Todos, contra el novio de mamá.

Capitulo 2 ¿Embarazada?

Tenía una idea rondándole la cabeza, pero la desechó, luego de la conversación con su hermana. Había planeado buscar a Alicia y volver a repetir lo de aquella noche, pero estaba seguro de que si lo hacía, la relación con su hermana se iba a terminar de arruinar. Sonrió ladino, al recordar lo que pasó aquella noche. Alicia era inexperta, pero la experiencia no fue tan mala, tomando en cuenta que ella era una novata.

Sacó su celular y llamó a una de sus amiguitas; acaba de llegar a la ciudad y necesitaba desestresarse. Lastimosamente, no iba a poder ser, Alicia, pero alguien tendría que reemplazarla.

Tomó una ducha antes de alistarse para salir y mientras lo hacía rememoró los momentos compartidos con Alicia. Abrió los ojos de pronto, cuando se dio cuenta de que esa noche, pudo haber pasado por alto algo importante.

—No, no, estás equivocado, si lo usaste, claro que lo usaste —se dijo a sí mismo.

Dejó que el agua cayera sobre su cabeza, buscando que aquello le ayudara a esclarecer sus recuerdos, pero no, no le fue posible recordar que sí había usado protección aquella noche.

Salió del baño molesto consigo mismo, no era ningún chiquillo, como para haber cometido anaquel error. Tiene claro que aquella noche bebió’un poco más de lo acostumbrado, pero tampoco estaba ebrio. Seguramente muy animado con la amiga de su hermana, pero ebrio no.

Se vistió y salió rumbo a buscar a su cita, tenía que sacarse esas locas ideas de la cabeza. Un hombre como él nunca olvidada protegerse y esa noche, no fue la excepción.

Llegó al bar y la pelirroja ya lo estaba esperando. Conversaron un rato, bebieron un poco, coquetearon y terminaron yéndose a un hotel cercano. Thiago era un mujeriego, por lo que no se molestaba en conquistar, iba al grano, proponía y listo. Ese era su estilo de vida y hasta ahora le funcionaba a la perfección.

(***)
Las últimas semanas se ha mantenido algo ocupada, por lo que casi no ha visto a Iris. Extraña a su amiga, pero tal vez poner distancia sea bueno. Aún se siente avergonzada con su amiga, por lo sucedido.

Se levantó de repente para ir por un vaso de agua y sintió un mareo.

—¿Sucede algo? —le preguntó July, su compañera de apartamento.

—Solo me mareé un poco — respondió Alicia, aun afectada.

—Tal vez te levantaste muy rápido, mi madre siempre dice que eso pasa, cuando uno lo hace — declaró July.

—Sí, si puede ser — respondió.

De inmediato recordó que en la mañana, se había sentido con náuseas y asco. Lo atribuyó a una empanada de queso, que se había comido la noche anterior en el restaurante, ya que le había dado hambre de repente.

Una vez se sintió mejor, avanzó hasta el baño, en donde se remojó un poco el rostro, con la intención de sentirse un poco mejor, pero el mareo persistió.

Regresó a la sala y se recostó en el sofá; ciertamente tenía un par de días sintiéndose mal, pero entre una cosa y la otra, lo había obviado.

—Sigues sintiéndote mal — cuestionó July, al verla recostada, en el sofá.

—Sí, no solo es el mareo, también he tenido náuseas y algo de asco.

—Si no supiera que eres virgen, podría jurar que estás embarazada.

Alicia sintió que una corriente eléctrica recorrió su columna vertebral, dando paso posteriormente a una sensación de terror, que la invadió por completo.

—No, no, eso no es posible —dijo sentándose de golpe —yo no, no puedo, no.

—Claro que no, para que eso ocurra, hay que hacer lo otro y tú no lo has hecho, así que tranquila — contestó July, segura de lo que decía.

Alicia tragó grueso mientras intentaba regular su respiración y esperaba que las palpitaciones de su corazón se normalizaran. No, no, ella no podía estar embarazada, no, no y no.

—Iré a acostarme —anunció, mientras caminaba como autómata, hacia su habitación, abrumada por los pensamientos y la duda.

No logró pegar los ojos en toda la noche. La duda la tenía a punto de un colapso nervioso. Estaba segura de que aquella noche, no se había protegido y siendo su primera vez, tampoco ella tomaba anticonceptivos. ¿Pero sería posible que, con solo una vez, haya quedado embarazada? Se dio una cachetada mental, al darse cuenta de lo tonta que era su pregunta, claro que bastaba con solo una vez.

Apenas amaneció, se vistió y salió en busca de una farmacia. Necesitaba salir de la duda o de lo contrario, le daría un soponcio.

Era demasiado temprano, por lo que todos los lugares a los que iba se encontraban cerrados.

—Tienes que calmarte, Alicia — se regañó a sí misma, al ver como temblaban sus manos, evidenciando su nerviosismo.

De repente sintió un poco de hambre, ya que no había comido nada antes de salir de la casa, por lo que decidió buscar un sitio donde comer algo, en lo que abría la farmacia, que en este momento tenía en frente.

Pidió unos huevos revueltos que ni siquiera llegó a probar, porque aunque al verlos se le hizo agua la boca, el simple oler, le provocó asco.

—Lléveselo, por favor —le pidió a la mesera, con la mano en la boca, intentando no vomitar.




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