"Creer en el karma es algo que pocos hacen, pero de vez en cuando hay que hacerlo ya que uno nunca sabe cuándo bajaremos de la montaña rusa."
Había pasado ya un mes desde lo ocurrido con Edward y Yenna, ya estaba mejor, aunque aún dolía, ya no había vuelto a hablar con ninguno de ellos excepto por Ross ya que ella estaba en mi salón y éramos algo así como amigas «no muy en el fondo, es decir, ella no se tiraría del puente por mí así que yo tampoco», a pesar de que mi madre la consideraba una mala influencia; por otro lado Yenna y Edward no duraron mucho, él la dejó por otra chica, posiblemente era algo cruel y estaba mal pero me sentía realmente bien porque hayan terminado justamente así, aunque Ross se la pasaba besándolo y haciendo otras cosas a pesar de tener una nueva relación con un chico de otro salón, Barner, que era un chico muy agradable de hecho, Spencer y yo acordamos que era como nuestro mejor amigo.
Teníamos que presentar algo así como un musical por un evento que la escuela hacía cada año en noviembre por lo que la muy brillante asesora de grupo decidió que debíamos ir en sábado a ensayar «por cierto, esta misma mujer también asesoraba al grupo de Edward». Antes de que llegara la profesora estábamos pasando el rato en una esquina de la explanada principal, entre los que estábamos allí destacaban Lizzy, linda y popular, pero divertida y gentil; Halsey, extrovertida e incluso algo ¿rara?, pero en un buen sentido; Spencer, mi gran amiga; Emily, una chica apiñonada de cabello largo que recién estaba empezando a conocer, pero que era divertida.
—Aly, hay que tomarnos una foto —comentó Lizzy— ¡Anda!
Antes de que pudiera decir si o no, ella ya tenía el brazo levantado para tomar la selfie con las demás atrás.
—Yo también quiero salir —suplicó Ross metiéndose a la foto.
Halsey preguntó si podía salir así que le dijimos que sí, luego jalé a Emily para que se uniera. Lizzy tomó la foto y como no era sorpresa conociéndola la subió a Facebook.
—Que mal que la asesora nos haya hecho venir a ensayar en sábado —se quejó Lizzy.
—Lo sé —apoyé con mala actitud—, suficientemente malo es venir toda la semana.
—Pero al menos puedes ver a Edward. —Me indicó con su mirada.
Miré de reojo hacia enfrente y del otro lado de la explanada estaba el grupo de Edward y claramente Edward, bromeando con sus amigos y siendo pícaro con otras chicas.
—¿Cómo para qué querría verlo? —Alegué irritada.
Ross esbozó una sonrisa burlona y se acercó más a mí.
—Todos saben que aún te gusta —dijo engreída.
No iba a negar que aún sentía algo por él, pero ya me había decidido a superar ese absurdo crush con él, porque eso había sido…un simple crush que idolatré por ser mi primer novio y el primer chico que se fijaba en mí, aunque solo jugó con mis sentimientos y lo que podría decirse de cierta forma de mi inocencia, por eso no quería que él creyera que seguía siendo la chica de Edward Golz, la patética ex novia «si es que él me consideraba una ex novia, claro» de la que no podía librarse.
Tampoco quería que Ross me viera siendo tan patética, me di cuenta de que el Karma existía y la prueba viviente de eso fue Yenna, así que estaba segura de que Ross y Edward recibirían su merecido.
—Cómo digas —respondí indiferente.
Ross se entusiasmó cuando divisó al moreno alto acercarse un poco a un par de chicos que iban en mi grupo así que corrió hacia él para abrazarlo, al momento de lanzarse colgó sus piernas alrededor del cuerpo de Edward.
No podía oír lo que hablaban, pero seguramente era sobre mí ya que voltearon a verme de forma jocosa y él se rio un poco. Por mi parte me incliné hacia Spencer y le pedí que nos alejáramos un poco porque debía contarle algo importante.
— ¿Qué ocurre, Aly? —Susurró.
—Sucedió algo ayer… Barner me dijo que le gustó —afirmé inquieta.
—¿Y Ross qué? —Me miró preocupada.
Siendo sincera Ross me importaba un rábano, ella me hizo creer que era mi amiga y luego me apuñaló por la espalda y no satisfecha siguió enterrando la daga para que mueriera desangrada, ya Edward me había roto un poco más de lo que ya estaba, aprendí que no debía expresar tan pronto lo que sentía hasta que viera que de verdad recibirían la puñalada por mí.
—Es lo que le pregunté, me dijo que no siente nada por ella y que si le doy una oportunidad terminaría con ella.
—¡Wow, Wow! —Quedó boquiabierta.
—Creo que debería decirle a Ross, ¿no crees? —Fruncí los labios— Ella no está interesada en él así que seguro le dará igual.
—Posiblemente sí.
Fui hacia Ross que seguía con Edward, en el camino me fui apretando los puños que se me congelaron por los nervios.
—Ross.... ¿podemos hablar? —Dije tajante.
Ella asintió y se acercó a mí.
—¿Qué ocurre? —Preguntó desinteresada.
Empecé a vacilar sobre sí estaba haciendo lo correcto, pero su actitud y la presencia de Edward me dieron valor, ya no le tenía miedo al karma porque yo ya recibí lo mío y era el turno de Ross así que no iba a medir mis palabras.
—Es sobre Barner, él me dijo que le gusto.
Vi como el rostro de Ross se puso rígido, era claro que se molestó al oírme decir que su novio gustaba de mí y no la culpaba, eso mismo yo sentía cuando ella me lo recordaba cada que podía.
—Oye en verdad no quiero que te molestes —expresé apenada—, además no creo que te importe mucho si lo engañas con Edward —insinué alzando mi ceja.
—¿Qué no me importe? ¡Es mi novio!
Que hipócrita era, defendía al novio que ella misma engañaba…me preguntaba cómo sería que ella finalmente amase a alguien y la engañasen, definitivamente era algo que pagaría por ver.
—Vamos Ross, está bien no hace falta que sigas fingiendo —susurré—. Todos sabemos que engañas a Barner.
Levanté algo la voz para que las personas más cercanas si me oyeran de la misma forma en que ella lo hizo cuando mencionó que seguía enamorada de Edward hace un rato.
#8536 en Joven Adulto
#3677 en Novela contemporánea
adolescentes lgbt, adolescencia mentiras desconfianza, romance drama
Editado: 17.01.2023