golpeo en el hombro