Capítulo Cuatro
Año 1682
Noah García
Estaba entrando al cuarto de mi madre para preguntarle porque había tanta gente afuera pero cuando entre la vi apuñalandose el estómago y solo pude mirar aquello que estaba pasando delante de mis ojos.
Mi madre había estado muy triste, todos en realidad pero ella fue la más afectada en la muerte de mi padre, lo extraño mucho pero jamás me mataria ya que yo sé que mi padre ahora está descansando en paz. Mi hermano menor llego y lo abraze pero él se separo, a pesar de ser yo la mayor dice él que jamás lo mandare.
- ¡ALTO, POLICÍA!- escuche un grito cuando la puerta se abrio de golpe y entraron muchas personas. Pronto llegaron al cuarto de mi madre dondé estabamos los tres y ayudaron a mi madre y nos sacaron a nosotros de nuestro hogar.
Fue ahi cuando me enteré de que mis padres en realidad habían matado a alguien solo para que ellos puedan estár juntos, me parecio algo horrible ya que aquel hombre no debia morir.
Un mes después dijieron que mi madre fue condenada a cadena perpetua pero no entendí ese terminó.
- Significa que ella estara en la cárcel hasta que muera- me dijo mi abuelo tomandome de la mano con mi bisabuelo también- Nos encargaremos de ti- me dijo.
- ¿Y que hay de mi hermano?- pregunte.
- Él se queda con tu tía Annabel- dijo mi Bisabuelo y solo asentí.
Ya lo visitaria pensé
Al día siguiente
Cuando me despertaron en mi primer día ni siquiera amanecía y ya me habían echado un balde de agua fria a la cabeza.
- No creas que te vas a quedar aquí de gratis Noah- dijo mi Bisabuelo.
- ¿Qué...?- quise preguntar pero me interrumpieron.
- Te vamos a entrenar- dijo ahora mi abuelo- Para intentar que des la prueba en la Gran Academia de las Fuerzas Especiales- me dijo y asentí.
Sabía que era fuerte y mi padre me dijo que tal vez yo podria ser entrenada para entrar a aquella Academia y además mis padres habían dejado sucio nuestro Apellido. Si nos nombraban se echaban a reir, hablaban mal de nosotros o nos insultaban, era mi deber limpiar el Apellido García eh iba a demostrar que éramos gente buena y no solo lo que eran mis padres.
Iba a limpiar mi nombre y mi apellido o no me llamaba Noah García.
Así que entrene, entrene duro todos los días: Corria 48 vueltas a la manzana sin desayuno, hacia ejercicios y mis abuelos paternos intentaron enseñarme a ser muy buena con las armas de fuego pero eso no me interesaba mucho.
Yo era muy buena para algo: La espada.
Podía controlarla perfectamente a los 4 meses que estuve ahí y mis abuelos se dieron cuenta de ello, a veces me decian que parecia una diosa con la espada y eso me subia el ánimo. Estaba dispuesta a limpiar nuestro Apellido y si para eso debia apenas dormir y comer lo haría.
Años después...
Año 1690
- ¿Estás lista Noah?- me pregunto mi abuelo. Hice un sonido con la cabeza y suspire.
- Si- dije con una mirada de hielo.
Empeze a peleear como nunca con un guardía que habían contratado, sabian que si lograba aunque sea lastrimarlo estaba lista para mandar mi solicitud a la Gran Academia de las Fuerzas Especiales. Para sorpresa de mis abuelos en menos de 5 minutos le di una cortada profunda, lo tiré al suelo y quedó rendido.
Claro que se sorprendieron: Yo practicaba en las noches, nunca dejaba de entrenar, para mi lo era todo entrar a la SWAT, limpiar todo el mal que nos causaron mis padres y superarme a mi misma.
- Lo destruiste en 5 minutos Noah- me dice mi Bisabuelo y sonrío: Mi mayor recórd- Samuel- le dice a su hijo- Creo que está vez será la buena- dijo y suspiré: Por fin mandaria mi solicitud a la SWAT
Aquella noche no pude dormir nada, esperando a que por un milagro de Dios: Me llegara la carta para hacer la prueba. Practique como loca con la espada, minimo ya teniamos ensalada de frutas para el desayuno, con el maniquí que teniamos empeze a "luchar" con él así practicando mis patadas y viendo que pueda apuñaral en el mismo lugar, hice miles de ejercicios y aún así no estaba cansada cuando se levantaron todos. Sabia que me iban a hablar al ver todas las frutas echas trocitos pero para mi sorpresa no lo hicieron y dejaron que comiera o que siguiera practicando.
- Creo que es suficiente Noah- me dijo la esposa de mi abuelo, no era mi abuela ya que no era la madre de mi padre- Se nota que no haz comido ni dormido, por favor sientate y comé- me dijo pero puse mi mirada al frente: sacando la espada.
- Nunca es suficiente entrenamiento- dije acercando la espada a mi cara y cerrando los ojos- Debo ser la mejor.
- Pero- dijo ella hasta que mi abuelo la calló.
- Déjala: Esta entrenando por su propio bien- dijo- Pero tienes razón ¡Noah ven aquí!- dijo sorprendiendome ¿Me defiende y al mismo tiempo no? No discuti y me fui a sentar- Quiero que te quede algo claro- me dijo muy serio, como intimidandome pero le sostuve la mirada- Si no te dejan hacer la prueba tendremos que casarte con la primera persona que encontremos- dijo y me puse algo nerviosa pero no lo demostre- Si no te casamos en un año, lo siento pero tendremos que echarte de la casa- dijo dejando a todos de piedra menos a mi.
Yo lo haría, yo podría. Sacaria a mi familia del hueco en el que mis padres nos metieron a la cima.
- Lo entiendi perfectamente- dije y comenzé a comer. El desayuno me sentó bien y por ordenes de todos, no pude permanecer entrenando aquella noche pero aún así hacia mis ejercicios a oscuras. Postura perfecta, cabeza recta, mirada de hielo: Un movimiento en falso puede ser el final de todo.