Capítulo 31:
Tu turno
STEPHANIE
—¿Es también este lugar donde mataron a las brujas Bennett? —pregunto mientras Jeremy, Micaela, Kol y yo caminamos hasta las ruinas de una casa.
—Los fundadores pensaron que era poético quemarla dónde quemaron a las otras brujas —me responde Kol—. Es patético.
—¿Como sabes dónde murieron quemadas las otras brujas? —pregunta Micaela.
—Porque trate de salvarlas —responde—. En 1914, cuando estaba tratando de formar una alianza con las brujas del Barrio Francés de Nueva Orleans.
Nos detenemos frente en la casa y me es familiar.
—¿Estás seguro de que es el lugar indicado? —pregunta Jer.
—Sí —responde Kol mirando a su alrededor.
Kol abre la puerta y algo lo detiene a entrar.
>>Cualquier broma que estés haciendo, para —le pide a Micaela.
—No estoy haciendo nada —le asegura sin comprender lo que está pasando.
—Pues, no puedo entrar. —Se hace a un lado y deja a Micaela pasar—. Lo había ollvidado… Hope es la propietaria de la mansión Mikaelson.
Cuando entra, Jeremy va tras de ella.
—No creo que las brujas quieran que entres —dice Micaela con diversión.
—Entonces, los esperaremos a fuera —digo y ellos asienten antes de adentrarse en la casa.
Me siento en las escaleras del porche y Kol se sienta junto a mí.
—Un porche y nosotros dos solos —susurra contra mi oído.
Me alejo un poco de él y volteo a verlo.
—Está es tu casa, ¿verdad? —pregunto con seriedad—. ¿En dónde creciste y conociste a Katherine?
—Sí, ¿cómo lo has sabido? —pregunta.
—Porque Hope me cuenta todo lo que sus tíos le dicen de su pasado, o casi todo —respondo—. Pero aquí fue donde la trajo para explicarle todo sobre los vampiros y la historia de ustedes y Katherine.
Kol asiente y mira a su alrededor. Nueva Orleans no es como dicen en los libros de geografía, se ve que es mucho mejor.
—Aquí pasé mis últimos años como brujo... Rebekah y yo éramos muy cercanos, no solo éramos hermanos, sino también amigos. Mi relación con ella era diferente. A nosotros siempre nos clavaban la daga para no interferir, mientras que Klaus y Elijah siempre estaban juntos... —Hace una pausa—. Es verdad que no nos llevamos todos bien, pero somos familia. Hace unos años, jamás hubiera dicho eso.
Sonrío y miro al frente.
—Bex dice que cuando te conviertes en vampiro, lo que hay en ti no cambia, sino que crece... Bex siempre te describe como alguien loco y justo y ahora eres...
—¿Qué? —Me mira con seriedad.
Entiendo la razón por la que él me está mirando de ese modo. Quizás debí callarme.
—Impulsivo y vengativo —murmuro con suma sinceridad en mi tono de voz—. Pero sé que escondes más sentimientos que esos, lo he visto.
No me doy cuenta de lo cerca que estamos hasta que siento su mano en mi rostro.
—¿Qué estamos haciendo? —pregunta.
—¿De qué hablas? —pregunto mirando sus labios y regresando mi vista a sus ojos.
—Sé que estabas celosa de mí y Davina, y me he dado cuenta de que me has estado ignorando desde que te hablé de ella.
—Yo no...
—Deja de mentir —me pide—. ¿Por qué no eres sincera? —Se acerca más a mí y cuando está a punto de besarme me alejo.
Me levanto y camino lejos de él.
—Tú eres el que no es sincero. —Volteo a verlo—. Ocultas tus sentimientos, pero no solo a mí, sino a todos.
—Y tú también haces lo mismo. —Se levanta y empieza a caminar hacia mí—. ¿Por qué no aceptas que hay algo entre tú y Elijah? Qué aunque intentes negarlo, ahí está —gruñe—. Lo mismo que Tatia.
—¡Y tú! ¡Tú me pides que diga lo que siento, pero tú no lo haces! —lo acuso—. ¡Dices que hay algo entre Elijah y yo, pero él planea llevarme a Klaus! ¿Cómo puedes decir que hay algo entre él y yo? Lo único que existe es... ¡Nada!
—¿Y quién fue la que dijo que el beso que no se dieron fue algo que hubiera deseado? —gruñe—. ¿Realmente piensas que entre él y tú no hay nada? Porque siento otra cosa.
Llega hasta mí y se acerca tanto, pero no me besa.
—Eres igual que yo, ocultas cosas —murmura.
—No lo haré, si tú no lo haces —murmuro y él se queda callado por varios segundos.
—Me gustas. —Toma mi rostro entre sus manos—. Y más que eso... Eres todo para mí, mi bella Step.
Me da un casto beso en los labios antes de soltarme.
>>Tu turno.
Respiro hondo y me acerco a él.
—El beso que no nos dimos es más que curiosidad, pero no puedo aceptarlo. —Tomo su rostro entre mis manos—. Te amo... es verdad, Elijah me gusta. —Siento un gran peso abandonar mi cuerpo. Es cómo si fuera más libre.
Me acerco a él o él se acerca a mí, pero el final es el mismo... Nos besamos. Mueve sus labios sobre los míos y le sigo el ritmo mientras sus brazos bajan a mi cintura y me pegan a su cuerpo. Muerde mi labio inferior y jadeo dándole la oportunidad de introducir su lengua en mi boca. Su lengua y la mía tienen una batalla sobre quién tiene el control del beso, pero ninguna sede. Muerdo su labio inferior con fuerza y él me empujan contra el tronco de un árbol para presionar todo su cuerpo contra el mío. Enreda su mano en mi cabello y me vuelve a besar con más fuerza. Es el guion que leí en clases... Escucho su teléfono sonar a lo lejos y lentamente me separo de él. Me mira a los ojos y saca su teléfono de su pantalón para contestar. Acomodo mi cabello y trato de tranquilizar mi respiración. Siento mis labios un poco hinchados. Definitivamente este beso fue más caliente y apasionado que los anteriores.