Tiempos de Guerra

Capítulo 43: ya es tiempo ~ 2011

---------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Hola, gente!

Okay, ya sé. Pasaron cuatro meses desde que supieron algo de mí. Pero no morí. (Feliz Halloween, Feliz Navidad, Feliz Año Nuevo).

Si venían siguiendo un poco mis comentarios al inicio de los caps, sabrán que estoy a punto de terminar la universidad. La verdad, estos meses han sido muy muy estresantes para mí. Sentía que me estaba quedando corta con todo, no tenía ganas de tocar un libro por el resto de mis días, y definitivamente no tenía ganas de escribir uno.

Mi salud mental fue una porquería el año pasado, y todavía estoy tratando de recuperarme de uno de los peores episodios que he tenido en la vida. En general, escribir este libro me ayuda porque puedo volcar en Toni todas esas cosas que yo también estoy sintiendo... pero, simplemente comenzó a abrumarme demasiado.

Aun así, le tengo muchísimo cariño a esta historia y siempre la tuve presente. Incluso aunque me costaba escribir capítulos enteros, guardaba algunas notas con ideas. Así que acá estamos. Creo que me siento lo suficientemente mejor para retomar la historia. Estoy tratando de hacer más cosas que me gusta hacer, y escribir es algo que amo.

¡Deséenme suerte! Y espero que les guste este cap :)

---------------------------------------------------------------------------------------------------

2011

Los Ángeles, California

Toni le echó una mirada al reloj de la pared y frunció el ceño. Eran casi las diez de la noche y Chris todavía no había llegado. Chequeó su celular, pero no tenía mensajes.

Se mordió el labio, tamborileando sobre la tapa del piano. Era extraño que se hubiera alargado tanto la reunión. ¿Habría pasado algo?

Con algo de vacilación, giró en la banqueta y volvió a desbloquear su celular. El nombre de Chris estaba primero entre sus contactos, su último mensaje anunciando que llevaría empanadas del restaurante argentino que quedaba en la esquina del estudio. Eso había sido hacía más de dos horas.

Toni tipeó un mensaje rápido.

Hey

Cómo fue a reunión?

Llegas pronto?

Chasqueó la lengua y se guardó el celular en el bolsillo. Carolina Hernández cada día estaba más loca. Sus reuniones ridículas se alargaban más y más y dejaban a Chris agotado y frustrado. Incluso Toni, que ya no tenía nada que ver con Sunny Management, tenía ganas de ir a sus oficinas a decirles un par de cosas.

Trató de continuar con la canción que había empezado a componer aquella tarde, pero se dio cuenta de que estaba demasiado cansado. Sus dedos se arrastraban con desgana sobre las teclas, casi sin producir sonido alguno, así que terminó cerrando el piano y dando por concluido el trabajo por aquel día.

No había ido tan mal. Cada vez costaba menos.

Se estiró y fue a la cocina a prepararse un té. Su teléfono vibró mientras el agua seguía calentándose.

Hola cariño

Pero Chris tardó casi un minuto entero en agregar nada más. El ceño de Toni se acentuó.

Fue bien. Pero estoy cansado.

Esta noche me voy a quedar en casa, es muy tarde

Voy mañana temprano

Podemos desayunar juntos

Toni volvió a echar un vistazo a la hora, sombrío. Chris había ido mucho más tarde en otras ocasiones. La hora nunca había sido un problema, Toni ni siquiera era el tipo de dormirse temprano. Chris sabía que podría llegar en plena madrugada y él estaría feliz de verlo.

Sacudió la cabeza.

Prueba otra vez

Toni sabía que Chris había leído el mensaje, pero aun así se tomó su tiempo para responder. La tetera empezó a silbar, así que se levantó para apagar el fuego. Los tres puntitos en el chat de Chris indicaban que aún no sabía qué decir.

Está bien.

Escribió al fin. Pero aun así tardó unos segundos más en escribir el resto.

Fue un asco

Ya conoces a Carolina.

Toni soltó un resoplido. Oh sí, la conocía. No sabía cuál había sido el motivo de la reunión, pero si Carolina Hernández estaba implicada, no había dudas de que había ido mal.

Lo sé, es una bruja

Sí…

Y no estoy de buen humor

No quiero arruinarte la noche.

Toni leyó el mensaje sin decir una sola palabra, pero era consciente de la expresión que debía tener en la cara.

Sacudió la cabeza, obligándose a dejarlo pasar.

El agua estaba lista, así que fue a servirse. Eligió cuidadosamente un té relajante y fue a sentarse a la sala, usando la taza humeante para calentarse las manos. Se lo bebió en silencio, con la televisión apagada.



#42752 en Novela romántica
#4670 en Novela contemporánea

En el texto hay: musica, gay, lgbt

Editado: 02.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.