Tentacion Letal... Por Siempre Suya [letal 2]

Capitulo 4.

≫────≪•◦ ISABELLA ◦•≫────≪.

 

El pánico que sentí al ver a Tommy lastimado no me permitía hacer nada, mis manos temblaban sin cesar, era imposible para mí tomar mis pertenencias y las pocas cosas de valor que aún quedaban en mi hogar, pues la mayoría de ellas habían sido vendidas para solventar nuestros gastos después de que Máximo me hizo una mala jugada, como siempre, y vendió la casa que mi padre nos había dejado al morir, dejándonos a Tommy y a mí en la calle, o bueno, en la calle no, viviendo en esta pocilga.

— ¿Que te demora tanto? — la voz de Noah no me hizo saltar en el lugar, aquel hombre no había soltado a mi hermano en ningún momento, como si no le pesara nada.

— Yo, lo siento, estoy alterada — él suspiro y dejo a mi hermano sobre la cama haciéndolo soltar un quejido me alarmo.

Me levanté del suelo tan rápido como pude y me acerque a él, revise su rostro, su cuerpo, todo de él, sabía que Máximo estaba tras de esto, desde la noche que me encontró en el hospital se volvió más agresivo, incluso esa misma noche no permitió que Tommy se ocultara en la habitación y me hizo daño frente a él.

— Lo siento hermanito, Dios, lo siento tanto — llore sobre su abdomen mientras lo abrazaba.

— Está bien, ahora vamos a estar bien, ¿No? —  no sabía que contestarle, no había certeza alguna que estuviéramos bien, por ahora solo estaríamos lejos.

— ¿Que más hay que empacar? — mire a Noah, había extendido una sábana en el suelo y había lanzado prácticamente todas las cosas de mi armario a esta, y ahora la estaba atando con una de mis pantimedias.

— Iré por las cosas de Tommy — me limpie las lágrimas deje un beso en su frente y me levanté del suelo para salir corriendo a su habitación.

Abrí su armario y empecé a dejar su ropa sobre la cama, hasta que sentí un cuerpo pegarse al mío por la espalda haciéndome gritar.

— Soy yo — Noah paso su mano hacia el frente tomando mi brazo y de un rápido movimiento llevando la manga de mi suéter dejando expuestos algunos moretones.

No dijo nada en ese momento, hizo el mismo proceso con mi otro brazo y lo sentí tensarse tras mi espalda.

— ¿Cómo te hiciste eso? — pregunto notoriamente molesto.

— Soy torpe, siempre suelo golpearme con varias cosas — se alejó de mí y en un rápido movimiento me saco el suéter haciendo que gritara de miedo, lleve mis manos a mis pechos tratando de tapar mi cuerpo mientras mis lagrimas corrieron por mis mejillas temiendo lo peor.

— No te haré daño, quiero ver tu espalda — esta vez hablo de forma más calmada haciéndome suspirar un poco aliviada. Aun no me confiaba de él, pero sentía que no me haría daño, al menos eso quería creer.

— Isa, ¿Estás bien? — gritó Tommy desde la habitación.

— Lo siento campeón, asusté a tu hermana con un bicho — le grito Noah de regreso mientras me giraba y levantaba mi camiseta. — ¡Mierda! — le escuché resoplar y maldecir varias veces, — termina de empacar eso, dejare lo de tu habitación en el auto — no tuve como contradecir, me límite a guardar todas las cosas que había conseguido para Thomas a lo largo de estos años en una caja, al menos las pocas que quedaban buenas, pues Máximo había destruido muchas de sus cosas aquel día que me golpeo, terminé de tirar su ropa sobre la cama y envolví la sabana de la misma manera que Noah había envuelto mi ropa.

Pocos minutos después Noah entro con una nueva caja y me la extendió, en ella metí las pocas cosas de valor que quedaban en mi habitación, para cuando terminé él entraba de nuevo acercándose a Tommy y levantándolo en sus brazos.

— Amigo, vamos a qué te vea un médico — su forma de hablarle me conmovió un poco, no mucha gente tenia contacto con Tommy por su pequeño retraso.

— ¿Tenemos con que ir al médico? — me preguntó asustado, yo le asentí con la cabeza, aunque sabía que si íbamos al hospital donde estaba los Bianchini con lo poco que tenía ahorrado no me alcanzaba ni para la consulta, — no tenemos dinero Isa, no quiero ir al medico sin dinero, además eso duele.

— No tienes que preocuparte por eso, yo pagaré el médico y después, si eres muy valiente comeremos helado — sonreí viendo su interacción, hacia mucho que nadie lo trataba así.

— ¡Que bien, helado! — festejó moviéndose un poco hasta que se quejó por el dolor

— ¡No te muevas, te lastimarás! — no podría creer la familiaridad con la que hablaban los dos, Tommy nunca fue muy apegado a nadie, casi nunca hablaba con extraños, sin embargo, con Noah se comportaba distinto, — Vamos — empezó a caminar escaleras abajo.

Al abrir la puerta de la casa me tense completamente, en la calle del frente se encontraba Máximo, fumaba un cigarrillo mientras me veía socarronamente, mi cuerpo se paralizó por completo, no podía mover las piernas, mi cuerpo temblaba y un nudo se formó en mi garganta.

— ¿Isa? — la voz asustada de Tommy me hizo saber que también lo había visto y que estaba tan asustado como yo.

— No pasa nada, no hay nada que temer, yo estoy contigo ¿vale? — Noah se encontraba mirando fijamente hacia donde yo lo hacía, supongo que ya debía imaginarse lo que sucedía.

Me empujo un poco del hombro haciendo que mi cuerpo se moviera un paso, y empezó a caminar hacia el auto como si nada, un par de gorilas se acercaron a la puerta del auto abriéndolas para nosotros, ¿De dónde habían salido? Ni idea, solo sé que esperé a que Noah acomodara a Tommy en su lugar para yo subir a su lado, inmediatamente varios hombres rodearon el auto causándome un poco de alivio.




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