Todas las veces que nunca me amaste

Capítulo 29

No solo el martes habíamos estado estudiando con todo mi curso, el miércoles también lo hicimos en la biblioteca del instituto, porque mi padre iba a tener una reunión con sus socios ese día. Para entonces, todos ya habían mejorado demasiado en los ejercicios que les había dado. Los chicos ya estaban mas avanzados que todos y yo no podía estar mas orgullosa de ellos.

Aaron seguía sin acercarse a mí, solo me miraba de lejos y el martes había estado en mi casa, porque sus padres otra vez habían salido del país. Según charles, iba a pasar solo 2 semanas en casa y para mi era tiempo suficiente para cenar en mi habitación, en el desayuno lo evitaba e iba temprano al instituto para hacerlo ahí. Charles no se mostro contrariado por mi actitud, lo cual me alivio.

El jueves, tenía mi competencia y estaba nerviosa hasta la medula. Tuve que ir temprano al instituto porque íbamos a discutir el programa de actividades que íbamos hacer el resto del día.

—Creo que tengo todo —Le digo a charles mientras guardo mis lentes de contacto.

—Muy bien, mi lady —me entrega mi lonchera —. Su padre me dijo que iba a ir a verla, así que de seguro estará en primera fila.

Tomo aire despacio y asiento con la cabeza. Sentía la presión en mis hombros otra vez. Si él iba a ir a verme, eso significaba que miles de periodistas iban a estar ahí también y no quería eso. La presión de miles de personas sobre mi podía llegar a darme un ataque de ansiedad, así que tuve que poner mis pastillas dentro de mi bolso.

Después del almuerzo, y de miles de buenos deseos de parte de mis amigos, me encamine hasta el salón de química. Tenía las horas de clase libres por la competencia y no iban a pasarme falta. Por desgracia de mis compañeros de aula, solo iba a poderles dar 1 sola hora hoy.

Entro el aula y me quedo quieta al encontrar solo 4 chicos en la sala. Todos eran altos y rubios, o casi, estaban hablando entre si y se callan cuando entro sonrojada. Mi profesora, me sonríe y me pide que me acerca.

—Tessandra, ellos serán tus compañeros —me indica y ellos hacen una reverencia. Carraspeo incomoda. —. Te dejare un momento para que hablas con ellos —la miro alarmada y cuando abro la boca para protestar, ella se va.

Los miro asustada y me aclaro la garganta para saludar.

—Es un placer — hablo —, yo soy…

—Sabemos quien eres —el del medio me interrumpe —. No somos idiotas.

Me quedo muda, sin saber que hacer. Ellos tampoco tienen intenciones de decirme sus nombres y yo tampoco quiero preguntar.

—Esperamos que lo arruines —dice otro —. Tu padre no podrá salvarte en esta —menciona mirándome de arriba abajo.

—Mi padre no esta metido en esto —aclaro —. Él no sabe mucho de química.

Se me quedan viendo en silencio y me desespero, ¿Qué sigue ahora?

—Iras primera —me entrega un papel —. Siempre son los más fáciles y tu… —la puerta vuelve a abrirse y la profesora entra.

—¿Todo bien? —ellos asienten y no digo nada —. Oh, veo que se dividieron los temas —toma mi hoja y frunce el ceño —¿Por qué le dieron a Tessandra la primera parte?

—Pensamos que ella estaría bien con los primeros…

—Pues pensaron mal —interrumpe, seria —. Tessandra es la más capacitada en esta aula, así que ira ultima. No podemos perder.

Parece brusco su manera de decirlo, tanto que ellos se quedan callados y ella cambia mi papel por el del que me hablo primero. Los temas, los había visto la clase anterior y no eran difíciles. Me relajo conforme va pasando el tiempo, ellos ni siquiera me dan una segunda mirada mientras repasamos los temas.

Voy al baño para limpiar mis lentes y acomodar mi uniforme, también para darme un respiro y no ponerme a llorar como una nena. Miro mi pálido rostro en el espejo y miles de pensamientos se aglomeran en mi mente.

¿y si me equivoco?

¿y si perdemos por mi culpa?

¿porque me pusieron a mi última?

¿Qué pasa si mi padre termina humillado en los diarios mañana?

Corro hacia un cubículo para terminar vomitando mi desayuno. Las arcadas son tan fuertes que mis ojos se llenan de lágrimas. Respiro profundamente en el piso del baño, mientras me paso las manos por el rostro. Mi garganta escocia y mi estomago era una revolución. Tomo aire un par de veces antes de levantarme del suelo, para no marearme más. Limpio el desastre que provoque y me precipito a mi bolso para tomar las pastillas. Me saco los anteojos para tirar algo de agua fresca en mi cara, para poder tranquilizarme y me seco rápidamente.

Si Jude estuviera aquí dirá que solo necesitaba confianza. Si Cassi estuviera aquí dirá que yo iba a lograrlo de todos modos. Si Mila estuviera aquí me diría, “eres un puto genio, ¿que es lo que te preocupa? Sal y patea traseros”

Quise reírme, pero la angustia era tanta que simplemente me salió un sollozo. Me apoyo con el lavamanos un momento, mientras me quedo mirando fijamente el reflejo del espejo. Mi padre iba a estar aquí, mis amigos, no podía decepcionarlos así. Tomo aire por un par de minutos y decido sacarme el sweater porque ya me estaba dando calor. Arreglo mi camisa blanca y acomodo mi boina en mi cabeza, para que no se caiga. Miro con determinación mi reflejo y suspiro antes de tomar mis cosas y salir del baño.

“Tu puedes. Tu puedes. Tu puedes. Tú puedes”

Me repito mentalmente mientras la puerta se cierra a mis espaldas. No iba a salir nada mal, solo eran pensamientos míos que no hacían mas que hundirme. Yo podía con esto.

Me freno en seco cuando veo a Aaron parado frente mío y mirándome fijamente. Mi corazón se paraliza para después volver a latir de una manera desenfrenada. Para no apretar mis manos, acomodo con mi dedo mis antejos, nerviosa y me quedo callada sin saber que decir.

—Tess —da unos pasos hacia mi y contengo el aliento —. Lo harás bien.

Boqueo como un pez, sorprendida y avergonzada.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.