Tiempos de Guerra

Capítulo 35 ~ 1998

 

1998

Chicago, Illinois

 

 

Debería ser ilegal tomar un avión tan temprano en la mañana.

Ese era el pensamiento que se repetía en la mente de Toni mientras se vestía en la habitación de hotel, durante el viaje hasta el aeropuerto, y en el tiempo que permaneció despatarrado sobre uno de los asientos, esperando para entrar al avión.

Debería ser ilegal despertarse antes de que saliera el sol.

Al menos no era el único que se sentía absolutamente destruido. Courtney y sus compañeros de banda lucían tan hechos pedazos como él, con ojeras profundas y legañas, arrastrándose por la sala de embarque como zombis. Pero aunque ahora lo único que quería hacer era echarse a dormir un rato, no se arrepentía de la noche anterior.

De por sí estaban cansados cuando pusieron la película (Ezra finalmente se había decidido por El cubo), pues habían dado un concierto más temprano, y todo el estrés por salir del armario y la ruptura de Coco habían acabado con los nervios de Toni.

Cuando Ezra y Chris llegaron a la habitación cargados con golosinas y descubrieron a Courtney llorando en la cama, las cosas se pusieron un poco extrañas. Chris le echó una mirada inquisitiva a Toni, pero de inmediato se lanzó a consolarla, ofreciéndole tabletas de chocolate, bombones y un abrazo de oso que Coco aceptó un poco desconcertada. Así de fácil, Chris nunca se cuestionaba ser amable cuando se lo necesitaba.

Ante la audiencia que se había formado a su alrededor, Courtney se obligó a tranquilizarse. Mordisqueó algo de chocolate y les ordenó que pusieran la película, y aunque Ezra no parecía muy seguro de que ver una película de terror fuera el mejor remedio ante una ruptura, obedeció.

Vieron la película sin hacer comentarios, cada uno bajo distintos niveles de conmoción. Incluso Tim y Chris se las arreglaron para mantener la boca cerrada, aunque cada tanto le echaban miradas de reojo a Toni, haciendo preguntas silenciosas que Toni se negaba a descifrar. Eso, y el hecho de que Courtney se sonaba constantemente la nariz a su lado, le impidieron llegar a concentrarse realmente en la película. Lo sentía por Ezra, pero bueno, había sido una noche complicada.

Habían quedado muchas cosas pendientes. Al despedirse aquella noche, Tim le dedicó una sonrisa simpática que pretendía tranquilizarlo –y lo hizo, hasta cierto punto–, pero que también le recordó todo lo que tenía que explicarle. Luego, Ezra y él acompañaron a Coco a su habitación, y Chris y Toni se quedaron solos.

Toni se dejó caer sobra la cama, completamente exhausto.

–Entonces… –comenzó Chris, echándose a su lado con una expresión de agotamiento similar–. Supongo que habrá que intentarlo de vuelta, ¿no? Supongo que todo el asunto de Coco impidió que…

–No, ella llegó después. –Repuso Toni con un suspiro–. Sí le dije.

–Oh –dijo Chris solamente, echándole una mirada–. ¿Fue… bien?

Toni asintió suavemente. Dios, estaba absolutamente hecho pedazos. No sabía de dónde sacaría las fuerzas para madrugar al día siguiente.

–No llegué a… bueno, no le conté sobre nosotros. Pero creo que lo sabe. Coco entró justo cuando iba a decírselo.

Chris le dedicó una sonrisa de alivio. Lo atrajo hacia sí y apoyó el rostro sobre el hombro de Toni.

–Bueno, no estamos apurados, ¿no? –susurró, su voz grave sonaba como un ronroneo–. Es un comienzo.

Chris se quedó dormido casi de inmediato, su respiración acompasada le hacía cosquillas en el cuello. Pero Toni permaneció despierto por un rato más, repasando los acontecimientos de la noche.

No estaban apurados, era cierto. Aunque definitivamente tendría que hablar con Tim al respecto. Pero sabía que estarían bien. Tim lo apoyaba y seguía siendo su hermano, y Coco… bueno, Toni esperaba de todo corazón que se sintiera mejor pronto. Era francamente deprimente verla tan triste e indefensa.

Aun así, ahora estaba mucho más tranquila que la noche anterior, incluso si todavía tenía los ojos algo rojos e hinchados, y gran parte de su postura orgullosa se había perdido. Allí estaba en aquel momento, echada a su lado en los asientos del aeropuerto, encogida sobre sí misma con muy poca elegancia, usando su chaqueta como almohada y sujetando la mano de Toni entre las suyas.

Chris charlaba perezosamente con Ezra y Tim, echado en los asientos de en frente. Estaban emocionados por la entrevista que darían, pues hoy publicarían al mundo su segundo sencillo y anunciarían oficialmente su álbum debut, que llevaba como título el nombre de la banda.

Se separarían de Courtney en cuanto llegaran a Chicago. Ella, a una nueva reunión para discutir cómo proceder con su caso –ahora que Lucía ya no formaba parte de su vida, Courtney había decidido que no había ningún motivo por el que quisiera volver al armario–, y The Milkshake Club a la estación de radio. Toni estaba nervioso por cómo irían ambos asuntos.

–Vamos, chicos –los llamó Morgan de pronto, apareciendo a su lado y aplaudiendo para despertarlos–. Hora de embarcar.

Courtney se sentó perezosamente y se frotó los ojos. Le dedicó una sonrisa débil a Toni antes de levantarse y seguir a Morgan por la puerta de embarque. Toni bostezó y se incorporó pesadamente. Chris se unió a él mientras rebuscaba entre sus papeles.



#33245 en Novela romántica
#8326 en Joven Adulto

En el texto hay: boyxboy, drama, gay

Editado: 18.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.