Capítulo: 13
Desafío
—Contéstame, Mía —me exige Enzo con seriedad.
—Enzo, Kol y yo... —Él me detiene y no me deja seguir con mis palabras.
—Desde que Harry Scott y Kol Mikaelson llegaron al pueblo tú cambiaste, dime qué pasa entre ustedes o lo descubriré por mi cuenta.
—Ahora no puedo hablar, tengo ir a buscar a mamá.
—Mía. —Me toma del brazo para que no pueda irme.
—Si no me dejas ir, pueden matar a dos personas que me importan mucho.
—Kol Mikaelson —murmura y yo asiento—. Y a Harry. —Me suelta.
—Por favor, es muy importante que me dejes ir.
»Prometo explicarte todo después, pero ahora tienes que confiar en mí y dejarme ir —le pido.
Se queda callado unos segundos antes de asentir.
—Confío en ti.
—¿Qué pasa? —le pregunto a Elizabeth cuando se detiene.
—Ya estuvieron aquí. —Mira a su alrededor como si buscara algo.
Camina hacia un arbusto y se arrodilla, toca las hojas y sus dedos se manchan con sangre.
Me mira preocupada.
—Tenemos que encontrarlos —dice mamá, y yo asiento.
—¿Qué están haciendo ustedes aquí?
Volteamos y vemos a Martín frente a nosotras.
—¿Vieron a Stefan por aquí? —le pregunta mamá.
—Sí, Elena, lo he visto. Y también he visto a Kol. —Empieza acercarse a nosotros.
—¿Dónde están? —pregunto con seriedad.
—No necesitas que yo te lo diga, deja que tu amiga los olfatee —dice mirando a Elizabeth—. ¿Tu madre sabe lo que eres? —le pregunta—. Porque si no, estaré feliz de decírselo.
Elizabeth gruñe y cuando está a punto de acercarse, Martín me toma del brazo y me obliga a dar la vuelta mientras me ahorca.
—No seas estúpida —amenaza a Eli para que no se mueva—. Los cuellos se quiebran fácilmente.
—Puedo contigo —lo amenaza Elizabeth.
—Pruébalo. —Martín la reta con la mirada.
En un segundo, Elizabeth se lanza contra Martín liberándome del agarre y lo empuja contra un árbol lejos de nosotras. Mamá corre hacia mí y me ayuda a levantarme.
—¿Estás bien? —pregunta, y yo asiento.
Elizabeth golpea a Martín y este cae al suelo.
—Tenemos que irnos —nos grita.
Sin pensarlo mamá y yo corremos siguiendo a Eli por el bosque.
Nos detenemos cuando llegamos a unos túneles.
—Mi madre está con ellos —murmura con tristeza ante la situación—. Está a punto de matarlos.
—Tenemos que bajar.
—Mía, no puedo —me detiene y niega más de una vez—. No puedo dejar que mi madre vea lo que soy.
—Entonces bajo yo. —Bajo las escaleras de los túneles y entro.
Escucho disparos; me detengo en seco y escucho pasos detrás de mí. Mamá llega corriendo.
—No podemos entrar sin algún tipo de arma —murmura, y yo asiento.
Miramos a nuestro alrededor buscando algo que podamos usar. Mamá encuentra una tabla de madera y camina frente a mí.
Me tropiezo con unas cadenas de metal que están en el piso. Me levanto y veo la pared rasgada varias veces. Parecen marcas de uñas y luego de garras.
Creo que es aquí donde Martín se refugia en las lunas llenas.
Escuchamos una reja abrirse y segundos después un oficial nos apunta con una arma.
Mamá lo golpea con la tabla de madera y este cae al suelo. Corremos por el corredor hasta llegar a una celda y entramos.
Veo a Kol tirado en el suelo con varios disparos en el cuerpo, al lado de él está Stefan.
—¿Qué hacen aquí? —pregunta Myri mientras le apunta a Kol.
—Tú no puedes matarlos —le pido con mi mirada de perrito triste.
Papá siempre dice que eso funciona para cualquier cosa, pero... Al parecer, no funciona con una cazadora de vampiros.
—Muévete. —Un oficial llega por detrás y nos empujan a una de las esquinas.
Escuchamos la puerta abrirse, pero no vemos a nadie.
—¿Qué fue eso?
—¿Quién más está ustedes? —pregunta Myri.
Vemos una sombra moverse y después veo a Elizabeth atacar a uno de los oficiales.
El otro oficial le dispara varias veces, pero solo le da al oficial muerto.
Mi amiga, en un segundo, ataca al oficial que le disparó y lo arroja al suelo.
Su madre la mira en shock.
Mamá corre hacia Stefan y trata de despertarlo, ya que está inconsciente.
Camino hacia Kol y la ayudo a sentarse.
—Necesito que saques las balas de madera. —Me pide, y yo asiento.
Toma mi mano y la guía hasta la herida que tiene en el pecho. Meto mi dedo y busco hasta encontrar la bala y la tiro lejos.
Hago lo mismo con la bala en su estómago y él se quita las que tiene en la pierna.
—Necesito beber sangre. —Me mira fijamente.
Miro a los policías muertos y ayudo a Kol a llegar a ellos. Lo veo beber sangre.
—Estoy bien —murmura Stefan y veo como mamá le saca las balas del pecho.
—¿Vas a beber sangre humana? —pregunto sabiendo que la necesita, pero también lo que le afecta.
—La necesitas —dice Kol levantándose—. No haré las locuras que te hizo mi hermano en el pasado.
—No, estaré bien. Solo tardaré más en sanar —murmura.
—Esta es la situación más desafortunada. Dos policías muertos y tú —dice Kol mirando a la mamá de Elizabeth—. ¿Qué voy hacer contigo?