CAPÍTULO 10

Capítulo 10:
¿Licántropo?

—Gracias por venir, Rick —dice Hope cuando Alaric pasa, y ella cierra la puerta.

—¿Quieres algo de beber? ¿Café? ¿Bourbon? —le ofrece Damon, pero Alaric niega.

—Elena mencionó que necesitan de mi ayuda.

—Sí. Esperamos que puedas ayudarnos a descubrir algo sobre la familia Larreta —le explico a Rick.

Alaric se sienta cerca de mí, quedando frente a Stefan y Elena.

—¿Por qué sabría algo acerca de los Larreta? Ellos son de esta realidad, no de Mystic Falls.

—Tú no, pero tu muerta esposa vampira podría. —Sonríe Damon—. Claro, Jo no creo que se haya enterado de eso, ¿o sí?

—La investigación de Isobel, de cuando estaban juntos en Duke. —Soy más específica.

—Dices que ella había pasado años investigando este pueblo —le recuerda Stefan—. Es evidente que debe haber algo que nos ayude.

—Su investigación de Mystic Falls se centraba en el folklore y la leyenda —nos explica—.  Antes pensaba que era pura ficción.

—Como ese cuento de los vampiros —ironiza mi padre.

—Aparte de los vampiros, ¿qué más investigó? —pregunto.

—Los licántropos y los guardianes.

—¿Hombres lobo? —pregunto y Rick asiente.

—De ningún modo. Imposible, no entiendo eso de los guardianes —murmura mi padre—. Sobre los licáns, sí. Bueno, ahí tenemos a una. —Él señala a Hope.

—¿Seguro? —pregunta Stefan.

—Llevo en este mundo 160 años y he visto bastantes. Sin contar con Klaus Mikaelson y la madre de Hope.

—Bueno, ¿por qué sospechan de los Larreta? —pregunta Alaric.

—Porque la verbena no afectó al Gobernador el Día de los Fundadores —Hope me mira brevemente—. Pero el artefacto de los Gilbert sí y afectó también a su hijo, Gonzalo —le explica.

—Y en la feria de la escuela su tío, Martín, tuvo un comportamiento inhumano cuando se peleó con uno de los trabajadores de la feria —termina Stefan.

—¿A sí? —me atrevo a preguntar.

—Sí —responde Stefan.

Mi ceño se frunce.

—Esperamos que la investigación de Isobel pueda ayudarnos a averiguar qué es lo que son —dice Elena—. No puedo dejar que mi hija esté en un pueblo como Mystic Falls. La sacamos de ahí por precaución y ahora... Mataderos es Mystic Falls alternativo.

—Muchas de sus cosas aún están en Duke, su oficina sigue allí.

—Así que, ¿podemos ir? —pregunta Hope.

—Sí —responde Alaric.

—Bien, entonces vamos hoy. —Hope se levanta del sillón.

—Iré con ustedes. —Me mira mamá, y yo niego.

—Yo no pienso ir —digo—. Quiero estar aquí para Elizabeth ahora que Stefan va enseñarle cómo tiene que comportarse.

—¿Es solo por eso? —pregunta mamá y puedo sentir la mirada de todos sobre mí.

—Sí, espero que se diviertan. —Le sonrío antes de salir de la casa de Stefan y Caroline.

—Hola. —Contesto al ver que es Elena.

—¿Sabes? Todo este asunto de pretender que me odias se está volviendo un poco absurdo. —Reconozco su voz y no es mamá.

—No pretendo, yo te odio, Hope. Casi matas a mi padre. —Tomo las llaves de la camioneta y mi bolso antes de bajar—. ¿Por qué me estás hablando desde el teléfono de mamá?

—Sabía que si llamaba del mío no contestarías.

—Tenías razón. Tengo que irme —digo antes de colgar, pero su voz me detiene

—No sé por qué me odias. Sí, intenté matar a tu papá, pero él está vivo, gracias a mi tío.

—Gracias a la sangre de Kol. ¿Qué hubiera pasado si Kol no estaba ahí? Mi papá hubiera muerto —ataco.

—¿Por qué estás tan segura de que no lo sabía? —contraataca ella.

Pongo la alarma de mi auto antes de caminar hacia la casa de Elizabeth.

—¿Lo sabías? —pregunto deteniéndome en el porche.

—Sí —responde.

—Estás mintiendo —la acuso.

La conozco bien. Vi cómo actuaba esa noche.

Apenas podía darse cuenta de mi rechazo.

—Vi a mi tío, grande y vulgar, es difícil no verlo —asegura.

—Ten un buen viaje, Hope —digo antes de colgar.

Guardo mi teléfono y toco el timbre.

Espero unos segundos hasta que Lizzie abre la puerta.

—Hola —la saludo y ella sale de la casa.

—Hola. —Guarda un libro antiguo en su bolso—. Tengo que irme, le prometí a papá comer con él. Nos vemos después, Step. —Se despide antes de irse.

Josie no está y eso me resulta sospechoso.

Entro a la casa y cierro la puerta detrás de mí. Stefan, Caroline y Elizabeth vienen caminando por el pasillo y se detienen cuando me ven.

—¿Ya puedes salir a la luz del sol?

—Sí, Lizzie ayudó con el hechizo —dice Elizabeth—. ¿Te gusta? —pregunta enseñándome su anillo.

—Es lindo.

—Mentirosa, y lo peor es que tendré que llevarlo por el resto de mi vida —se queja, y yo sonrío.

—Me gusta —le aseguro, y ella niega antes de salir de la casa.

—Iremos a cazar algo, tiene que comer y le enseñaremos unas técnicas —dice Stefan—. ¿Vienes?

—Solo no ataquen a las ardillas frente a mí —le pido, y él asiente divertido.