The Dynasty Garcia

¡Y qué surjan los problemas!

Capítulo Veintiseis

Cinco horas después

Viernes, 15 de Enero de 1700

01:00 a.m

Noah García

Abrí los ojos, todo se veía blanco. Comencé a parpadear para poder ver mejor, cuando finalmente se me despejó la vista: me di cuenta de que me encontraba acostada, Santiago estaba a mi lado, el doctor de La Academia al otro y en el pie de la camas el resto de líderes de Las Dinastías.

- ¿Q-qué pasó?- pregunté pero todos se miraron entre ellos, sin decir nada.

- General, se desmayó- explica el médico e hice una mueca

- Solo dime qué no fue por esfuerzo físico de más o estrés- dice y él negó con la cabeza.

- No, General, no fueron esas las razones- dice y una mujer entra a la sala, se reverencia y yo asentí.

- Esta bien, eso era lo importante- dije y me levanté un poco, Santiago y todos los demás me miraron con angustia y sin saber que decir- ¿Qué?- pregunté y la mujer se acercó.

- General, mientras estaba inconsciente tuve que revisarla para asegurarme de que todo este bien- dijo sin mirarme a los ojos y yo asentí.

- Esta bien, pero ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?- pregunté y Thomas Sánchez dió un paso al frente.

- Unas cinco horas, General: es la una de la mañana del Viernes explica y suspiro.

- Lamento tenerlos despiertos a estas horas, deben estar cansados- dije y miré a la mujer- ¿Cuál fue la causa de mi desmayo?- pregunté, ella miró por el rabillo del ojo al doctor.

Y todo lo que estaba construyendo, pareció irse por la colina con sus simples y dóciles palabras.

- Mi General, usted está embarazada.

La noticia me vino como un balde de agua fría con hielo, mi corazón parecia que iba a detenerse en cualquier instante y solo pude mirar el suelo. Sentí la mirada de todos y cada uno de los integrantes en esa sala y mi vida volvió a ser horrible en un momento, en los cinco segundo que esa mujer tardo en decir aquellas palabras.

- Necesito estar sola...- dije pero todos me miraron con tristeza- Por favor, salgan...- pedí pero nadie lo hizo.

Noah García es débil sola, no cuando está con alguien.

- Noah, estamos contigo...- dice Santiago y niego con la cabeza.

- ¡¡FUERA!!- grité con furia- ¡¡AHORA!!- León vino y alejó a Santiago de mi- ¡¡SALGAN TODOS!!- en un momento la habitación quedó vacía y traté de reprimir las lágrimas.

Noah García no llora...

El dolor de cabeza vino nuevamente pero no podía fijarme en mi cabeza ahora.

¿Tú? Tú nunca en tu vida vas a olvidarme, ni vas a olvidar lo que te hice.

No, no, no: fuera de mi mente Xavier.

Ya está preparándose para ti.

Abrí los ojos, no sentía lágrimas. Me levanté e inmediatamente busqué un cuchillo, un instrumento médico, lo que sea que tenga filo.

Ya me encargué de que nunca lo olvidaras...

Encontré un bisturí, lo coloqué en su mango lo más rápido que pude, me corte en el proceso sin importarme nada.

Y yo te juro, Noah Soleil García: que siempre te acordarás de lo que pasó aquella noche, siempre.

Finalmente pude hacerlo pero cuando me estaba apuntando al vientre, sentí algo tocar mi cabello. Me giré y vi al hombre de todas mis pesadillas: Xavier.

- ¿Matarás un alma indefensa? Pensé que eras mejor que tu padre- colocó una flor morada en mi cabello y retiró un mechón del mismo de mi cara- Él y tu madre te dieron una mala vida, lo sé ¿Pero tú vas a negarle hasta eso, la vida?- pregunta y niega con la cabeza.

- Cállate, esto no debería de existir y tú pronto vas a morir: no sabes lo que dices- dije y volví mi vista al frente, sosteniendo el mango con fuerza.

- Búscame y mátame si lo deseas- escuché aún su voz y cerré los ojos- Pero ese bebé no tiene la culpa, no tiene que pagar por lo nuestro.

- ¡Cállate!- dije, estaba intentando no derramar lágrimas.

Es una ilusión Noah, no existe, está lejos, no tiene idea, no hagas caso: hazlo...

- Y no solo lo matarías, te suicidarías en el proceso- dice y niego.

- No existes...- dije y levanté el bisturí.

- Pero este bebé si- se pone frente a mi ahora.

- Primero será esto y luego no podrán hacerte una maldita tumba, porque en cuanto tu padre muera: no quedará ni rastros de tu existencia- dije pero él no mostro expresión alguna.

- Y te esperaré en el infierno, porque si lo haces: ese bebé irá al cielo y nunca en tu vida podrás pedirle perdón por no darle siquiera una oportunidad.

- Silencio.

- Asesina.

- Silencio.

- Mata a todos los criminales del mundo si quieres, eso no cambiará nada pero si matas este pequeño: vas a ser una asesina.

- Silencio.

- Que asco de madre.

- ¡¡QUÉ TE CALLES!!

- ¡Noah, suelta eso por favor!

La voz de Santiago interrumpió todo, regresé a ver a Xavier pero él ya no estaba. Miré a Santiago y él parecia aterrado

- Estás mal, lo sé pero piensa con la cabeza fría. No uses tu instinto, por favor- dice y se acerca lentamente, Thomas, León y James entraron pero se quedaron en la entrada, viendo la escena.

La voz de Xavier volvió a ser escuchada por mis oídos.

- Vamos, asesina a tu hijo frente a ellos- susurra y Santiago se acerca.

- No sé que te ha ocurrido pero sé que quieres olvidarlo, no es la manera Noah, baja eso- dice y se me forma un nudo en el estómago. Niego con simpleza.

- Mata a tu hijo, siempre has sido una cobarde, así que vamos, hazlo, se cobarde tal y como estás destinada a ser- vuelve a decir Xavier.

Niego otra vez y Santiago llega a mi, levanta los brazos en una señal de que lo abrace.

- Hablemos y si lo crees conveniente, arreglaremos tan pronto como se pueda ese asunto- dice y extiende una mano para que le entregué el bisturí.




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