El General Adam White: el último pilar de la Familia White

Capítulo Veinte

Domingo, 10 de Enero de 1700

Noah García

Alguien me agitó levemente en la cama y yo solté un gruñido, abrí ligeramente mis ojos y me encontré con un soldado de El Ejército.

- ¿Qué? ¿quién? ¿por qué?- dije aún medio dormida.

- Señorita García, necesito que se vista y me siga inmediatamente.

- ¿Qué ocurre?

- Se lo van a explicar en un momento, mi deber es llevarla dónde me han pedido.

- ...

- ...

- Si La Armada me va a fusilar, al menos me van a dejar morir con mi uniforme- dije y me levanté y fui a mi baño para poder alistarme.

Me coloqué mi uniforme habitual y me dejé el cabello suelto, el soldado me esperó y me llevó a una habitación en los pisos altos de La Academia, en esos pisos vivian La Armada y La Familia White. Estuvimos caminando como por 20 minutos hasta que finalmente llegamos y entramos a una habitación enorme.

Para mi sorpresa, no estaba a punto de ser fusilada: en la habitación se encontraba toda La Armada (pero sin sus herederos), Julia, Isabela y Santiago White (familia del General White) y el líder de El Ejército. En una gran cama se encontraba el General Adam White realmente enfermó.

Cuando entré, me reverencié al instante y el General Adam White regresó a verme, en cuanto me vió, me dió una sonrisa de suficiencia.

- Pero miren a quién tenemos aquí: Noah García, el mismo fuego y tormenta.

- Buenos días General, espero su pronta recuperación.

- Si, eso no va a pasar.

Mi cuerpo se puso tenso con las palabras del General, parece que él sabía lo que estaba ya escrito en su destino.

- Acércate un poco más.

Acaté la orden y me acerqué un poco más, sentí la fría mirada del líder de El Ejército pero se la mantuve un tiempo.

- No te asustes, Máximo trata así a todos los soldados con los que está- dice el General White y asentí.

- Como usted diga mi General.

- Leal, servicial, fuerte y educada, es apta mi General- habló el líder.

- Dime algo nuevo- le dijo el General y soltó una risa.

Me quedé en silencio, no tenía porque interrumpir y sería pésimo de mi parte, siguieron hablando entre susurros hasta que el General White pidió que le pasaran una caja y el Sub-General Delanttre lo ayudó con eso.

- Lo que sea su voluntad, mi General- dijo y le entregó la caja al General White.

- Sin duda espero la misma lealtad, Delanttre: de ti y de todos ustedes.

- Si General.

Seguí inmovil pero mi mirada fue a Santiago, él ya me miraba y me dió una gran sonrisa.

...

No estaba entendiendo absolutamente nada.

- Noah, es posible que tú te hayas enterado del estado de salud de mi hijo Xavier ¿O me equivoco?- dice el General.

- No se equivoca General, ya me han informado del estado de salud de Xavier White- dije con formalidad.

- Será enviado a un tratamiento experimental en el exterior pero yo ya tengo mis días contados: no puedo esperar a que se recupere.

- ...

- ...

- Recuerdas lo que me dijiste aquella vez que te di la oportunidad de ser aprendiz de General.

- Lo lamento mi General, no lo recuerdó.

Abrió la caja y le entregó algo brillante al líder de El Ejército.

- Yo sí, lo recuerdo muy bien.

Alguien entró y le dió un paquete al líder de El Ejército, abrió la envoltura y sacó una bella espada, sin duda alguna era magnífica.

- Te ordené que bajaras la cabeza y lo hiciste pero después de eso me contestaste una cosa...

El General White se quitó su famoso "Anillo de Poder", un anillo de rubí grande y con aires de poder y se lo dió al líder de El Ejército.

- "No lo haré por siempre"

Repetí las misma palabras que el General, las recordaba, claro que las recordaba: no era fácil olvidar cuando me atreví a retar la autoridad de El General Adam White.

- Su historia será recordada, nadie nunca podrá olvidarlo, General Adam White: el último pilar de la Familia White- dijo el líder de El Ejército.

- Eso espero y voy a volver, me voy a asegurar de eso- dijo el General White y su familia se acercó a él.

Con el "Anillo de Poder", un objeto brillante que no alcanzé a ver y una magnífica espada: el líder de El Ejército se acercó a mi, mis manos estaba algo sudorosas, mi corazón estaba latiendo a mil por hora y no sabía que iba a ocurrir a continuación.

- Cumple con tu palabra- dijo el General Adam White.

- Noah Soleil García, a voluntad del Ex-General Adam White: te nombro líder mundial y nueva General al mando del mundo y La Gran Academia de las Fuerzas Especiales.

Adam White

Soy el General Adam White.

Primogénito del General Enzo White y su esposa Scarlett White, primer y único hijo varón junto con mi hermana Alice White.

Los Generales de La Familia White eran hombres fuertes pero bastante débiles, fáciles de manipular y tan solo el hombre que nos pusó como líderes Zephyr White no fue así.

Sin embargo, yo no seguí la misma línea de idiotez que mi padre, no siempre al menos.

Cuando era estudiante en La S.W.A.T era tal y como los anteriores líderes de mi familia eran: tranquilos, dedicados y yo era algo ingenuo pero no tanto. Mi padre estaba listo para darme el poder mundial y volverme General, tenía el favor del anterior y nuevo líder de El Ejército para ascender al poder, ellos confiaban ciegamente en mi y eso me daba más poder.

Pero todo cambio una mañana de primavera, recuerdo que fue el 9 de Octubre de 1675. Buscaba a mi hermana Alice para decirle que lo había conseguido: había conseguido la autorización para otorgarle el divorcio con su terrible esposo pero no la encontraba por ninguna parte.

Mi padre me llamó a uno de los espacios abiertos de La Academia, fui inocentemente, esperando a que mi hermana estuviera con él pero no fue así. Cuando llegue solo estaban mi padre, mi madre y el esposo de mi hermana para darme la noticia que cambio toda mi vida: Alice White, mi hermana dos años menor, estaba muerta. Su esposo la mató a golpes porque ella se negó a seguir soportando sus infidelidades.