Recuerdo #2
Estaba bajando las escaleras de la universidad después de la pesada primera clase con el profesor de historia, cuando veo como una chica va subiendo los escalones de dos en dos como si el mundo dependiera de eso, de repente se tropieza con uno de los escalones y se precipita hacia el piso, la ayudo a levantarse y ella totalmente distraída y sin mirarme a la cara me da las gracias y continua su carrera por las escaleras.
A la hora del almuerzo, me encontraba con unos amigos riendo por... por algo... cuando veo por el vidrio que se encontraba frente a mí y detrás de unos de mis amigos, a la misma chica de la escalera, pero esta vez la veo tropezar bajando un escalón sin ningún afán y acompañada de un grupo de amigas, me fijo en que no logra caerse, pero cuando recupera el equilibro comienza a reír junto con el resto, lo único que logro hacer es sonreír y negar con la cabeza por su torpeza.
Entro en el salón que me corresponde para la última clase del miércoles pensando en las ganas que tengo de llegar a mi casa a dormir, me siento en uno de los puestos de la tercera fila esperando a que entre el profesor de estadística, de repente siento como mis ojos se agrandan cuando veo entrar a la misma chica que se tropezó dos veces unas horas atrás – que coincidencia – pensaba, la sigo con la mirada mientras ella sin levantar la vista de su celular busca un puesto cualquiera para sentarse, realmente se veía muy linda de perfil, pensaba cuando se sentó a un puesto de distancia del que yo me encontraba.
Con el transcurso de las semanas la clase de estadística se volvió mi clase favorita por el simple hecho de poder ver y hablar con Tamara, mejor conocida por mi como la chica distraída; con el tiempo Tami y yo creamos un vínculo irrompible y a pesar de que yo tan solo tuviera 20 años y fuera en quinto semestre ya tenía claro que amaba a esta chica en silencio.