¡te odio nerd!

Capitulo 1

Me despierto cuando escucho los gritos de mi madre, y todavía adormilada, veo la fecha de hoy.

¡Mierda!

Como de costumbre, me levanté tarde, pero hoy era mi primer día de clases, así que no podía llegar tarde...

Me vestí, me hice una coleta y me puse los lentes de contacto.

—Mamá, ya me voy —dije, aunque no creo que me haya escuchado.

—¿Por qué me lo dices si de todos modos no me importa? —respondió con tono frío.

Mi madre siempre ha sido así. Mi padre murió en un accidente de coche el día que yo nací... A veces pienso que fue culpa mía.

Tú no tienes la culpa, Aliz. Es ella la que no se da cuenta.

Gracias, Dona. Tú sí me entiendes.

—Si se preguntan quién es Dona, es mi conciencia. Aunque a veces se pasa conmigo...

—Oye, te escuché —responde ella.

Después de eso, me dirigí hacia la secundaria. Prefiero caminar y pensar en por qué mi madre no me quiere.

¿Por qué tiene que ser así? Esas preguntas vienen a mi mente. Aunque quiero respuestas, no las tengo...

Pasaron como veinte minutos y ya estaba en la secundaria.

—Hola, mi amor —dice Dylan, mi novio... aunque no lo soporto.

Se preguntarán por qué estoy con él si no lo soporto. Pues... creo que prefiero estar con él y con las plásticas antes que estar sola.

—Hola, bebé —digo con una sonrisa más falsa que la pasta dental.

—Vámonos, mis amigos nos esperan.

Aquí soy la más popular, aunque no me gusta la idea. A veces deseo salir de ahí, pero me doy cuenta de que estar sola es aún peor...

—¡Fíjate, nerd! —dice, refiriéndose a Tyler, el chico nerd de la escuela. No me gusta hacerle bullying, pero si no lo hago, sería rara...

Después de eso, le tiro todas sus cosas al piso.

—Ups, lo siento —digo con una sonrisa falsa, aunque me duele hacerle eso.

Tyler recoge sus cosas en silencio y se va con la mirada baja.

—Esa es mi novia —agh, de solo escuchar esas palabras de su boca me dan escalofríos.

—Sip —digo, dejando un beso en su mejilla.

Después de eso me dirigí hacia la clase. Podría decir que todas las materias me gustan, menos una: matemáticas. Más con ese viejo amargado que tengo de profesor.

—Señorita González, ojalá que se haya preparado para el examen —dice con una sonrisa.

Viejo cara de ogro, pienso para mí misma.

Esa sí me gustó.

Me fui directo a mi asiento, hasta atrás. No me gusta estar al frente.

—Bueno, hoy tendremos un examen sorpresa —dice, mientras todos lo abuchean.

Saca las hojas para que empecemos el examen, pero no le entendí ni la “o” al examen, así que solo respondí al azar.

—Señor Gallagher, usted sacó un 10 —agh, desearía entender matemáticas.

Después me dieron mi resultado.

Damas y señores, les presentamos la puntuación del examen: 5.

¿Cómo es que saqué cinco si lo hice al azar?

Yo esperaba al menos un 1.

—Gracias, Dona, por decírmelo. Fíjate que no lo sabía —noten mi sarcasmo. Hasta yo me sorprendí.

—Señorita González, necesito hablar con usted después de clases —asentí.

—Como ya sabe, matemáticas no es su fuerte. Necesita mejorar o reprobará mi materia.

Dice que consiga un tutor.

—Sí, y ya sé a quién —no me gusta esto, me da mala espina.

—¿Quién?

—Tyler Gallagher.

Oh no. Si estoy con él, mi plan de no estar sola se irá al carajo.

—No, el nerd no...

—Lo siento, pero es el único disponible.

Salí hecha furia. ¿Cómo es que no había alguien más que él? Si estoy con él, todo se va a ir al carajo.

—Mi amor, hoy hay una fiesta en casa de Sebastián. Tienes que venir.

No me gustan las fiestas, menos estar hasta tarde, pero si no hay opción...

—Ok, ¿a qué horas?

—A las 11 .P.M.

Me dirijo hacia mi casa, donde nadie me espera. Solo la soledad y la oscuridad. Eso me saca un suspiro.

Sin darme cuenta, ya estoy en la puerta.

Y como siempre, solo hay oscuridad. Desearía tener una familia que me ame.

Subo las escaleras, me doy una ducha, después me pongo la pijama hasta que sean las cinco.

Mmm, ¿qué es eso que huele tan bien?

—Es la sopa que estoy preparando, Dona.

Después de comer sola, me di cuenta de que ya eran las cuatro, así que empecé a arreglarme. Me puse un vestido rojo, me ondulé el pelo para dejarlo suelto y me maquillé de forma natural.

—Te ves hermosa, Aliz.

—Gracias, Dona. Aunque no quiero ir...

—Pues si no quieres, no vayas.

—Pero si no voy, pensarán que ya no quiero estar con ellos.

Pues eso dices siempre. ¿Quién te entiende? Primero dices una cosa y después otra...

—Es complicado, Dona.

Después de discutir con Dona, me subí a mi auto y me dirigí hacia la dichosa fiesta de jóvenes hormonales.

Ya llegué. Voy buscando al idiota de mi novio... hasta que lo encontré en una escena que ninguna novia quiere ver.

El imbécil se estaba besando con una porrista.

—¿Qué haces, idiota? —le dije, echando fuego.

—Oh, hola Aliz. Solo estábamos hablando...

—Ah sí, hablando con la lengua. ¡Vaya que gran plática! —noten mi sarcasmo—. Mejor me voy.

Le di la espalda. Si ella quiere estar con un patán como Dylan, pues adelante. Se lo dejo.

Me subí al auto y me fui hacia mi lugar secreto, donde siempre tengo paz: una pequeña playa.

Me senté bajo un árbol y no sabía por qué las lágrimas empezaban a caer. Pero no me di cuenta cuando alguien me habló...

Donde todo empezaria a dar un giro de 350 grados cambiando mi vida para bien o para mal...




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