Tiempos de Guerra

Capítulo 18 ~ 1998

------------------------------

¡Feliz año nuevo a todos! Espero que hayan disfrutado de las fiestas. Les comento que, gracias a mis cero ganas de vivir en el mundo real y cumplir con mis obligaciones, este libro está bastante más avanzado de lo que esperaba, así que ahora voy a estar actualizando tres veces al mes: el 1, el 11 y el 21.

Otra cosa: estuve pensándolo bastante y decidí que ahora no voy a poner las canciones en inglés con la traducción al final, sino directamente en castellano, así la lectura es más fluida. Lo dudé porque (como habrán notado) las canciones fueron originalmente escritas y pensadas en inglés porque mis personajes hablan en inglés, pero creo que es muy confuso el spanglish en el texto, sobre todo para los que no dominan el inglés. En fin, lo único que se pierde es la musicalidad jaja. 

¡Que disfruten!

------------------------------

 

1998

Orlando, Florida

 

 

La agencia de Management no había quedado nada contenta con el desborde de ira público de Chris. Al día siguiente de que todos los canales nacionales hubieran pasado tanto el video de la entrevista de Holway como el que filmaron los paparazzi con la respuesta de Chris, Carolina Hernández citó al muchacho a su oficina y le dijo que, aunque estaba totalmente de acuerdo con él y que Holway podía irse a la mierda, no era algo que pudieran decirle así a todo el mundo. Había que ser precavidos, sensatos y discretos. The Milkshake Club apenas empezaba a ganar atención, mientras que Holway era un cantante reconocido desde hacía varios años, no podían simplemente salir a insultarlo como si fueran alguien importante.

Por eso, había organizado una cita para la próxima semana con el show nocturno de Lynelle Francis, uno de los más reconocidos programas de entrevistas del momento. Allí, Chris tendría que disculparse públicamente por lo que había dicho.

Carolina no le había dicho absolutamente nada de todo eso a Toni. De hecho, no había hablado en lo más mínimo con él sobre el tema de Holway. Toni supuso que no lo tocaría a menos de que él le preguntase directamente al respecto. Algo que, por supuesto, Toni no iba a hacer.

Se había enterado del plan por los labios de Chris, que había ido a contárselo ni bien salió de la reunión. Chris no estaba nada contento con la situación, detestaba la idea de tener que disculparse por insultar a un racista, como si estuviera retractándose; pero Toni le había dicho que estaba bien. Y era cierto que ya no le importaba demasiado; no como antes, al menos. Morgan tenía razón: tenía que empezar a centrarse en los comentarios positivos en lugar de los negativos.

Desde que se desató todo el escándalo de Holway, varios artistas habían demostrado públicamente su apoyo a The Milkshake Club. Algunos de los compañeros de colegio de Toni lo habían llamado para saludarlo y decirle que estaban de su parte, que nunca les había gustado realmente Declan Holway.

Toni no se lo esperaba. Era cierto, era más bien pesimista la mayoría de las veces, pero ni en sus mejores sueños hubiera imaginado la cantidad de gente que se había puesto de su parte. Era increíble.

Así pues, ya no le importaba tanto. Si un idiota quería insultarlo, de acuerdo, daba igual. Era él quien quedaba como estúpido.

Cuando le había dicho todo eso a Chris, al principio él no pareció muy convencido, pero acabó por darle la razón y prometer que se iba a comportar durante la entrevista. Eran gajes del oficio.

Había sido muy extraño cómo se había transformado su relación durante las últimas semanas. Habían pasado de casi no hablarse –o, al menos, de que Toni casi no le hablase–, a pasar juntos la mayor parte del tiempo libre que tenían en medio de los ensayos. Toni era el más sorprendido de todos, pero la verdad era que Chris le agradaba. Realmente le agradaba. Era gracioso, talentoso y amable. Se preocupaba genuinamente porque todos se sintieran cómodos a su alrededor; siempre tenía algo de qué hablar, un chiste qué contar, una sonrisa que dedicar.

Aquello que antes había molestado tanto a Toni, esa actitud suya tan confiada y bromista, ahora había llegado a apreciarla. Sí, le gustaba ser el centro de atención, pero no era un idiota arrogante.

De hecho, Toni había notado que saltar frente al reflector era algo que hacía cuando notaba que alguien la estaba pasando mal. Toni y Ezra, generalmente, que eran los más tímidos del grupo, solían ponerse bastante nerviosos durante las entrevistas, y era en esos momentos en que Chris venía al rescate con alguna broma tonta y una de sus sonrisas deslumbrantes. Era muy útil tener junto a él a alguien tan luminoso como Chris Hughes, un verdadero sol dispuesto a fascinar a todos con su carisma, mientras Toni permanecía oculto entre las sombras.

Toni bostezó audiblemente, despatarrado a lo largo del sillón, tratando de contener el sueño. Estaba agotado por el largo viaje hasta Orlando por la ridícula entrevista con Lynelle, durante el cual se la había pasado bromeando con los chicos y cantando a viva voz todas las canciones de su repertorio.

Y ahora allí estaban, cuatro horas después y con las gargantas doloridas, esperando en los camerinos a que los llamaran al programa.



#3149 en Novela romántica
#757 en Novela contemporánea

En el texto hay: musica, gay, lgbt

Editado: 18.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.