The Girly

22. Una mala mentirosa.

ADVERTENCIA.

El capítulo contiene referencias a temas sobre la orientación sexual, si tienes incorfomidad o inconvenientes respecto a este tema lo mejor será que evites leerlo y si lo haces pido abstenerse de hacer comentarios ofensivos. 

 

“Traté de no pensar en ti y aún trato de no ceder a ti, pero con mis sentimientos quemando mis huesos…supongo que soy una mala mentirosa.”

Estaba a unos días de la graduación escolar, exactamente una semana y luego iríamos todos a una escuela nueva así que entonces los compañeros, parejas y por supuesto los amigos se iban a separar. Durante el último mes estaba esperando este momento, pero ya teniéndolo a la vuelta de la esquina me arrepentí porque mis mejores amigas se irían a otra escuela, exceptuando a Emily, pero el asistir a la misma escuela no garantizaba que seguiríamos siendo mejores amigas.

Durante las horas libres que pasábamos en la cafetería, lo único de lo que hablaban las chicas eran sobre la fiesta de graduación después de la ceremonia de graduación.

— ¿Ya tienen sus vestidos?

Aria asintió emocionada mientras que Spencer y yo negamos rotundamente.

— ¿Cómo qué no? —Reclamó Hanna molesta.

—Aún no sé qué usar.

—Yo no tengo nada, más que el vestido negro que usé para una de las clases de danza.

—Ese es lindo, ¿por qué no lo usas? —Le sugerí amable a Spencer.

—Está escotado y ya sabes que no me gusta por ya sabes que…

Spencer tenía un cuerpo lindo, era delgada y con curvas, sobre todo de la parte de arriba y muchas chicas se lo habían dicho sin embargo, esa era la misma razón por la que sentía incómoda con su cuerpo.

—¿Qué tiene? Se te ve bien.

—Hanna…déjala si no quiere usarlo.

Aria estaba haciendo una tarea, pero al mismo tiempo oía la conversación.

— ¿Y Emily irá?

—Ella nunca va a ningún lado, excepto si es con Juliet…¿de desde cuando se hicieron tan amigas?

Cada que tenían oportunidad, Hanna y Aria se quejaban de lo mucho que Emily faltaba a nuestras salidas en comparación de con Juliet, en cierto punto estaba de acuerdo con ellas, pero no podía reprocharle nada a Emily si no quería salir con nosotras ya que después de todo era su vida y no teníamos derecho a opinar sobre ella.

Más tarde en el salón estaban en una esquina el grupo de populares de nuestro salón jugando sus típicos juegos de ponerse retos. Sid estaba pasando junto a Aria y a mí para irse con sus amigos cuando mi amiga lo llamó.

— ¿Qué hacen, Sid?

—Jugando… —contestó pícaro y guiñó su ojo.

Cuando se fue vi el semblante desanimado de la chica junto a mí y luego esta me susurró:

—A veces quisiera jugar con ellos.

—Pero ya lo has hecho —respondí tajante—. Te has besado con Sid y Garret al mismo tiempo, además has tenido tus momentos candentes con Garret…¿qué más quieres?

—Es que ellos son divertidos, nosotras siempre somos aburridas —insistió fastidiada—. ¿Crees que si voy me dejen jugar?

Me encogí de hombros y segundos después la vi apresurándose para ir con el grupito.

No culpaba a Aria por querer realizar las cosas que ellos hacían, era lógico que quisiera experimentar las mismas cosas que otros chicos hacen porque pueden verse divertidas o solo porque quienes las hacen son personas con las que ella quisiera encajar, yo también hice cosas y cambié mi forma de ser, mis gustos y apariencia incluso solo para encajar con los chicos populares como Edward, Yenna, Mindy o como hicieron Lizzy y Kendall, que ahora son de las chicas populares de la escuela.

Ver a Aria actuando así me hacía preguntarme…¿hasta dónde podemos llegar por la presión social que nos obliga a querer ser como el resto?

La semana ya estaba por terminar, estaba pasando el rato con Aria en la cafetería mientras Emily jugaba voleibol y Spencer estaba con Hanna en el aula entregando una actividad que tenían pendiente ambas.

Hazlo conmigo y con Ross —mencionó Audrey jocosa.

No les estaba prestando mucha atención porque no me interesaba en absoluto lo que ocurriera con Ross y su vida, tampoco Audrey ya que hacía tiempo que había dejado de ser tan amiga de ella, pero al oír la voz de Aria tuve que voltear a verlas.

—Bien —titubeó Aria—. Ustedes me dicen cuándo.

¿Acaso era lo que pensaba? En efecto lo fue, las tres chicas se dieron un beso simultaneo entre ellas y Aria había aceptado hacerlo, ¡mi Aria! La misma chica tímida e inocente que no entendía las expresiones vulgares que los chicos hacían o los chistes de doble sentido que Sid le hacía…

—Nunca dejas de sorprenderme Aria.

No sabía que me sorprendía más, sí que se besara con chicas o que justo esas chicas hayan sido Ross y Audrey a quienes Aria tampoco le agradaban mucho, pero con quienes estaba empezando a tratar más luego de jugar con el grupito popular.

—No puedo creer que hice eso —masculló atónita.

—Alysson, tu turno —me avisó Audrey sin preocupación—. ¿Lo harás?

—Oh, ¡sí! —Aria se emocionó y me jaló hacia Audrey— Hazlo.

Me puse nerviosa de pronto, no porque fuera algo especial sino porque hacerlo podría significar algo más grande para mí si me sentía bien después de ello.

—Sí, ¿por qué no? —Repliqué actuando relajada—. Da…igual.

Lo hice y…besar a una chica ya no me importaba, aunque para ese punto creía que nunca lo hizo realmente porque suponía que quizá siempre había tenido esa sensación a las chicas solo que no sabía que era y cuando lo supe me aterré.

Hanna y Spencer bajaron a la cafetería, cuando llegaron con nosotras Aria sugirió emocionada que Hanna también debía hacerlo.

— ¿Ustedes lo hicieron? —Preguntó estupefacta Spencer.




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