Tiempos de Guerra

Capítulo 10 ~ 1998

 

1998

Miami, Florida

 

 

Era temprano por la mañana y Toni estaba sentado en el sofá de la sala de espera en las instalaciones de REY Records. Tenía un café espumoso en la mano derecha, y con la izquierda tamborileaba impacientemente sobre el apoyabrazos. Tim y Ezra estaban sentados frente a él, pero ninguno hablaba. Ezra tenía la nariz enterrada en una revista y leía con las cejas muy juntas, mientras que Tim veía sin mucho interés las noticias que pasaban por la televisión de la recepción.

En cualquier momento llegaría Joshua Rey y los introduciría de una vez por todas en el mundo de la música.

En cualquier momento llegaría Joshua Rey y comenzaría la verdadera aventura.

La puerta de entrada se abrió de un tirón y tres pares de ojos se alzaron inmediatamente para ver al recién llegado.

Era Chris.

Se acercó a ellos con una sonrisa de oreja a oreja y unos hoyuelos enormes, ignorando la decepción en los rostros de sus compañeros al descubrir que no era Joshua.

–¡Buen día, Milkshake Club! –exclamó, abriendo los brazos a modo de saludo. Se dejó caer sobre el mismo sofá que ocupaba Toni y casi lo hizo volcar su café, aunque no pareció darse cuenta.

Toni lo miró con una ceja enarcada, pero Tim soltó una risita y estiró el puño para chocárselo.

–Me gusta el apodo –dijo–, es muy adecuado.

Chris iba a contestar algo, pero se vio interrumpido cuando la puerta de entrada volvió a abrirse, y esta vez sí se trataba de Joshua Rey, acompañado de dos mujeres y un hombre flacucho y calvo. Le sonaban vagamente del panel de jurado de la audición.

–Buenos días, muchachos –los saludó Joshua con un gesto, mientras buscaba las llaves de su oficina en sus bolsillos–. Veo que ya se han puesto cómodos.

Los cuatro se pusieron de pie al instante y saludaron efusivamente a Joshua y sus acompañantes. Joshua se limitó a asentir con la cabeza y los invitó a pasar a su oficina.

–Muy bien –dijo una vez que todos estuvieron sentados y atentos a lo que tenía para decir–. Les presento a Carolina Hernández, la jefa de Sunny Management, que es la compañía de representantes con la que trabajamos en REY Records. Y ésta es Mariel Cheston, su nueva entrenadora vocal, y por último Lawrence Bryant, el director de producción musical. Estarán trabajando con ellos desde ahora, tienen que aprenderse las canciones que elegimos para ustedes y conseguir volarnos la cabeza cuando las canten.

Lawrence les pasó entonces una lista impresa con las quince canciones que conformarían el álbum musical que presentarían como demo. Mariel tan sólo los miraba y sonreía amablemente. Carolina garabateaba en un papel, echándoles miradas poco disimuladas.

–Todos ellos tienen muchísima experiencia en la industria musical –prosiguió Joshua–. Han trabajado por muchos años con REY Records y han producido canciones de mucho éxito. Ellos los ayudarán a sacar lo mejor de ustedes, ya verán cómo el álbum saldrá a la perfección.

Toni revisó la lista de canciones, pero la emoción le impedía concentrarse realmente en lo que decían. Tenía muchísimas ganas de empezar.

–El primer trabajo es con Mariel, ahora irán a ensayar con ella. Aprenderán a trabajar en equipo y a que sus voces armonicen la una con la otra. Y aprenderán a tener más control sobre sus propias voces. –Joshua carraspeó y Mariel se levantó de su asiento–. Les sugiero también que repasen las canciones en casa, necesitamos que esto sea lo más ágil posible.

–Y después empezaremos con las otras cuestiones –agregó Carolina Hernández, enarcando una ceja con aire condescendiente antes de incorporarse también–. Ya saben, cuestiones de imagen y cómo se presentarán a los medios.

–Por supuesto –concedió Joshua, impaciente, urgiéndolos hacia la puerta–. Todo a su debido tiempo. Ahora tienen que empezar por lo básico: la música.

–¡Espera! –lo cortó Chris, que vio que la reunión estaba concluyendo. Se irguió en su asiento y alzó las manos para llamar la atención–. Pensé un nombre para la banda.

–¿Ah, sí? –inquirió Joshua, enarcando una ceja y apoyando la barbilla sobre la mano–. ¿Y cuál es?

The Milkshake Club –dijo Chris orgullosamente. Miró alrededor, como buscando el apoyo de sus compañeros.

Joshua soltó una carcajada. Lawrence Bryant también soltó una risita entre dientes, pero la ocultó tras la palma de su mano. Las dos mujeres simplemente se lo quedaron mirando.

Cuando Joshua vio que no era un chiste, se detuvo de golpe y se inclinó sobre el escritorio para verlos mejor. Sus ojos marrones tenían una intensidad especial.

–Vamos, ¿es en serio? ¿The Milkshake Club? Es un nombre estúpido –Sacudió la cabeza, incrédulo–. ¿De verdad quieres que la gente los conozca como los chicos de los batidos? Es absurdo. Es muy poco varonil.

Esta vez fue el turno de Chris de echarse a reír. Se rio con esa carcajada estridente a la que Toni ya empezaba a acostumbrarse, que en aquella situación sonaba particularmente arrogante. Toni se encogió en su asiento, incómodo por la discusión, pero la verdad era que Chris parecía genuinamente divertido. La crítica no parecía haberlo molestado en lo más mínimo.



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En el texto hay: musica, gay, lgbt

Editado: 18.04.2024

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