“No puedo evitar enamorarme de ti”
Finalmente estaba en el último año escolar y como cada año nos asignaron una nueva aula, sin embargo, la que nos dieron estaba atrás de la oficina de la directora y muy alejada del resto de aulas, era como si quisieran enviarnos al olvido.
Conforme pasé mi vida escolar en esta escuela pude darme cuenta que cada vez me fui alejando de la vida social, pero al parecer todos en la escuela me conocían incluso cuando yo no tenía idea de quienes eran; mi círculo social se redujo por completo a mi grupo de amigas y algunos otros de mi clase, como Garret, Tom, Peter, Gwen, Annie y Halsey, quien de hecho se declaró bisexual cuando iniciaron las clases, algo que tomó por sorpresa a varios, incluyéndome ya que la veía muy relajada al respecto. Otra de las cosas que cambió fue el hecho de que Eddie se transfirió de escuela y no hemos sabido de él desde entonces.
Desde que Spencer y yo nos alejamos de Lizzy dejamos de rodearnos de todos los populares de la escuela, nos centramos en nuestro pequeño grupo de amigas con Emily, Hanna y Aria quienes también eran conocidas, pero estas últimas no eran tan del agrado del resto sobre todo Hanna.
Ese día estaba esperando a Aria que se metió al baño.
—Date prisa, Aria —ordené desde el lavabo exterior—. La clase ya empezó.
Me recargué en el muro y cerré un instante los ojos porque moría de sueño, pero una voz pronunciando mi nombre llamó mi atención de golpe. Sentí un hormigueo en el estómago cuando volteé a ver quién me había hablado y detrás de mí se acercaba Caleb.
—Hola Alysson —dijo con su voz rasposa.
—Hola…
Lo vi jugar con sus manos delante de él como si estuviera nervioso o ansioso por algo, iba a preguntar el motivo de su habla hasta que Barner se acercó riéndose.
—Solo dilo, Caleb.
— ¿Qué ocurre? —Fruncí el ceño.
—Quería saber si…¿querrías ir al cine conmigo? —Preguntó vacilando en la pregunta,
Su invitación me tomó tan de sorpresa que me quedé sin aliento, pero no responder nada sería pésimo y demasiado obvio sobre mis sentimientos.
—Seguro —contesté algo relajada—, ¿por qué no?
—Genial. A las cuatro, ¿está bien?
— ¿Hoy? —Alcé mis cejas— Bueno…creo que tengo la tarde libre, pero…
—Espero verte ahí.
Me sonrió y se fue.
Aria estaba lavándose las manos cuando vino a mí emocionada y empezó a molestarme con el chico pálido y de lunar sobre el labio que acababa de invitarme a…¿una cita?
Cuando subimos al aula no pude prestar atención a la clase por pensar en lo que ocurrió y en lo pasaría más tarde si asistía al cine con él. Después de que la clase acabó, las cinco nos juntamos para hablar sobre el tema mientras esperábamos la siguiente clase.
—Tienes que dejar que él pague todo —me ordenó Hanna—. Él es un idiota, ha actuado como idiota contigo…será mejor que se esfuerce bien.
— ¿Qué vas a usar? —Añadió Aria emocionada— Debes verte bien, péinate.
—Usaré algo simple, ¿blusa y nos jeans?
—Que pésimo momento para haberte cortado el cabello —protestó Hanna—, lo tenías mejor antes.
—Ya no me digas, me arrepiento cada día desde hace medio año.
—Tu cabello hace dos años era tan largo como el de Emily —comentó Spencer—, ¿por qué lo cortaste tanto?
— ¿Cerrar ciclos? —Bromeé.
— ¿Qué ciclos ibas a cerrar? —Se burló Emily— ¿Ben? ¿Barry? ¿O quizá…?
—Sí, ya entendí…muchos ciclos.
En la tarde llegué al cine y vi a la hermana menor de Caleb, Cassie, quien también asistía a nuestra escuela. La chica era muy parecida a Caleb, solo que ella era más amable y carismática, incluso nos llevábamos mejor de lo que me llevaba con Caleb.
—Ya debo irme a la plaza—avisó Cassie—. No llegues tarde a casa, Caleb… ¡Adios Aly!
Me dio un abrazo de despedida y luego se marchó.
—Compremos los boletos.
—Seguro.
Ignoré el consejo de Hanna sobre dejarlo pagar todo y pagué mi propio boleto, también compré mis propios caramelos y una bebida pequeña.
Faltaban unos quince minutos para que la sala se abriera así que esperamos sentados en las mesitas frente a la dulcería. Tenía mis manos frías y pálidas por los nervios, estábamos en total silencio porque no había un tema de conversación y eso me hacía sentir incómoda.
— ¿Puedo preguntarte algo? —Soltó de repente.
—Ya lo estás haciendo —bromeé.
Caleb arrugó su entrecejo y luego dibujó una pequeña sonrisa.
—Graciosa.
—Claro, dime —repliqué volviendo al tema—. ¿Qué ibas a preguntar?
— ¿Por qué siempre estás con tus amiguitas?
El tono de su pregunta no era gracioso, pero tampoco parecía decirlo a manera de ofenderme.
— ¿Qué? —Me confundió su pregunta— No es verdad…
—Es cierto, no veo que estés ni un minuto lejos de ellas —alegó serio.
Su expresión en el rostro ya no parecía que lo dijera en broma, si es que en algún momento lo fue.
—Tú siempre estas con Barner. —Encogí mis hombros—. ¿No es igual?
—No tiene nada que ver.
“Sala 7...ya pueden pasar.”
Dejamos el tema y nos fuimos a la sala. No entendía porque había preguntado eso, pero quizá sí tenía razón y yo nunca me alejaba de ellas.
—Espero no te de miedo la película —bromeó.
—Eso espero. —Me reí.
Caleb solía confundirme mucho ya que cambiaba de actitud demasiado rápido y sin alguna explicación, pero no sabía si era solo conmigo o también era así con el resto.
Toda la sala estaba a oscuras y en silencio, de vez en cuando se oían algunos pequeños gritos de susto cuando una escena de terror aparecía. A mitad de película comencé a tener frío, pero había olvidado llevar mi sueter así que me abracé a mis brazos para sentir lo caliente de mis manos; Caleb notó lo que hacía y pasó su sueter por el reposabrazos sin decir nada.
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Editado: 17.01.2023