Tiempos de Guerra

Capítulo 14 ~ 2003

 

2003

Los Ángeles, California

 

 

La alarma de Chris empezó a sonar a las diez en punto. Chris giró sobre sí mismo, tomó el celular de la mesilla de noche y la apagó rápidamente. Llevaba horas despierto.

Con un suspiro, echó un vistazo de vuelta al mensaje de Carolina que había recibido el día anterior, justo antes de la cena.

“Mañana cita con Sam. 11 en punto. Gracias a tus miraditas durante la entrevista y la explosión de Toni las fans tienen mucho de qué hablar.”

Claro, siempre eran ellos los que arruinaban todo. Se lo había advertido a Carolina. Le había dicho que necesitaban un descanso.

Pero no. Siempre que algo salía mal, era culpa de Chris y Toni.

Se liberó del agarre de Toni, que dormía con placidez, atravesado a lo largo de la cama como siempre, acaparando para sí todo el espacio. Se levantó de la cama tan sigilosamente como pudo y fue al baño a asearse.

Cuando salió, Toni se había acurrucado sobre sí mismo. Estaba casi totalmente cubierto por la colcha, apenas asomaba la mitad de su rostro por un agujero diminuto. Chris sonrió con ternura. Seguramente se despertaría pronto, tenía una especie de sexto sentido que lo alertaba de que Chris se levantaba de la cama y que le impedía seguir durmiendo. De alguna manera siempre era consciente cuando se quedaba solo.

Chris avanzó hacia el armario y empezó a rebuscar entre la ropa de Toni. Eran tallas considerablemente más pequeñas, pero pronto encontró una camiseta oscura lo suficientemente grande como para que le entrara a Chris.

Se vistió pronto. La camiseta le apretaba un poco en los hombros, pero iba bien. Comenzó a ponerse los jeans, y una voz suave habló desde la cama, tenue y adormilada.

–¿Qué haces? –preguntó Toni, con los ojos entrecerrados por el sueño y todo el cabello en la cara. Bostezó.

Chris le sonrió cálidamente mientras se abrochaba los pantalones.

–Morgan llamó. Biv quiere que me pruebe algunos trajes para el photoshoot de mañana, no está segura de cuál me quedará mejor.

La mentira salió naturalmente, casi sin pensarlo. No estaba seguro de por qué no le dijo la verdad, no era como si Toni no supiera sobre Sam… pero se veía tan tranquilo allí en la cama. Relajado, libre de preocupaciones por una vez, Chris no quería ser él quien lo arruinase.

Toni rodó los ojos, una chispa de diversión brilló en ellos.

–No, yo tampoco sabría. Es difícil que algo no te quede bien. Incluso esa camiseta que obviamente no es tuya.

Chris rio, pero evitó su mirada.

–Volveré más tarde. –Se acercó a la cama y besó a Toni con delicadeza en los labios. Cuando se alejó, Toni había vuelto a cerrar los ojos–. Te quiero.

Su teléfono vibró con un nuevo mensaje.

“Apúrate.”

 

***

 

Mentir había sido una idea terrible.

Cada vez había más paparazzi, cada vez había más cámaras y más flashes, más preguntas y gente entrometiéndose en su camino. Era imposible que Toni no se enterase de su cita. Se iba a poner furioso.

–¿Qué te parece si vamos a tomar un café? –sugirió Sam a su lado, frunciendo el ceño ante su gran audiencia–. No pueden entrar todas estas personas, estaremos más tranquilos.

Chris asintió, guardó sus manos en los bolsillos y se encaminó al Starbucks más cercano como si fuera un oasis en medio del desierto. Sam trotó para alcanzarlo.

–Chris –lo llamó al oído cuando estuvo de vuelta junto a él. Entrelazó sus dedos con los suyos, casi forzándolo a abrirlos–. ¿Estás bien? ¿Puedes pasarme la mano por la cintura? Esto no está funcionando.

Chris la miró de reojo y asintió. Sam parecía preocupada, así que Chris se esforzó por actuar mejor. La atrajo hacia sí con dulzura y le besó la mejilla, pero su mente no dejaba de pensar en Toni, que seguramente estaría en casa viendo las noticias y enterándose de su mentira absurda de la peor forma.

Sam soltó una risita falsa y le revolvió el cabello con dulzura.

–¿Qué te pasa? –susurró contra sus labios. Aún sonreía, pero estaban acostumbrados a este tipo de cosas. A arreglárselas para tener momentos reales en medio de la farsa que era su relación–. ¿Toni está bien?

Chris volvió a besarla en la mejilla, muy consciente de todas las fotos que les estaban sacando en aquel mismo instante.

–No lo sé… No le dije que saldría contigo hoy.

Sam se mordió el labio, e incluso con lo grandiosa actriz que era, Chris pudo ver su inquietud a través de la máscara de alegría.

Lo tomó de la mano y lo arrastró hasta el Starbucks, sin decir nada. Por supuesto, todas las personas que estaban allí alzaron la vista ni bien abrieron la puerta y comenzaron a susurrar a su alrededor.

Los paparazzi seguían fotografiándolos desde afuera, cámaras infinitas tras el vidrio transparente. Probabilidades infinitas de que Toni se enterase de dónde estaba realmente. De con quién estaba.



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En el texto hay: musica, gay, lgbt

Editado: 18.04.2024

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