Te estaba esperando

Capítulo 3

Los años pasaron y Eva estaba absoluta y totalmente convencida que algún día, se iba a casar con Fernando, pero que por ahora era su “novia chiquita”, lo que ella entendía como un compromiso de palabra, pero sin llegar a absolutamente nada más dada su edad.  Los problemas empezaron cuando ingresó a la secundaria y los chicos empiezan a sentir el alboroto de las hormonas, y se empezaban a formar parejitas por aquí y por allá. Eva era bonita y obviamente le empezaron a salir pretendientes a los que ella rechazaba diciendo “Tengo novio”.

Una mañana, las amigas la empezaron a cuestionar por su supuesto novio al que nunca veían, Eva les contestó que estaba estudiando medicina y que estaba muy ocupado con su carrera; cosa que las amigas no creyeron porque ¿Cómo una jovencita de secundaria de 14 años iba a ser novia de un estudiante de medicina?, así que alguna de las chiquillas más maliciosa se empezó a burlar diciendo que Evita tenía un “novio imaginario”, cosa que la deprimió muchísimo.

Ese medio día, llegó a su casa con los ánimos por los suelos. Encontró a su mamá en la cocina conversando con Celia, la mamá de Fernando.

— ¡Hola nuerita! — La saludó esta como siempre.

— Hola Celia, hola mami. — Dijo besando a ambas.

— ¿Qué te pasa hija? — Preguntó Mayra preocupada. — Te ves rara.

— No me hagas caso, tuve una mañana algo pesada. ¿Ya está la comida?

— Sí mi amor, ayúdame a poner la mesa que no tarda en llegar tu papá.

— Cierto. — Dijo Celia levantándose del banco en el que estaba sentada. — Mi marido tampoco tarda así que me voy ¿Seguro que estás bien nuerita? Yo también te noto depre.

— Estoy bien Celia, gracias. — Dijo Eva mientras acomodaba los platos en la mesa. —Salúdame a Javier.

— Sí gracias. ¡Nos vemos! — Dijo saliendo de la casa.

—Evi…— Su mamá se acercó a abrazarla —¿Todo bien?

Eva suspiró.  

— Sí mamá, es sólo que hay una compañera que hoy se estuvo metiendo conmigo y me puso de mal humor, no me hagas caso, al rato se me pasa.

— ¿Por qué se estuvo metiendo contigo? Insistió Mayra.

— Por tonterías sin importancia, en serio no es nada.

Mayra no insistió, cuando llegó su esposo Alberto se sentaron a la mesa a comer y el ambiente estuvo relajado y tranquilo.

Más tarde, Eva estaba en su recámara escuchando música y haciendo la tarea, cuando escuchó la voz de su mamá que gritaba desde el piso inferior.

— ¡Evi te buscan!

Eva, intrigada porque no esperaba a nadie, dejó los libros y bajó las escaleras. Fernando la estaba esperando en la sala.

— ¡Hola Evi! — La saludó con un beso en la mejilla. — ¿Cómo estás?

— ¡Fer qué milagro! — Dijo ella sorprendida. — Tiene mucho que no te veía!

Él sonrió.

— Este semestre está bastante pesado y las guardias están criminales, cuando vengo a la casa me la paso durmiendo. — Dijo mientas la tomaba del brazo y la hacía salir de la casa. — Pero no creas que no estoy pendiente de ti.

— ¿Pasa algo? — Preguntó Eva mientras se sentaban en el borde de una jardinera de piedras que estaba a la entrada de su casa. — ¿Para qué me sacaste?

— Porque quiero conversar contigo. — Dijo él acomodándole un mechón de cabello detrás de la oreja. — Mamá me comentó que hoy te vio triste. ¿Pasa algo?

Eva se mordió el labio inferior dudando si responder o no.

— Evi… Dime qué es lo que pasó. —  Insistió Fernando.

Ella se ruborizó.

— Me estuvieron molestando en la escuela.

— ¿Por qué? — Dijo él mirándola serio.

Eva se encogió de hombros.

— No importa. — Dijo con la vista baja.

— Si importa. — Presionó él. —.Dime por favor qué pasó.

Evita suspiró.

— Hace poco un compañero se me declaró y le dije que no porque tenía novio, y hoy las chicas me estuvieron preguntando que quién era mi novio, pensaban que era alguien de la escuela, y cuando les platiqué de ti, pues se rieron de mí porque, según ellas, estoy inventando cosas y tú eres alguien imaginario.

— Entiendo. — Dijo él mirando a la lejanía. — Lamento que te hayan hecho pasar un mal rato por mi culpa.

— No importa. — Dijo ella.

— Así que alguien se te declaró. — Dijo Fernando mientras le dirigía una mirada inquisitiva.

— Pues sí, pero no les hago caso.

— ¿Les? — Preguntó Fer sorprendido. — ¿En plural?

— Sí, no es el primero. — Ella se rio. — Parece que en la escuela todos quieren tener novia y se les andan declarando a todas a ver quién se deja.

Fer negó con la cabeza y luego de una pausa dijo:  

— Me tengo que ir Evi, sólo pasé a ver cómo estabas.

— Sí, yo también tengo que terminar la tarea. — dijo ella levantándose de la jardinera.




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