Te estaba esperando

Capítulo 1

Eva tenía 5 años y ya estaba en el último grado del jardín de niños, el siguiente año iría a la primaria. Fernando, a sus 11 años, estaba por terminar la primaria, se había convertido en un preadolescente alto y bastante simpático.

Un fin de semana, mientras ambos matrimonios convivían, como solían hacerlo a menudo, Evita conversaba con su mamá y Fer, como siempre, la observaba disimuladamente poniendo atención a todo lo que la niña decía o hacía.

— Blanquita dice que su mamá le va a hacer una fiesta de princesas pero que no me va a invitar. — Dijo Evita haciendo un puchero.

— ¿Y por qué no te van a invitar, nuerita? — Le preguntó Celia, quien siempre la llamaba así.

— Porque Andy le dijo que yo soy su novia y Blanca dice que no, que es ella. — Dijo triste la niña.

— ¿Tienes novio en el kínder? — Preguntó sorprendido Alberto a su hija.

— ¡Noooo! — Respondió Evita riéndose. — Él no es mi novio, pero se lo anda diciendo a todos en la escuela.

— Ese niño no es tu novio. — Intervino Fernando molesto. —Tú no puedes tener novio en el kínder.

— Nuerita. — Dijo Javier. — ¿No se supone que tu novio es mi hijo Fernando?

La niña asintió con una sonrisa.  

— Es lo que le dije a Andy, que él no es mi novio porque yo ya tengo novio en mi casa.

Todos los adultos sonrieron tomando las expresiones de la niña como un juego sin saber que ella lo decía convencida de tal afirmación.

 

Cuando Eva estaba en 5º grado de primaria y Fernando iniciaba el bachillerato, ella llevó una tarde a un pequeño grupo de compañeros de clase, niños y niñas, a hacer una tarea en equipo. Fer, que estaba en su casa, vio llegar a los niños y notó que uno en particular tenía cierta inclinación a acercarse mucho a Evita, así que cruzó la calle y llegó a la casa de los vecinos inventándose cualquier pretexto. Una vez que saludó a Mayra, la mamá de Evita, se acercó al grupo de chicos que estaba bromeando y riendo alrededor de la mesa del comedor.

— ¿Qué hacen? — Preguntó.

— Tenemos una tarea de Ciencias Naturales. — Explicó el chico que le había llamado la atención.

“Un listillo” Pensó Fernando mientras se colocaba estratégicamente entre Eva y el chico.

— ¿Está muy complicado? — Dijo acariciando por un instante el cabello de Evita.

— No mucho. — Dijo la niña. — Ya casi tenemos todo, sólo nos falta la presentación.

— Los ayudo.

 Y se quedó ahí todo el rato que los chicos estuvieron en la casa, evitando que aquél impertinente se acercara a Eva. Mientras las 2 o 3 niñas que había en el grupo estaban emocionadas con que un joven se les uniera y se desvivían haciendo una mala imitación de coqueteo para Fer, una de ellas le dijo a Evita.

— ¡Qué guapo está tu vecino! ¿Tiene novia?

— Sí, soy yo. — contestó Evita con una sonrisa.

— ¡No es cierto! — Dijo la otra niña asombrada. —¿Cómo va a ser tu novio ese muchacho?

— Es cierto ¿Verdad Fer? — Se giró a mirarlo.

— Si, ella es mi novia chiquita. — Contestó Fernando guiñándole un ojo a Evita.

Justo en ese momento, la mamá de Eva salió de la cocina con una jarra de limonada para los chicos, y la amiguita, mal intencionadamente le preguntó a la señora.

— ¿Es cierto que Eva es novia de su vecino?

Mayra sonrió mientras colocaba la Jarra en el centro de la mesa diciendo.

— Novios, lo que se dice novios, no lo son, Evita está muy pequeña, pero sí, cuando nació, Fernando dijo se van a casar cuando sean grandes.

— ¿Cómo Jacob y Renesmee? — Preguntó otra de las chiquillas muy emocionada. —¡Qué románticoooo!

— ¿Quiénes? — preguntó Fernando.

— Los de “Crepúsculo”, ¿No has visto la película? — Preguntó Evita.

— ¡Sí! — Reafirmó la amiguita. —Jacob el lobo estaba como tú de grande cuando nació Renesmee y cuando la vio la impregnó!

— ¿La qué? — Preguntaron la mamá de Eva y Fernando al mismo tiempo algo escandalizados.

— ¡La impregnó! — Dijo la amiguita. — Es como amor a primera vista, o sea, que ella va a ser tu pareja perfecta para toda la vida o algo así.

— ¿Y cómo es que ustedes saben de esas cosas? — Preguntó Fernando frunciendo las cejas. — ¿No están muy chiquitas para andar viendo ese tipo de películas?

— ¡No tiene nada de malo! Además ¡Los lobos están bien guapos! — Contestó la chiquilla.

— ¡Ya van a empezar con esas cosas! — Dijo uno de los chicos del grupo.

— ¿Tú viste esa película? — Preguntó Mayra a su hija.

— Sí mami. — Contestó ruborizándose un poco.

—¿Y dónde la viste? — Preguntó Fernando con cara de enojado.

— ¡La vimos en mi casa! — Contestó la amiguita.




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