Todos, contra el novio de mamá.

Capítulo 7 "'Padre soltero"'

—¿Por qué no me lo dijiste? —preguntó Irania entrando a la habitación de su hija.

—No me correspondía a mí, hacerlo, mami — dijo la chica, en lo que caminaba, hacia su madre, para refugiarse en sus brazos. Habían sido meses difíciles, lidiando con un secreto que pesaba demasiado.

—¿Y ella, cómo está?

—Asustada, pero feliz —Irania sonrió, conocía a Alicia y sabía, que era una mujer valiente y decidida — La convencí de terminar este semestre, ya me imagino que luego tendrá que dejar la universidad.

—Eso no va a pasar — contestó la mujer mayor.

Iris miró a su madre extrañada. La determinación con la que había dicho aquello, la sorprendió.

—Que planeas, madre.

—No planeo nada, solo haré — dijo sonriendo.

Volvió a abrazar a su hija y le dejó un tierno beso en la frente.

—Mírame — le pidió.

Los ojos de Iris, miraron a su madre, fijamente. Irania era una mujer de facciones hermosas, andar elegante, sofisticada y porte de reina, a la cual su hija admiraba por su temple y fortaleza.

—No permitas nunca, que nadie trunque tu camino. Sí, suceden imprevistos, si tomas malas decisiones, si eres arrastrada por tus sentimientos y los antepones a tu razonamiento y parece que se te cierra el camino. Cambia el plan, pero nunca cambies el rumbo. Tal vez tardes un poco en llegar, seguramente costará más y quizás sientas ganas de claudicar, pero jamás lo hagas, porque te fallarás a ti misma, a esa niña que un día soñó, con ser algo en la vida.

Con lágrimas en los ojos, Iris asintió. Entendió perfectamente las palabras de su progenitora.

—Mi amiga ha sentido todo eso, que tú dices —expresó Iris, en medio del llanto—. Su compañera de apartamento, le dijo que en ese lugar no van a caber ella y sus hijos. Prácticamente la echó.

—Tranquila, eso se resolverá y en cuanto a Alicia, ella tiene que asimilar esta nueva etapa de su vida, luego tendrá que reacomodarse y reorganizar algunas cosas. Después de eso, seguirá adelante cariño, con más ganas y fuerzas que antes, porque tendrá dos nuevas y valiosas motivaciones.

—¿Tú lo crees mamá?

—Estoy segura de eso, cariño. No hay nada que haga más fuerte a una mujer que un hijo. Ella solo necesita ayuda y para eso estamos tú y yo.

—Gracias, mami.

—¿Por qué mi niña?

—Por ser la mejor mamá y una buena suegra.

—Ay mi amor, no sé si quiero ser la suegra de Alicia. Y no lo digo, por ella, sino por ese hijo mío, que me ha sacado canas verdes, pero bueno, esperemos que tenga arreglo.

—No estoy segura de eso, mamá.

Compartieron un rato más, en esa complicidad, de madre e hija y luego se despidieron.

Camino a su habitación, pasó por la habitación que ocupaba Thiago, cuando se quedaba con ellos.

Entró a la habitación sin tocar la puerta y lo encontró en toalla, saliendo del baño.

—¿Mamá, nunca aprenderás a tocar la puerta?

—Esta es mi casa, no tengo por qué tocar la puerta.

—He escuchado eso, desde que tengo uso de razón.

—Exacto, por eso no entiendo, como no terminas de comprenderlo, Thiago.

—¿Qué sucede mamá?

—Sucede que sigo molesta y tal vez para cambiar ese hecho, necesito conocer tus planes a corto plazo, con respecto a mis nietos y su madre.

—Mama horita, no quiero hablar de eso.

—Pues te aguantas y lo hablas. Esto es importante y no confió en tu prudencia para manejar esto.

—Me ofendes madre, sabes muy bien que soy un hombre inteligente, tengo todo bajo control — contestó Thiago, con suficiencia.

—Ay, hijo mío, eso creía yo, pero acabas de sacarme de ese engaño. Necesito que mañana mismo, busques un sitio para ella, ya Iris me contó, que su compañera prácticamente la echó del lugar donde vive.

—Ya había pensado en eso, madre — respondió Thiago molesto.

—Perfecto, ahora ejecútalo, mi amor —Irania se giró, para salir de la habitación, pero la voz de su hijo la detuvo.

—¿De ahora en adelante, esa será tu actitud conmigo?

Irania suspiró profundo y se volteó nuevamente hacia él.

—A cierta edad, toda madre sueña con ser abuela, y aunque yo sigo siendo muy joven, debo reconocer que he fantaseado con eso, pero jamás imaginé que sería así. Por más que intentes y te esfuerces y des lo mejor de ti, ellos no crecerán en la seguridad de un hogar, con el amor y la protección que, solo en una familia, te pueden brindar. Nunca tendrán lo mismo, que tuviste tú o tu hermana y eso me duele aquí, hijo — dijo ella, tocándose el pecho, justo sobre el corazón y sin poder evitar que por su rostro, corrieran las lágrimas.

—Mamá … — dijo él, intentando acercarse a su progenitora.

—Ahora no Thiago, deja que asimile esto, que lo entienda, que lo acepte. Seguramente luego, todo volverá a estar bien mi amor, pero por favor, dame tiempo — Salió del sitio, dejando a su hijo sin palabras y con un nudo en la garganta. Ni aun en sus locos años de adolescencia, había visto a su madre llorar, por culpa suya. Pero hoy, siendo un hombre, lo había hecho.




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