The Vampire Diaries: Love Sucks [2]

CAPÍTULO 22

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 21:

Un mal recuerdo

 

 

 

 

 

 

 

Stephanie

 

El día de hoy le había dicho a Mabel, la abuela de Lauta, que iría a verla. No tardo mucho en estar lista, y golpeando la puerta. Mabel abre con una enorme sonrisa, pero de inmediato me doy cuenta de que está cargando bolsas de compras, así que la ayudo. Por suerte, ella me explica donde va todo. Al concluir, me dice que me lave las manos en el baño que se encuentra en el segundo piso, ya que hay algo malo en la cañería del la pileta de la cocina. Le hago caso y no dudo en dirigirme directo a uno de los baños, donde me lavo las manos con facilidad y entusiasmo por volver a ver a Mabel. No puedo creer que ella ya está aquí. Cuando termino de bajar las escaleras para ir a la cocina me encuentro a Mabel sacando unas cajas del armario bajo las escaleras.

—¿Qué haces? —le pregunto y ella me sonríe.

—Justo a tiempo. —Me pasa una de las cajas y yo la tomo.

—¿Para qué es esto? —Veo las cajas llenas de libros.

—Los archivos de tu madre de la sociedad histórica —me explica—. Me obligaron a ayudar a la esposa de mi hijo —gruñe y golpea su cabeza con un libro antes de levantarse—. Y por "obligación", quiero decir muy emocionada por participar —grita.

Toma la caja en el suelo y cierra la puerta del armario y me asusto al ver a Elijah en la casa de la señora Larreta.

—Hola. Soy Elijah. —Me sonríe y aparenta que no me conoce.

Miro a la abuela de Lauta y ella le sonríe mientras deja las cajas sobre la mesa de la cocina.

—Elijah está en el pueblo investigando sobre Mystic Falls —me explica la mujer—. ¿No es adorable? Le hablé mucho de ti.

Elijah se acerca a mí y toma mi mano.

—Es un placer —murmura y yo alejo mi mano de la suya.

Mabel camina hacia nosotros y estoy tentada a gritarle a Jeremy y a mamá, pero sé que eso no serviría de nada. Él es un vampiro original y podría matarnos a todos en unos segundos.

—Puedes quedarte aquí y leer lo que quieras de los libros o Mía y yo podemos ayudarte a cargar las cajas a tu auto —le ofrece Mabel.

—Sí, o puedo conseguir que alguien las pase a buscar mañana —le ofrece Elijah y Mabel sonríe.

—Ese es un buen plan —le dice y él asiente.

—Muchas gracias por invitarme a tu casa, Mabel —dice Elijah mientras caminan a la puerta—. Y, Mía… —Lo miro y él me sonríe—. Espero volver a verte pronto.

Mabel lo acompaña a la salida y hablan unos minutos en la puerta. Subo las escaleras rápidamente, tengo que decirle a Jeremy y Elena que Elijah ha sido invitado a la casa y que ninguno de ellos está a salvo. Escucho la puerta de la entrada cerrarse y rápidamente corro hasta la habitación principal. Llamo por teléfono a Jer, pero no me responde, entonces, solo pienso en despedirme de Mabel y correr al auto con ellos. Allí, me doy cuenta de que no están. No dudo en irme a casa y al llegar, corro en dirección a la habitación de Jer, pero no está. Entonces, camino hacia la habitación de Elena y me detengo al ver a Elijah frente a mí. La puerta de Jeremy se abre y Elijah se esconde en mi habitación.

—Estaba en el baño, ¿qué pasa? —pregunta Jer.

—Mabel me pidió que te buscara para que la ayudaras con unas cajas —miento y él asiente antes de bajar las escaleras.

Camino hacia mi habitación y entro cerrando la puerta detrás de mí.

—¿Qué quieres? —le pregunto—. ¿Quién te ha invitado a esta casa?

—Pienso que es momento de que tú y yo tengamos una pequeña charla —dice y yo asiento—. Tu madre me ha invitado, ahora es humana y, al parecer, no había tomado su dosis de verbena a la mañana.

Caminamos hacia la ventana y nos sentamos en el sillón.

>>Perdona por la intromisión. No quiero lastimar a tu familia ni a la de los Larreta —me asegura, pero no le creo.

—¿Por qué mataste a esos vampiros cuando intentaron llevarme?

Eso es una de las cosas que no entiendo. Si iban a levarme con Klaus y es lo que él quiere, ¿por qué los mató?

—Porque no quería que te llevarán —dice y yo lo miro confundida—. Klaus es el más temido y odiado de los Originales, pero aquellos que le temen viven desesperados por conseguir su aprobación —me explica—. Si se corre la voz de que la doble existe, habrá una fila de vampiros ansiosos de llevarte a él, y no puedo permitir eso.

—¿No es eso exactamente lo que estás intentando hacer? —pregunto alzando una ceja.

—Digamos que mi meta no es romper la maldición.

—Entonces, ¿cuál es tu meta?

—Las obsesiones de Klaus lo han vuelto paranoico. Está recluido. Confía solamente en aquellos que están en su círculo cercano —dice.

—¿Cómo tú?

—Ya no.

Ahora entiendo todo.

—No sabes donde está, ¿verdad? —pregunto y él niega—. Por lo tanto, tratas de usarme para hacer que salga a la luz —aseguro y él asiente.

—Y para hacer eso necesito que estés quieta y dejes de buscar que te maten —me pide.

—¿Cómo sé que estás diciendo la verdad? —pregunto.

—Bueno, si no fuera cierto, toda tu familia estaría muerta y estaría llevándote con Klaus ya mismo. Sin embargo, estoy aquí y estoy preparado para ofrecerte un trato.



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En el texto hay: vampiros, hombres lobo, dolor

Editado: 26.02.2022

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