The Dynasty Garcia

Batallas ganadas, batallas perdidas

Capítulo Treinta y Ocho

Noah García

Volvimos después de dos horas en la tumba de mi madre, a pesar de las quejas de mi hermano que ya se me habían presentado no iba a cambiar de lugar el ataud. Ella habia muerto en La Academia por lo que aquí se iba a quedar su cuerpo.

De vuelta en La Academia Santiago fue directamente con Eleanor mientras que yo iba a descansar un momento antes de esa incómoda conversación, sin embargo alguien ya estaba en mi habitación cuando entré y me abrazó, simplemente no pude no corresponderla.

- ¡¡Noah, finalmente llegas!!- me dice y la llevo al sillón para poder quitarle las lágrimas.

- Yo también estoy feliz de verte Sabrine, te he extrañado mucho sin embargo no puedo decir lo mismo de tu esposo o de Darían- dije y soltó más lágrimas.

- Noah, han sido horribles estos años sin ti- dice.

- Algo me dice que tienes mucho por contar- dije y me quite la capa mientras escuchaba a Sabrine hablar.

- En este momento estoy huida de mi esposo, Xavier me matará si se entera que he venido a verte, desde que nacieron Roxana y Ryker no ha dejado de estar sobre mi, quiere controlarme como lo hacía al principio de nuestro matrimonio- comenta.

- ¿Tuviste más hijos con Xavier?- pregunté regresando a verla mientras me soltaba el cabello, ella soltó una risa amarga y me miró con tristeza.

- Como si tuviera opción de no tenerlos- dice y algo se me rompe por dentro.

- No puedo decir que te equivocas- dije y me senté a su lado- Somos mujeres y según la sociedad nuestro deber es tener tantos hijos como sea posible- suspiré.

- Y no podemos decir nada en contra, solo aceptar nuestro destino- dice y coloca su cabeza sobre mi hombro.

- Necesito que ese hombre reciba su karma- hable y ella soltó una risa.

- Ya lo está haciendo, cuando te fuiste Xavier comenzó a actuar de manera prepotente pero Harry lo detuvo en seco, asegurando qué era él quien lideraba La Academia bajo tu orden y que no iba a permitir que desafíe su autoridad.

- Yo sabía que Harry iba a liderar bien La Academia- dije.

- Roxana es el karma de Xavier, son básicamente iguales y él lo detesta. Roxana es muy altanera con su padre a pesar de tener solo seis años porque ella si que detesta cuando la minimizan por sobre sus dos hermanos- dice y sonreí.

- No conozco a tu hija pero ya me agrada- hable y ambas reimos.

- ¿Cómo te fue por Europa?- pregunta.

- Fue cansado, nunca había sufrido tanto por un par de tierras. Fue una lucha difícil pero finalmente conseguimos la paz entre ambos reinos, con amenazas pero en paz- dije.

- ¿Qué fue lo que finalmente les hizo cambiar a la paz?- pregunta y tomé aire.

Me levanté del sillón y sin mirar a Sabrine a la cara, me quite la chaqueta y la camisa hasta quedar en el sostén y me quite el venda. No mire a Sabrine pero sabía que estaba aterrada, sabía que tenía la misma mirada que yo en el espejo cuando me miraba el costado derecho.

- ¡¡Dios mío, Noah!!- dijo y la escuche sollozar.

- La última batalla en el campo entre España y Francia, intervine nuevamente como General mundial y cometí el error de llevar a Nicholas conmigo- dije- Para finalizar la batalla, le dije a Nicholas que levantara una bandera blanca y poder ayudar a los solados caídos de ambos reinos y de mi batalla, cuando mire a mi hijo me percate que un soldado de la división española se acercaba peligrosamente a Nicholas. No dudé, no lo pensé, me abalance sobre Nicholas y sentí la espada pasar por mi costado.

Sabrine escuchaba la historia con horror en su rostro, supongo que era una historia aterradora para una ama de casa como ella y había sido el triple de aterradora para una madre como yo que solo pensaba en salvar a su hijo del dolor.

- El grito de Nicholas cambió algo dentro de mi Sabrine- dije con honestidad- Cuando vi como se sostenía la herida y como la sangre corría por el costado izquierdo de su cuerpo, como temblaba y soltaba lágrimas por el dolor y por su propia vida se me cayó el mundo. Ni siquiera se como logré gritar, ni como hice para detener la pelea, antes de darme cuenta ya estaba llegando donde nuestra división con mi hijo en brazos y ordenaba qué lo salvarán, que le dieran la oportunidad de seguir viviendo.

Me miré en el espejo y luego vi a Sabrine por el mismo, estaba llorando mucho y le di una sonrisa triste.

- Solo cuando mi hijo estuvo bajo asistencia médica fui consciente de mi propia herida, de como mi uniforme negro ahora era rojo y que todo me daba vueltas. Me atendieron de forma inmediata y salí de peligro pero fue horrible ver que Nicholas y yo compartíamos esa cicatriz. Es la única que tiene y lo marcará toda la vida, por seguir órdenes mías...

Me acerqué a mi armario y tomé un blusa de mi uniforme militar blanco, eran pocos los uniformes que tenía de este color pero tenia que usar este color para la cena de la noche.

- Al día siguiente ordené una reunión para terminar con todo eso. En cuanto tuve a ambos reyes presentes los amenace con todo lo que pude: poder, dinero, tierras, se los iba a quitar todo por atreverse a lastimar a mi hijo y seguir con esa absurda guerra. Al parecer doy más miedo enojada de lo que solía pensar porque en solo una semana hicieron acuerdos para firmar la paz.

- Jesucristo, Noah no podría ni imaginar lo dolorosa que fue la situación para ti y para Nicholas, sufrieron demasiado para conseguir el cese de esa guerra- dice y yo suelto el aire.

- Es lindo finalmente contar esta historia a alguien- dije y llamé a Judith- Como estaba rodeada de soldados, no tenía el derecho de verme débil o mostrar mis sentimientos a no ser que sea el de la ira. Debía mostrarme fuerte pero ocho años es demasiado, demasiado...- Judith entró y me ofreció una reverencia.

- A su servicio, mi General- dice y se acerca.

- ¿Cómo están Nicholas y Enrique?- pregunté mientras me quitaba los anillos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.