Prólogo

¿Alguna vez sentiste que todo acababa cuando apenas iniciaba?

Porque yo si.

¿Alguna vez has pasado por a lado de la muerte?

Muchos probablemente no, muchos probablemente si, en mi caso, yo puedo jurar que me he cruzado con ella más de lo que recuerdo realmente.

¿De qué eres capaz por el poder de ser más? ¿De ser superior?

Cuando era un niño, no me creia capaz de arriesgar ni un poco mi vida por el simple hecho de "ser más" pero claro estaba que no me conocia ni sabia lo que podia hacer con unas simples palabras.

¿De qué eres capaz por la ambición del poder, por controlar todo?

Solía pensar que nada, que el poder solo hacia mala a la gente y no me equivoqué en lo último.

Me había vuelto un hombre cruel, rencoroso, probablemente miserable y detestable...

Pero me volví un hombre poderoso.

Probablemente el más poderoso que mi Dinastía vea.

Poder...

He visto mucha gente cambiar de mala a buena y de buena a mala por la desesperación del poder, fui uno de ellos.

Me creian inútil, inocente y adorable pero alguien inútil, inocente y adorable no tendría enemigos en cada lugar que va, sea cual sea el lugar.

Yo... Por más que lave mis manos, por más que trate de olvidarlo, por más que me disfraze, por más que intente ocultarlo con maquillaje o una prenda nunca dejaré de ser quien soy.

Mis manos son rojas de tanta sangre, todo el sufrimiento que pase para llegar hasta aqui esta grabado en mi memoria con la intención de repetirse para que jamás lo olvide, soy un hombre poderoso, codicioso y cruel y no un hombre tranquilo, pácifico y perfecto como aparento ser, la marca de mi ojo no desaparecerá nunca y quedará grabada como parte de mi ser.

Yo, Stefano Garcia, inicié la era más poderosa y codiciosa de todas: La Era Dorada de las Dinastías