The Vampire Diaries: Love Sucks [2]

CAPÍTULO 30

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 30:

Los abuelos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

STEPHANIE

 

—Isobel.

—Hola, nieta —me saluda—. Es bueno verte otra vez.

Me acerco a Kol y él me mira sin poder creerlo.

—¿Otra vez? —pregunta y yo trato de explicarle, pero los palabras no salen de mi boca.

—¿Así que tú eres el original con quien sale mi nieta? —le pregunta Isobel y Kol deja de verme para mirarla mientras se cruza de brazos—. Necesito hablar con Stephanie. ¿Puedo pasar?

—No, no la dejes entrar —me pide Kol y lo miro enojada y confundida.

Todo esto se está saliendo de nuestras manos. Kol no tenía porque enterarse así de las cosas. Y me duele que me mire dolido y traicionado, aunque... ¿No le había dicho esto ya?

—Necesito hablar contigo, Sthepanie —me pide Isobel.

—No. —Cierro la puerta en su cara y respiro hondo.

Volteo y veo a Kol con furia en su mirar. Si lo dejara ir, él la mataría en un instante.

—¿No te da curiosidad saber lo que ella quiere de ti? ¿Lo que quiere hablar contigo? —Asiento y él aprieta sus labios con fuerza—. ¿Damon? ¿Elena? Sin embargo, lo único que me importa ahora es saber si... ¿Es verdad que Elijah es el único que sabe dónde está ese Enzo tuyo?

—Puedo explicarlo todo, Kol —le pido y él niega—. De verdad...

—Es tarde para eso. —Corre hacia la salida y desaparece entre las sombras de la noche.

—No. Kol, por favor —le pido corriendo tras de él—. ¡Kol!

Cuando llego a la puerta, el viento cierra la puerta en mi cara. Trato de abrirla, pero me es imposible.

>>Kol, tienes que hablar conmigo. Yo... Necesito explicarte qué es lo que está pasando —le suplico.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mi madre ha llegado con papá, pero al ingresar a la casa solo se dirige a la habitación y da un fuerte golpe a la puerta.

La escucho llorar y la culpa aumenta.

—¿Mamá?

—¡Vete! —chilla desde el otro lado.

—Mamá, ¿qué está pasando?

—Nada.

Papá hace una mueca con sus labios y niega.

—¿Qué es lo que pasó? —le pregunto.

—Tu madre es la que debe decirte eso.

—Estoy embarazada...

—¿Qué? —pregunto—. No es posible... ¡No es el maldito momento para tener hijos!

>>Lo siento —murmuro dejándome caer contra la puerta de su habitación.

—Hija... —Papá sale de su habitación y cuando me ve en el suelo corre hasta mí—. ¿Qué pasa? —pregunta preocupado.

—Isobel estuvo aquí —murmuro—. Y Kol sabe que Lorenzo está vivo.

Él mira hacia la puerta y yo niego.

>>No quiere que le explique.

Elena me abraza y esperamos a que abra la puerta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Abro la puerta de la casa y dejo a Kol pasar.

—¿Está levantada? —pregunta y yo niego.

—No ha salido de su cuarto.

—¿Qué le dijiste? —pregunta.

—Nada. No quiere hablar ni conmigo ni con papá.

—Vamos a tener que arreglar esto, mi dulce Step —dice y yo asiento.

—Elena —dice papá bajando las escaleras detrás de ella.

—No quiero hablar —nos pide dejando su bolso en el suelo y tomando un abrigo del armario—. Debes irte Kol.

—De acuerdo, escucha. Ni siquiera puedo imaginar lo que debes estar sintiendo en este preciso momento... —empieza hablar, pero Jenna lo corta.

—Furia y traición, resumen bastante bien —dice—. ¿Cómo es que mi propia hija me dice que no puedo tener a estos pequeños?

—¿A dónde vas? —pregunto.

—Voy a estar en el hospital. Tengo turnos que dar para dejar de ser una simple pasante y ser una médica de verdad —toma su bolso.

—Mamá, por favor, deténte. Déjanos explicarte qué está sucediendo exactamente —le pide Kol.

—Step, necesito que vayas a la casa de los Larreta hoy y aceptes el chequeo de la Sociedad Histórica para la fundación de tu abuela, eres la mayor y puedes hacerte cargo —me pide y asiento.

Mamá sale de la casa y cierra la puerta con fuerza.

—Déjenla ir. —Volteamos y vemos a John salir de la cocina—. Es mejor que no esté aquí, con todo lo que está sucediendo —nos aconseja—. Pero, tal vez, si hubieses sido un poco más honesto con ella desde el principio, esto... —Kol lo golpea y Damon y yo nos sorprendemos de su arranque.

—Lo siento, chicos —se disculpa antes de salir.

—Sabes que te lo merecías —digo cuando John nos mira.

—Lo sé —susurra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Stefan

 

—No puedo encontrarlo en ninguna parte. No está en su casa, no responde su teléfono —dice Micaela.

—¿Cómo pudiste dejarlo ir? —pregunto.

—Mi mamá llegó. Él se fue y la verdad no sabía qué hacer. —Se queja.

—¿Tu mamá escuchó algo? —pregunta Elena.

—No. Cree que estábamos peleando, pero él sabe sobre mí y está descontrolado por lo de Elsa —dice Eli.



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En el texto hay: vampiros, hombres lobo, dolor

Editado: 26.02.2022

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