1998
Miami, Florida
Era 5 de septiembre, lo que significaba que Toni tenía dieciocho años. Oficialmente era un adulto.
También era, oficialmente, su última semana en Miami, viviendo con sus padres de manera regular antes de salir de gira por cinco meses enteros. Cinco meses por su cuenta, siendo un adulto sin tener que responder ante nadie.
La gira de Courtney Jones, titulada como su álbum, All flowers burn, comenzaba en cuatro días, y Toni, por supuesto, ya tenía listo su equipaje. Desde hacía casi un mes, de hecho.
Lo emocionaba mucho la perspectiva de conocer nuevas ciudades y cantar frente a tanta gente. La verdad era que apenas conocía el país; había ido a Nueva York en una ocasión con sus padres para pasar año nuevo, pero nada más. Cada uno de los destinos de la lista sería un trocito de mundo en que Toni había conseguido hacer lo que quería, un trocito de mundo que escucharía lo que tenía para decir, gente a la cual le probaría de qué estaba hecho.
Estaba nerviosísimo, claro, pero principalmente tenía ganas de meterse al avión ya.
Cinco meses enteros sin ver a sus padres, en los que tendría que arreglárselas por sí mismo, viviendo exclusivamente para la música. Viajando por el país con sus mejores amigos. Y les iban a pagar por eso. Era aterrador y maravilloso al mismo tiempo.
Toni se levantó de buen humor el día de su cumpleaños. Aceptó de buena gana el desayuno especial de su madre (tortillas de verde, oh sorpresa), los besos y abrazos de sus padres, y la llamada atenta de sus abuelos desde Ecuador, gracias a la cual descubrió que su español no estaba tan oxidado como pensaba. No hizo gran cosa en todo el día, principalmente juguetear con su guitarra y esperar ansiosamente a que llegaran los chicos.
Había invitado a sus compañeros de banda a pasar la tarde en su casa para festejar su cumpleaños, así como sus últimos días en Florida. Tim ya había ido en varias ocasiones, pero ésta sería la primera vez que Chris y Ezra entrarían a su casa, que conocerían a sus padres, que lo verían en un contexto totalmente distinto…
Toni seguía dándole vueltas al casi beso que había compartido con Chris hacía unos días. Se había convertido en una especie de obsesión, sobre todo porque después de eso no habían tenido ningún momento a solas para poder charlar al respecto, o bueno, para que pasara algo. Aquella mañana en el hotel se habían despertado muy temprano para volver a Miami, y en todo el transcurso del viaje de regreso (durante el cual ambos estuvieron terriblemente incómodos y el propio Tim le preguntó en un susurro si se habían peleado), la preparación para la siguiente entrevista y la entrevista en sí misma, no habían tenido ni un solo instante para hablar en privado.
Aunque, en realidad, Toni no estaba muy seguro de qué le diría, dada la ocasión. Tampoco estaba seguro de que le correspondiera a él hacerlo. Después de todo, era Chris quien quería besarlo, ¿no?
Es decir, Toni no planeaba oponerse, pero había sido su idea.
Pero quizás había cambiado de opinión, porque había pasado una semana entera y Chris no había hecho el menor esfuerzo por interceptarlo, o por… terminar lo que había comenzado. Pudo haberlo invitado a salir después de alguno de los ensayos, ¿no? Era cierto que últimamente terminaban muy tarde, pero si realmente quisiera…
La espera estaba consumiendo a Toni. ¿Se lo habría imaginado todo? Quizás Chris sólo estaba siendo amable, como era siempre, y Toni lo había malinterpretado. Después de todo, Chris nunca había tenido mucho respeto por su espacio personal.
Se la había pasado observándolo ansiosamente los últimos días, tratando de llegar a alguna conclusión. Analizando sus gestos, intentando discernir si todo había sido producto de sus fantasías o en verdad Chris Hughes sentía algo por él.
Seguía siendo el mismo chico burlón e insoportable de siempre, gastándole bromas y pellizcándole las mejillas, pero de repente todo eso se había vuelto extrañamente íntimo. Era distinto, Toni lo sentía distinto. Durante los últimos ensayos, Toni lo había descubierto echándole miradas furtivas de vez en cuando, y siempre que lo hacía, Chris apartaba la vista bruscamente y se ponía de un rojo intenso.
La situación era absurda.
Todavía no estaba seguro de que besar a Chris Hughes fuera una buena idea. Seguramente no. Eran compañeros de banda, apenas empezaban a ser reconocidos, su carrera estaba comenzando, no podían permitirse un nuevo escándalo tan pronto. Peor de ese tipo.
Además, Toni no les había mencionado a Tim y Ezra el pequeño detalle de su sexualidad. Y no se sentía listo para hacerlo aún.
Aunque, de todas formas, un beso no significaba nada. Toni tampoco estaba seguro de que quisiera ser su novio. Nunca había tenido un novio. Ni una novia, en realidad.
Había salido con dos chicas antes, pero nunca había sido nada serio. También había besado a un chico una vez, en una fiesta, irónicamente ocultos en un armario, tropezando entre escobas y productos de limpieza. Pero nada de eso había significado nada. Con Camila, la última de las chicas con las que había salido, solían simplemente ir al cine o a la playa, se besaban bastante, se habían tocado un poco también, sin llegar demasiado lejos. Nada más que eso. Toni tampoco había esperado nada más. Esta vez no era diferente.