Capítulo 15:
Conociendo a los Larreta
Martín
—Martín, ¿puedes ayudarme a llevar esto a fuera? Hay unas mesas ahí, donde los chicos se encargarán de estas —me pide la mamá de Gonza, y yo asiento.
Tomo las cajas y salgo de la casa esquivando a todos los chicos que entran y salen siguiendo las órdenes de la nueva Gobernadora de la Capital.
Como siempre, las fiestas de la ciudad son un tema que se toma muy en serio.
Camino más lento sin creer lo que veo. Pensé que Myriam se había encargado de la familia Salvatore.
Dejo las cajas en las mesas y miro a Stefan sacar las copas muy tranquilo.
—Stefan —lo saludo y él sonríe.
—Hola, Martín.
—No te esperaba por aquí —hablo tranquilo—. No después de lo que sucedió con Myriam, es más, me he enterado que ella ha llamado a un amigo suyo… Creo que su nombre es ¿Matt Donovan o algo así?
Hay muchas personas a nuestro alrededor que pueden escucharnos.
—Sí, tuve este pequeño accidente. Pero estoy bien —me asegura con una pequeña sonrisa que va desapareciendo al escuchar sobre Matt—. ¿Quién te habló sobre Matt?
Me acerco a él para que nadie nos escuche.
—Lo que sea que le hayas hecho a la madre de Elizabeth, ahora se te va a cobrar, Stefan. —Alzo ambas cejas—. ¿Conoces a ese tal Matt? —le pregunto. Tal vez esta es la razón por la que no responde mis llamadas.
Debieron de haberla matado.
—Ella está bien, no te preocupes. Pero, por ahora, tendrás que hacer tu propio trabajo sucio.
—No hay problema —le aseguro antes de irme—. Ya no estaré solo.
Tengo que encontrar a la mamá de Elizabeth.
Sin darme cuenta, golpeo a una chica.
>>Lo siento —me disculpo antes de seguir caminando.
No me agrada la idea de tener que estar haciendo el trabajo sucio, pero por ahora es lo único que puedo hacer. Ya no me queda mucho por luchar.
Stefan
—¿Katherine está con los Fernández? —Miro a Damon sin poder creerlo—. ¿Cómo lo sabes?
—Hace unos días vi a un nuevo clon, eras tú, Stefan —me explica con seriedad—. Ella está con él, después de todo, no puede estar contigo. Valentín Fernández. Al parecer es algo del amigo de Stephanie.
—No puedo creerlo —murmuro.
—Llegó al pueblo justo después que ella. Tiene sentido.
—Lo sé, pero ¿Martín Larreta y la familia Fernández? —Me encojo de hombros—. Ella tiene que estar usándolo. Tiene que estarlo.
—¿Usándolo para qué? —Creo que Damon trata de convencerse a sí mismo en lugar de aceptar la realidad.
—Martín Larreta está buscando una piedra lunar que supuestamente puede romper la maldición de la luna llena, ya sabes: la que una vez buscaban Tyler, Katherine, Klaus y Mason. Tal vez, Katherine también la quiere de regreso —me explica.
—¿Por qué? —Alzo ambas cejas—. Todos están volviendo a la vida, ¿crees que Klaus?
—No tengo ni idea, pero conocemos a Katherine. Ella siempre está tramando algo.
—Entonces, tenemos que encontrar la piedra lunar antes que ella.
—Lautaro la va obtener de Gonzalo —dice como si nada—. Él fue quien me dijo que Martín la buscaba.
—¿Por qué involucras a Lautaro? —pregunto cansado.
Involucrar a más personas solo nos traerá más problemas.
—Está jugando al Indiana Jones. Se involucró él solo —se justifica—. A los niños de hoy les gusta el peligro.
Me alejo de él para ir a buscar a Lautaro.
Si Stephanie se entera que su amigo está metido en esto, se preocupara.
Hope
—Suéltame —le ordeno a Lizzie para que quite su mano de mi brazo.
—Está bien —me suelta con una pequeña sonrisa sobre sus labios.
—¿Qué es lo que quieres? —le pregunto.
—Un favor. —Sonríe y yo rio.
—Como si eso fuera a suceder.
—Tan predecible —se queja—. Por eso la traje a ella.
Señala a Stephanie.
—Sé cómo te sientes al tener que ayudarnos, pero como eres la que ha relacionado a Martín con Katherine, finalmente tenemos una oportunidad de tomar ventaja con los dos, así que solo escúchala —me pide y yo asiento.
—Lo único que necesitas hacer es hablar con Martín Larreta de nuevo y ver si le dio a Katherine la piedra lunar —Lizzie me sonríe.
—Mis visiones no funcionan así. No puedo preguntar qué ver.
—Qué inconveniente —gruñe—. ¿Y que hay de esa cosa de brujas que haces con Rebekah? Ya sabes, el truco divertido donde su cerebro arde en llamas —su sarcasmo me está matando.
—Hablas de yo dándole un aneurisma.
—¿Qué es eso? —pregunta Step.
A veces, creo que ella no es la hija de Damon y Elena.
—Hago que sus vasos sanguíneos estallen, pero como sana muy rápido lo hago una y otra vez —le explico, y ella asiente.
—¿Es solo para vampiros? —pregunta Lizzie y yo niego.
—Funcionaría en cualquiera con una habilidad sobrenatural para sanar.