The Girly

5. Beso, beso, solo un reto, es puro juego.

“Jugar con fuego es peligroso, si no tienes cuidado vas a quemarte y lo mismo pasa con enamorarte.”

Un mes pasó desde el torbellino emocional con Spencer y Andrew, desde aquel mensaje jamás le volví a hablar, incluso eliminé el chat con él y seguí mi vida distanciada de los rollos con chicos mayores, claro que eso no significó que me apartara del romance y el drama de mi edad.

Cuando estuvo ese asunto con Barner y Ross había un chico de mi grupo por quien empecé a sentir cosas, su nombre era Freddie, un chico amable y reservado, de buen atractivo, alto y con cuerpo atlético porque corría todas las tardes para tener condición ya que practicaba el futbol, su piel era apiñonada y su cabello era castaño claro «una profesora le dijo incluso que pensó que era rubio», tenía hoyuelos pronunciados cuando sonreía y vaya que su sonrisa era linda. Por azares del destino termínanos sentados cerca durante un tiempo e hicimos equipo juntos para algunas actividades, me cayó bien y parecía que también yo a él, me sonreía de diferente manera que al resto de las chicas y parecía más atento conmigo que al inicio de conocernos, pero entonces escuché que salía con una chica del siguiente grado y decidí poner distancia.

—Escuché que rompió con su novia —me contó Lizzy—, es tu oportunidad si te gusta.

Lizzy siempre sabía los últimos chismes de la escuela ya que ella pertenecía de cierta manera al grupo de los populares y por relacionarnos mucho con ella Spencer y yo también nos volvimos conocidas, solo que nunca a su grado.

—Ya no importa —dije resignada—, empecé a salir con Barner.

— ¿Es una broma? Oh vamos, ¿Barner?

Me encogí de hombros y Lizzy empezó a decirme la terrible idea que eso había sido.

Un par de semanas bastaron y entonces me encontraba atrás de Freddie terminando una actividad cuando accidentalmente se me cayó el lapicero al borde de la silla de él, me agaché para recogerlo y él también lo hizo, nos miramos unos segundos mientras subíamos el bolígrafo «como el clásico cliché». Desvié la mirada y seguí con lo mío hasta que una nota llegó por enfrente de mí.

Sentí una presión en el pecho y un gran arrepentimiento, en ese momento quise retroceder en el tiempo y haber rechazado a Barner, pero había sido muy tarde. Freddie me pidió salir con él y tuve que decirle que salía con alguien más.

Desde aquel momento Freddie dejó de hablarme y empezó a tratarme con indiferencia, incluso parecía esquivarme cada que hubiera oportunidad y como nuestros grupos de amigos no se relacionaban mucho ni siquiera había tantas oportunidades, luego me reasignaron a otro asiento y todo quedó atrás durante meses hasta ese veintitrés de marzo.

Cada vez más personas se unían a ese juego de los retos, solo que en este caso no era el clásico “verdad o reto” que solíamos jugar cuando teníamos ocho años, sino que ahora era llamado “¿Qué probabilidad…?” y el asunto era sencillo, solo retos. El juego consistía en ponerle un reto a alguien y contar hasta tres, si ambas personas decían el mismo número se tenía que cumplir el reto y sino, pues lo habías logrado y te salvabas; yo no solía jugar ese juego, pero Lizzy si y mucho en compañía de Garret, Sid, Monik, Juliet, Ross, Gwen, en ocasiones Tom y después se unió Freddie, en algunas veces también se unían otros del grupo ya que ellos era los más populares de nuestro salón.

Mi enamoramiento por Freddie solo lo supieron un par de personas, mis nuevas mejores amigas «porque a este punto, Yaely y Val ya se estaban borrando del mapa», Spencer y Lizzy, con quienes compartía gran parte de mi tiempo y risas. Ese día todo iba calmado y teníamos la primer hora libre porque el profesor enfermó, entonces muchos aprovecharon para jugar en una esquina del salón, por mi parte, estaba con Spencer en el celular cuando de pronto llegó Lizzy emocionada.

—Alysson —dijo poniéndose de cuclillas ante mi—. Oye le pusimos un reto a Freddie sobre ti…

—Lizzy no —protesté enseguida—. No quiero tener líos, él tiene novia ¿no?

—Si… —vaciló desinteresada—. Él está de acuerdo, además es algo inocente…solo debe darte un beso en la mejilla ¿estás de acuerdo?

— ¿Por qué me preguntas esto?

—Freddie dijo que quería saber si tú estabas de acuerdo para no molestarte.

Fruncí los labios no muy convencida, pero acepté porque creí que decía la verdad.

—Yo te aviso cuando.

Se levantó y fue apurada hacia su grupito de jugadores. Spencer me preguntó que ocurrió y le conté, pero ella también dudó sobre si era buena idea o no ese asunto.

Después de que se fue actué con tranquilidad, suponía que todo iría bien de cierta forma, el chico por quien sentí un leve crush estaba volviendo a hacerme estragos solo por un beso de reto. Cuando acabó la hora libre teníamos clase de gimnasia en la cancha de básquetbol así que estábamos saliendo hacia ella cuando Lizzy me habló.

—Freddie quiere que sea cuando se vayan todos —susurró—, en el pasillo.

—Ah…¿claro? —Fruncí el ceño confundida— ¿Por qué tanto rollo por un beso en la mejilla? A menos que no sea así… —Miré con recelo a Lizzy.

—Confía en mi Alysson.

Resoplé y reviré en broma los ojos, me salí del salón y esperé al final del pasillo mientras veía la cancha a unos metros debajo de donde estaba.

“Alysson”

Escuché la voz de Lizzy atrás de mí y volteé instintivamente, pero a quien vi junto a mí fue a Freddie, sabía porque estaba allí así que solo me giré para dar mi mejilla y acabar con eso pronto…

“No puede ser” “¡Eso Freddie!” “Le diré a tu novia…”

Todos los comentarios bromistas estaban sobre nosotros cuando nos vieron besándonos. Cuando el beso acabó Freddie se alejó enseguida y se marchó, yo me regresé al salón donde estaba Spencer viendo por la ventana con Aria y Hanna.




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