Te estaba esperando

Capítulo 16

Más tarde, al salir de la escuela Marisol y Adán decidieron acompañar a Eva a su casa para estudiar juntos. Al entrar la chica exclamó en voz alta.

— ¡Mamá traje unos amigos!

Su madre se acercó a ellos sonriente.

— ¡Hola chicos! ¿Qué tal los exámenes?

— Ya casi terminamos ¡Gracias a Dios! — Dijo Marisol dando un beso en la mejilla a la señora. — ¿Cómo está?

— Bien hija, pasa.

Adán también saludó a la señora.

— Buenas tardes. — Dijo sonriente. — ¿Qué tal?

— Hola mami. — Eva besó a su madre luego que sus amigos entraron. — Si no te importa, vamos a encargar una pizza, tenemos mucho que estudiar para mañana.

— Llegó algo para ti. — Le respondió su mamá señalando hacia la sala.

Eva miró en esa dirección y descubrió un enorme ramo de rosas.

— ¿Y eso? — Preguntó extrañada.

— No he abierto la tarjeta así que no lo sé ¡Y me muero de curiosidad! — Dijo su mamá sonriendo.

— ¡Yo también tengo curiosidad! — Gritó Marisol. Adán solo sonrió negando con la cabeza.

Eva se acercó a las flores y tomó el pequeño sobre abriéndolo y leyendo la tarjeta en voz alta:

“Tú eres la luz que ilumina mis días.

Te estaba esperando”

 

— ¿Quién lo manda? — Preguntó la mamá extrañada. — ¿Y qué significa eso?

— No tiene firma. — Dijo Eva encogiéndose de hombros.

— Odio decir esto, pero… ¡Qué románticoooo! — Dijo Marisol aplaudiendo.

— ¿De qué quieren la pizza? —  Preguntó Eva intentando cambiar de tema.

Más tarde, cuando llegó su papá a comer, encontró a los jóvenes sentados en el piso de la sala, con libros regados por todos lados — ¿Por qué no usan los asientos? — Preguntó sonriendo.

— ¡Hola papi! — Eva se levantó de un salto y se acercó a saludarlo.

Él la besó en la mejilla — ¿Cómo estás, muñequita?

— Alberto. — Saludó su mamá saliendo de la cocina. — ¿Cómo estás, cariño?

— Hola mi amor. — Dijo él besándola sin soltar a Eva. — ¿Cómo estuvo tu día?

— Intrigante. — Respondió su esposa

— ¿Y eso?

— Eva recibió flores, de algún admirador anónimo. ¡Mira! — Dijo señalando el ramo que estaba en la mesa del comedor.

— Hijo de puta. — Susurró Alberto mirando las flores con enojo.

Mayra abrió mucho los ojos.

— ¿Tú sabes quién es? — Preguntó sorprendida.

Alberto tomó una bocanada de aire intentando calmarse, luego se dirigió a su hija.

— Le prohibí acercarse a ti, le dije que no quería que te hablara, le exigí que te dejara en paz… Pero parece que no me hizo caso. Quiere que tú se lo digas personalmente. — Eva lo miró frunciendo el ceño. — Le dije que esperara a que terminaras los exámenes.

— Gracias papi. — Dijo Eva en un murmullo.

— Alberto…. Eva… ¿Qué está pasando? — Insistió Mayra mirando de uno a otro.

— Es Fernando. — Dijo su esposo mirándola serio — Él es quien está acosando a nuestra hija.

Alberto tomó a su esposa del brazo y se la llevó a la cocina dejando a Eva con sus amigos.

— ¿Qué vas a hacer? — Preguntó Marisol.

— Hablar con él cuando acaben los exámenes. — Dijo Eva encogiéndose de hombros, restándole importancia al tema. Aunque en realidad estaba preocupada y muy intrigada.




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