Capítulo Veintisiete
Dos días después
Domingo, 17 de Enero de 1700
Noah García
- Y su capa- dice la costurera y me coloca la capa, era algo pesada pero nada que no pudiera manejar, me la abroché y limpié un poco el traje.
Era realmente bello, un traje de pantalón completamente blanco: digno de un General al mando, tenía una capa blanca a juego y unas botas también a juego. Me había recogido el cabello en un moño alto y dos pequeños mechones sueltos en la parte de al frente, no llevaba ningún tipo de maquillaje porque no tenía costumbre de usarlo, no llevaba tampoco guantes.
- General- escucho la voz de una mujer y regreso a ver a la esposa del General White, Julia White- El General Adam White pide que lleve su anillo el día de hoy- dijo y me entregó una caja.
Sorprendida, abrí la caja y ahí estaba el anillo del poder del General White: un anillo de una piedra grande de rubí, el anillo en si era de color dorado y un poco pesado pero nada que no puediera tolerar.
Un peso similar a mi nuevo puesto.
Me lo coloque en el dedo índice de la mano derecha, lo admiré un rato antes de acomodarme el cuello del traje y mis dos mechones de cabello detrás de las orejas.
- Nuestra General se ve preciosa de blanco- dijo la costurera y me acomodó la capa- Ya estoy trabajando en su vestido, General- me informó y asentí.
- General- dijo Emilio, entrando a la habitación y lo miré por el espejo- Ya es hora- informó.
- Perfecto, vamos entonces- dije y me miré una última vez antes de salir y dirigirme al Gran Salón. Caminé junto a Emilio y Arturo hasta la entrada del Gran Salón, ahí me quedé y escuché toda la ceremonia.
Entre los invitados que se encontraban fuera de los miembros de La Armada, El Ejército, todos los estudiantes de La Academia y La Familia White: se encontraban los líderes de Las Dinastías Sánchez, Castillo y Evans, mi madre y mi hermano.
- ¡Atención, firmes!- dice Máximo- ¡Nuestro líder, El General Adam White!- dice y a pesar de no estar adentro: puedo ver cómo todos los soldados se inclinan con su mención. Soñando con tener el mismo respeto.
No... Tenía que ganarlo, si eso quería necesitaba luchar por ello.
- ¡Soldados, miembros del ejército, Armada y estimados invitados! El día de hoy, debido a mi condición de salud: he decidido retirarme oficialmente como General y líder mundial al mando- escuché que los soldados murmuraban- ¡Silencio!- otra vez se hizo el silencio- Por esa razón, una nueva Armada se levanta el día de hoy. Con dos nuevos miembros dentro de La Armada.
Tome aire y acaricié con mi pulgar el anillo, suspiré y esperé mi turno.
- Como segundo y primer Sub-Tenientes de La Armada, Louis Thompson y Mickey Lancaster- dice el General y escucho unas puertas abrirse. Escucho el juramento que Louis y Mickey hacen y repaso el mío.
- Como segundo y primer Tenientes de La Armada, Marlon Arnold y Alex Miller- continúa el General y Marlon y Alex entran mediante las mismas puertas que entraron antes Louis y Mickey.
- Como segundo y primer Tenientes-Coroneles de La Armada, William Saavedra y León Daft- al ingresar, también hacen su juramento de lealtad a La Academia y al nuevo General, en este caso: a la nueva General
- Como tercer, segundo y primer Coroneles al mando de La Armada y La Gran Academia de las Fuerzas Especiales: Zahír Mallory, Dimitri Lennox y Harry Delanttre- la mención de aquellos tres nombres hizo que los soldados murmuraran, seguramente pensando en porque el hijo del Sub-General ahora es Coronel de La Armada.
Al igual que el resto: Zahír, Dimitri y Harry ingresaron e hicieron su juramento ante todos. Ya solo faltaba Santiago y yo, debo admitir que está vez si estaba nerviosa pero me controlé todo lo que pude.
- Como Sub-General al mando de La Armada y La Gran Academia de las Fuerzas Especiales: Santiago White.
En cuanto se presentó Santiago como Sub-General, se creo un fuerte bullicio, El General White logró calmar la conmoción pero todo seguían preguntándose quien se supone que iba a ser el General, escuché que algunos decían que iba a ser Xavier y otros en cambio decían que era Alex Delanttre el nuevo lider mundial. Tome aire y cerré los ojos un momento. Emilio y Arturo se colocaron para poder abrir la puerta.
Vamos Noah, llegó la hora.
- Como General mundial, líder del mundo y La Gran Academia de las Fuerzas Especiales y mi heredera: Noah Soleil García.
Abrí los ojos mientras Emilio y Arturo abrían las puertas para mi, mi panorama fueron un montón de soldados sorprendidos y en la parte superior del Gran Salón estaban el General White, el líder del Ejército, la antigua Armada y mi Armada, La Familia White y mi familia.
Avancé de manera normal hacia El General White, sentí la mirada de todos los soldados dentro de la sala: un sentimiento similar al que tuve cuando me presenté por primera vez como parte de La Academia, subí las gradas hasta llegar al frente del General White. Ya ahí me pasaron la espada que ordené: similar a la que tenía antes, una espada grande y con un mango negro y unas pequeñas letras "N" y "G" grabada en dorado. El General White me la entregó y tomé el filo con mis manos.
- Noah Soleil García, el día de hoy, 17 de Enero del año de 1700: pongo en tus manos el liderazgo de La Gran Academia de Las Fuerzas Especiales, posicionándote como General líder- me aplasta ligeramente la espada contra las palmas y entiendo su señal, cierro mis manos entorno al filo de la espalda.
- Juras proteger La Gran Academia de las Fuerzas Especiales con tu vida para evitar que el mal caiga en ella, hacer crecer La Academia para poder crear un legado de bien y sacrificarte por el bien del mundo y La Academia- dice.