Capítulo 29:
Una noche de locura
Elena
—¿Qué está haciendo ella aquí? —pregunto mirando a Katherine.
—Cuando matamos a Elijah, la que le ordenó desapareció y la liberó de la tumba —me responde Damon.
—¿Cómo puede ser posible? —pregunta Stefan.
—Es un original —dice Katherine mirando todo a su alrededor—. Ellos tienen toda clase de habilidades especiales.
—No te quiero aquí. Vete de aquí —le ordeno.
—Me necesitan, Elena. —Sonríe—. Todos queremos lo mismo... A Klaus muerto.
—No necesitamos tu ayuda y no la queremos —le aclaro.
—Y eso es increíblemente estúpido de tu parte —responde—. ¿Saben dónde está Klaus? ¿Cuándo viene? ¿Cómo luce?
—Si sabes algo dilo, o sal de aquí —le pide Damon—. Ya hemos conocido a Klaus.
—De acuerdo —dice caminando hacia la puerta—. Pasaré por el Grill y almorzaré... Tal vez, Jer esté libre para un bocado —amenaza.
STEPHANIE
—Está mal, sabes. John plantó la duda sobre Isobel y Elena ahora sabe que estoy mintiendo acerca de algo —dice Rick—. Ademas, John me pidió que le regresará el anillo que Isobel me dio, ya que originalmente fue de él.
Me recargo contra su escritorio mientras él cierra la puerta del salón para que nadie nos escuche.
—Te hubieras negado —digo sin creerlo.
Sabía que había sido muy mala idea traer a John de regreso. Actúa como un padre arrepentido frente a Elena, pero, en realidad, es solo un mal hombre que le gusta lastimar a los demás.
—Eso no importa, puede quedarse con su anillo —dice—. Lo que me preocupa es que Elena continúa preguntando por Isobel. ¿Fue asesinada? ¿Por qué aún no encuentran el cuerpo? —suspira—. ¿Cuánto tiempo podremos seguir ocultándoselo? ¿Es verdad lo que me comentó tu madre sobre Enzo?
—¿Piensas que deberíamos decirle la verdad? —pregunto y luego asiento con la cabeza—. Enzo está vivo, pero el único que sabe dónde está es Elijah.
—Lo qué estoy diciendo es que no puedo estar con ella y no decirle. No es justo para Elena, y no es el tipo de relación que quiero con tu familia.
—Te entiendo —le aseguro—. Pero ya no sé si está bien decir la verdad o solo seguir mintiendo —respiro hondo—. Sentía que Enzo había muerto por no decirle la verdad, por no darle el derecho a que supiera que pasaba a nuestro alrededor y no poder prevenirlo, pero ahora que le he dicho toda la verdad a Valentín… No sé si él podrá mantener todo en secreto y si habla, nos perjudicara a todos. Le mentí acerca de la muerte de Enzo, le dije que estaba muerto para no tener que explicarle… Bueno, yo también creí que él estaba muerto, pero solo fue compulsión.
—Siento mucho involucrarte en esto, pero no sabía qué hacer... No sé qué hacer —se disculpa y yo niego.
—Está bien, hablare con Elena y Jeremy y ya veremos que hacer —lo tranquilizo y él asiente.
—Cualquier cosa que decidan hacer, lo respetare. Quiero ser honesto con ella. Pero hasta entonces, no podré hacer mucho por ustedes.
Stefan
—¿Ella está fuera de la tumba? —pregunta Lizzie sin que nadie nos escuche.
—Sí, estamos lidiando con ella, ¿de acuerdo? Solo tengan cuidado. Se está volviendo muy buena en hacerse pasar por Elena y Stephanie —les advierto a ella y a Josie.
—Con Katherine todavía por aquí, tenemos que encontrar la forma de que recuperes tus poderes —le dice Josie a Lizzie.
Aún no puedo creer que Hope le quitara sus poderes a Lizzie y creyera que lo hacia por su bien.
—Mira, quiero que los Mikaelson estén de nuestro lado —concuerdo con Josie—. Quiero encontrar la forma en la que podamos trabajar juntos, ahora que Elijah está fuera del cuadro —les explico—. Ahora podemos traer a Hope, pero ella no puede saber que su padre está vivo.
—Imposible. Nos odian —dice Lizzie.
—O los traemos de nuestro lado o alguien más acabará muerto —murmuro—. ¿Podrías convencerlos para tener una conversación civilizada? —le pido y ella asiente.
—Lo intentaré —me promete.
—Gracias —digo antes de irme y dejarlas solas.
Elizabeth
—Hola, Lauta —digo cuando llego hasta él.
—Hola. —Me mira cuando termina de pegar un cartel en la pared del pasillo de los casilleros.
—¿Banda en vivo? —pregunto cuando termino de leer.
—Sí, el negocio no ha estado muy bien —responde y empezamos a caminar entre las personas—. El Grill está tratando de mantenerse a flote.
—¿No lo estamos todos? —pregunto y él asiente.
—¿Tienes noticias de Gonzalo? —me pregunta cambiando drásticamente de tema.
—Nada y ¿tú?
—No desde que pasó por el Grill para hablar, y le he dejado mensajes en su celular. —Se detiene y me mira fijamente—. Es como cuando Enzo se fue... Y tengo miedo de que él termine igual.