A la mañana siguiente me despierta un olor delicioso, acababa de conciliar el sueño cuando mi estómago rugió, tengo hambre
Me levanto de la cama y salgo de la habitación, mi pijama es algo decente por lo cual no me he cambiado –Buenos Días –Digo una vez que entro a la cocina, ahí me encuentro con una señora ya algo mayor y a Steven
–Buenos Días –Responde sonriente – ¿Cómo amaneciste? –Alzo mis hombros –Casi no he dormido, no podía conciliar el sueño –Él se acerca hasta a mí y me da un beso en la frente – ¿Tienes hambre? –Me pregunta y asiento
–Oh, mira te presento a mi nana, ella es Romelie –Le tiendo la mano y ella la acepta sonriente –Nana ella es Andrea Williams
–Mucho gusto señorita Williams –Niego –Dígame Andrea o Andy –Ella me sonríe aún más y me suelta –El desayuno ya está listo, ¿Quiere que ya les sirva? –Los dos asentimos al mismo tiempo y ella comienza hacerlo
En toda la mañana estuvimos platicando, había veces que me imaginaba a Héctor sentado frente a mi pero rápidamente me hacia la idea de que era Steven, terminando de desayunar fui a ducharme y arreglarme un poco, Steven se ofreció a enseñarme la mayor parte de Rusia por lo pronto solamente Saint Petersburgo
– ¿Estas lista? –Me pregunta Steven mientras entrelaza nuestras manos –Si –Respondo no tan segura
La última vez que estuve aquí fue cuando me había escapado de Héctor, no me había estado en Saint Petersburgo pero si en Rusia
–Te compro un helado si me dices que piensas –Volteo a verlo –La última vez que estuve en Rusia fue porque tú y ella me habían ayudado a escapar de él, tiempo después Héctor me encontró llevándome con el
–Pero eso ya no pasara, sabes siempre había deseado este momento, me gusta estar contigo
–A mí también –Le respondo y se parquea en un estacionamiento, al parecer estamos en un centro comercial
Salimos del auto, Steven me volvió agarrar la mano y entramos, el lugar es grande, hay muchas personas, siento como Steven me jala de la mano y volteo a verlo
–Vamos, te dije que te compraría un helado si me decías lo que pensabas así que ahora mismo lo hare –Miro un lugar donde está escrito en Ruso Магазин мороженого Steven se acerca a mi mas –Dice Heladería -Asiento y entramos
– ¿De qué quieres tu nieve? –Miro por las vitrinas y digo lo único que se me ocurre –De vainilla y chocolate –El asiente y comienza a pedir las nieves –Dobryy den', ne mogli by vy dat' mne shokoladno-vanil'nyy snezhnyy konus i yeshche odin shokoladnyy konus, pozhaluysta? (Buenas tardes, ¿podría darme un cono de nieve de vainilla de chocolate y otro cono de chocolate, por favor?)
La chica que está escribiendo la orden asiente y se retira – ¿Quieres saber que dije? –Niego, Steven no sabe que se ruso –No es necesario que me digas todo lo que haces
– ¿Andrea Williams? –Volteo a ver quién me habla y miro que es el socio ¿O era amigo de Héctor? Quien me habla –Amm si –Respondo y Steven se le queda mirando
–Cuando te mire pensé que no eras tú ya que no estas con Héctor por cierto ¿Cómo está el? –Miro a Steven y decido responder –La verdad es que no lo sé, Héctor y yo hemos perdido la comunicación
–Vaya, sí que es un tonto al dejarte ir, entonces estas soltera y libre –Niego y sonrió –No, en realidad tengo una relación con el por cierto deja los presento –Volteo a ver a Steven –Steven él es –Él sonríe y le tiende la mano
–Soy Pablo Aldana ex socio de Héctor –Steven asiente y le toma la mano –Steven Korsakov
–Bueno Andreita te dejo, fue un verdadero placer volverte a ver –Toma mi mano, la besa y sale de donde estábamos, miro a Steven y lo sigue mirando con el ceño fruncido
– ¿Vamos a comprar ropa? –Pregunto y me mira –Vamos –Steven pide la cuenta y la chica vuelve - Spasibo za vashu pokupku (Gracias por su compra)
–Pozhaluysta (De nada) –Respondo y Steven me mira sorprendido – ¿Hablas ruso? –Asiento –Vaya eso no lo sabía –Sonrió y yo esta vez entrelazo nuestras manos
Salimos de donde estábamos, nos fuimos a varias tiendas a comprar algo de ropa y poco maquillaje, Steven también compro ropa y estaba de necio en comprarme joyería asi que no le gane, me compro un hermoso collar junto con unos pendientes preciosos yo para quedar casi a mano le compre un reloj muy elegante y unos gemelos
–Vaya, si que compramos muchas cosas –Cada quien traía por lo menos seis o siete bolsas de todo lo que compramos en cada mano, los subimos al auto y cuando Steven iba a dar la vuelta para subirse al auto lo jale de la mano y le di un beso, uno que lo sorprendió
–Gracias por este maravilloso día –Él me sonríe y me abraza –No, gracias a ti por permitirme estar contigo
Dejamos de abrazarnos después de un tiempo y los dos subimos al auto, Steven sumamente feliz y yo aparentarlo serlo