Capítulo Siete
Tres horas después
Noah García
Me desperte en una habitación lo suficientemente grande para no volverte loca, cuando me desperte vi mi espada sobre una mesita de noche, claramente estaba sobre la cama y también había una bolsa con un uniforme, el uniforme tenia las iniciales S.W.A.T grabadas y el escudo también. Me gustaba el color, era un color verde amarilloso con un pantalon negro y debajo de la cama habían unas botas negras, en la bolsa del uniforme había una nota que decia que debia ponermelo y amarrarme mi cabello (Ya que era chica y lo tenia largo) en una coleta o un moño.
Agradecí la vida no tener que compartir habitación, imaginate tener que desnudarte con un desconocido, me pregunte si solo era a mi o todos teniamos habitaciones propias, me puse el uniforme que me quedaba bien y me hize la coleta, suerte traje mi cepillo pero había algo que me preocupaba y era el que no tenia baño: ¿Tendria que bañarme con los chicos? De ninguna forma haria eso y si tenia que bañarme a las 2 de la mañana para evitar que un ser humano masculino me vea desnuda lo haré. Cuando ya estaba perfecta no sabia si salir aunque esa pregunta no duró mucho. Una voz de un hombre empezo a gritar diciendo que todos los estudiantes debian salir de sus habitaciones pero cuando yo quise salir la mía estaba cerrada.
- Usted aún no- me dijo esa voz masculina de afuera y supe que debia obedecer ¡Genial! ¡Mi vida otra vez!
Unos 15 minutos después de que todo el bullicio se acabara, el hombre me abrio la puerta. Creo que se sorprendio el que no me intimidó pero también parecia que le dio igual.
- Sigueme- me dijo, asentí y lo hice, con la espalda recta y la mirada tan fria que si las miradas mataran, tendria a todo el mundo bajo tierra.
Adam White
Ahora que había admitido a Noah las reglas de la Academia cambiaban, no iba a dejar que esta chica induzca a la lujuria a mis estudiantes así que ahora debia mantenerlos a raya: No tenia más opción que cambiar algunos horarios y reglas. Cuando todos llegaron supe que iba a ser complicado: Manejar que más de 2000 estudiantes no violen o acosen a una chica no es nada fácil pero esta es una Academia de prestigio y no voy a arruinarlo solo por el hecho de que ahora tenga a una mujer entre mis hombres.
- Muchachos: Todos y cada uno de ustedes está aquí por el hecho de que han demostrado la fuerza y la valentia suficiente para entrar a los cuarteles de la S.W.A.T y espero que aquella energía, espíritu y fuerza siga en ustedes hasta el día de su muerte- dije, mi voz fue interrumpida por las puertas, hize un gesto para que nadie regresara a mirar atrás- Y como todos saben, esta es una Academia de pretigio por lo que las reglas se deben seguir al pie de la letra ¡Para todos!- dije mirando a mi hijo y a los hijos de los Coroneles, Tenientes y toda la Armada- Así que les voy a decir las reglas claramente. Número uno: Nada de Lujuria- dije y todos soltaron pequeñas carcajadas.
- Perdón papá- dijo mi hijo medio riendose- Pero solo hay hombres aquí ¿Porqué esa ridícula regla?- me pregunto, sonrei ante eso: A veces podía ser muy idiota.
- ¡García, al frente!- grite y pronto todos los estudiantes se dieron cuenta de el "intruso" femenino que estaba entre ellos, pronto la tuve frente a mi- Espero que a ti también te quede claro esa regla- dije y ella asintió.
- Si, General White- dijo, vayá: Me la mandaron a la princesita educada.
- ¿Qué hace ella aquí?- pregunto Xavier y yo alze las cejas.
- Ella al igual que todos ustedes ha demostrado la fuerza y valentia suficiente para estár aquí- vi como una pequeña sonrisa queria formularse en la cara de Noah pero no la dejaba ver- Es por eso que ella está aquí: Por que es igual y hasta más fuerte que muchos de ustedes- prosegí- Regla número dos: Ni drogas ni alcohol ni mucho menos que paguen por una mujer- dije- Eso incuye la primera regla y si en está Academia veo que hay un gramo de Lujuria: Expulsare al culpable- dije refiriendome a todos, incluida Noah- Regla número tres: Aquí no hay ventajas, todos compiten por su puesto y cuando este feliz con su logro puede irse- dije- Regla cuatro: Se les permitira escribir a sus familiares pero nadie puede saber dondé estamos: Nos encontramos en una finca lo suficientemente alejada del mundo para poder entrenar libremente- dije- Esas son las cuatro reglas más importantes ¿¡ENTENDIDO!?
- Si, General White- dijieron todos al mismo tiempo.
- Bien- dije y segui al frente, haciendo que el resto hagan lo mismo.
Xavier White
Era estúpido, mi padre decia que esta era una Academia de prestigio pero ¿La aceptó a ella? Iba a quejarme de eso, era una chica: No podria estár aquí.
- No creas que me he olvidado de la patada que me diste en las pruebas, eh- le dije a aquella mujer, no se giro a verme, su mirada en frente y sus ojos azules más frios que el hielo.
- Necesitaria más especificaciones: Te di muchas patadas aquel día- dijo simplemente.
- Escúchame mocosa- dije muy molesto- Lo máximo que estarás en esta Academia será una semana y luego volveras corriendo con tu mami, llorando y suplicando que te casén con un hombre ¿Es eso lo que quieres? ¿Buscar marido? Dios, las mujeres son muy deseperadas- dije poniendo los ojos en blanco, crei que se molestaria y me atacaría: Así seria más fácil expulsarla pero ella se mantuvo igual. Fria y firme.
- No busco marido y no soy una mujer desesperada: Simplemente consigo lo que quiero de la forma correcta- dijo y entramos a una de las muchas salas de pelea que tenia la Academia.
La Gran Academia de las Fuerzas Especiales es una Academia dirgida y construida por la familia White, además de ser una de las mejor Academias policiales del mundo también es la residencia White: La familia más poderosa del mundo por lo que yo me crie en está Academia, yo y mis hermanos: Santiago e Isabela.