Todo sería diferente (#1 Chilenas)

CAPÍTULO 3

Cuando volví al país, me coloqué la meta de volver a contactar con aquellas amistades que había dejado de lado por enfrascarme en una relación tan tóxica.

Se alegraban mucho de volver a verme y de verme tan distinta. Me felicitaban por haber vuelto a ser la de antes pero en mi mejor versión y de haber dejado a ese proyecto de hombre que no me hacía nada bien.

Fui con unas amigas a celebrar mi feliz soltería, y digo celebrar porque hasta antes de seguir los consejos de mi psiquiatra, mi soltería era una desgracia, sin embargo ahora la cosa era distinta.

Lo que no presupuesté, era que en aquel lugar me encontraría al susodicho compartiendo con sus propios amigos.

Al principio no sabía cómo actuar. Primero pensé en batirme en retirada, luego pensé en ir a enfrentarlo y refregarle a la cara lo bien que ahora estaba sin él, pero después medité en que no valía la pena dedicarle ningún pensamiento inquietante. Si él me veía, bien por él, yo estaba allí para divertirme con mis amigas y eso era lo que haría. Y si él optaba por ignorarme, yo también lo haría. Ya nada de lo que él hiciera podría importarme menos.

Por supuesto que una cosa era pensarlo y tenerlo claro en la mente y otra muy distinta era tenerlo claro de hecho.

No pasó mucho hasta que me vi en la disyuntiva. Él me vio apenas entré y según su expresión y la de sus amigos, no podía creer que aquella mujer era yo. Y no es que yo fuera una escultural modelo de pasarela, ni mucho menos de catálogo, pero gracias a la genética y la intervención de la buena fortuna, quiero creer, soy mucho más que aceptable. ¡Qué digo! ¡Así como iba parecía una Diosa! Me veía realmente divina. Sé que viene de muy cerca la opinión, pero “al pan, pan y al vino, vino”, las cosas por su nombre.

Una vez que lo tuve enfrente, rememoré toda la pesadilla que viví con la ruptura, no porque aún doliera, sino por lo que en su momento dolió y por lo amargo de todo aquel proceso.

- Estás…… hermosa.

- Lo sé.

- ¿Cómo has estado?

- ¿La verdad?

- Por supuesto, no espero menos de ti.

- Al principio fue duro, pero siendo completamente sincera, me siento mejor que nunca.

¡¡Qué!! Soy mujer, soy vengativa ¿Ya? Tenía que refregarle que aquella mujer que él alguna vez tuvo besando hasta el polvo que pisaba ya no era la misma, que era una mejor versión de sí misma y todo gracias a él. Porque había que reconocerle algo al desgraciado aunque jamás en la vida se lo diría.

- Me alegro de que estés mejor. Lo que es yo, no he estado muy bien desde que te fuiste. Te he extrañado.

Ya sospechaba por dónde iba la cosa. Cuando fui una mujer sumisa, dependiente de afectos, enamorada y dispuesta a todo por él, no me quiso atar a su lado porque ya me tenía segura, pero ahora que me ve hermosa, independiente, vivaz e incluso un poco díscola quiere que vuelva a su lado, seguramente para volver a apagar mi luz y que nadie se ilumine con mi compañía. Pero ¿saben? Eso no va a pasar.

- Lamento que lo nuestro no lo hayas tomado tan bien como yo.

¡Qué! No me juzguen. Él no tiene por qué enterarse de que fui a parar al loquero.

- Así veo. Te ves tan…… diferente. Me hace querer reconquistarte y volver a tener lo que un día perdimos.

- Ah, Ah, error. No fue lo que “perdimos”, fue lo que tú te perdiste por no querer comprometerte conmigo. Eres igual al perro del hortelano.

- ¿Qué quién?

- Da igual. Quiero que sepas que hagas lo que hagas y digas lo que digas, nada me hará volver contigo.

- ¿Qué me dirías si te dijera que te quiero?

- Todo sería diferente si tú me quisieras.

- ¡Pues entonces, vuelve conmigo!

- No me malinterpretes. Si tú me quisieras y yo te creyera o siquiera me importara, mi vida sería diferente a lo que tengo hoy, a lo que disfruto hoy. Volvería a ser la misma estúpida que se dejaba apocar por ti. Me he dado cuenta de que mi felicidad no depende de nadie, menos de un hombre y mucho menos de ti, solo de mí. Porque sí, soy feliz, tal cual como estoy. Libre para hacer lo que se me de la regalada gana sin tener que darle explicaciones a nadie y disfrutando plenamente de mí misma y de todos mis logros…… Te agradezco la oferta, pero paso y ni se te ocurra volver a aparecerte delante de mí porque tengo un arsenal de artefactos para combatir zombis que no tengo ningún reparo en usar en contra de ti.

 

Sin ningún remordimiento le di la espalda, me volví hacia mis amigas y caminé orgullosa hacia ellas mientras pensaba en lo feliz que fui durante todo el proceso del olvido. Fui capaz de hacer tantas cosas por mí misma, fui capaz de disfrutar de mi vida, de los amigos, de las experiencias, del conocimiento, de los fracasos y de las victorias.

Mi Doc estaba en lo correcto. A veces es necesario cambiar por completo para volver a ser uno mismo. Para amarse uno mismo. Para disfrutar de la vida sin la necesidad de que otro intervenga para ser feliz.

Porque ser feliz depende única y exclusivamente de ti.

 



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En el texto hay: humor, desilusion, reinventarse

Editado: 01.05.2021

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