Trabajo Cuidando A Una Chica En Silla De Ruedas

CAPÍTULO 1: TRABAJO DE MEDIO TIEMPO

"Si pudiera elegir la mayor de las virtudes, seguramente sería el amar la que eligiría"

BOSTON 2024

–Se supone que es esta puerta...

Ring

–Oh, ¡voy! – Gritó Edward mientras se dirigía hacia la puerta.

—Buenas noches, venía a entregar los últimos paquetes de la mudanza. —Dijo un trabajador con una sonrisa en el rostro. —Solo firme aquí y con gusto lo traeré.

–Claro. – Respondió Edward mientras Firmaba. – Pero, déjeme ayudarle, son mis cosas después de todo jaja.

–Y es mi trabajo también, pero, si quiere ayudar, no se lo voy a impedir.

Ambos subieron la última carga de la mudanza.

–Entonces, ¿se independizó verdad? – Preguntaba el transportista mientras subían las escaleras con cajas.

–Bueno, si, me dieron una beca en la universidad de Boston entonces tenía que mudarme aquí. – Respondió Edward esforzándose para que la caja no se cayera de sus manos.

–Vaya, ¡felicidades! y ¿Qué va a estudiar? si no me entrometo.

–Para nada. Economía, siempre me interesó.

–Ya veo, pero, la universidad de Boston está un poco lejos de aquí, casi una hora en metro.

–Bueno, mis ingresos son limitados... bastante, gasté mis ahorros en una motocicleta así que iré en ella, y por ahora pago este departamento con lo que mis padres pueden ayudarme. Mañana al salir de la universidad tendré que encontrar un trabajo de medio tiempo. – Dijo Edward soltando la caja en la sala y luego cruzando sus brazos mientras explicaba la situación.

–Oh, tiene sentido, los departamentos aquí en el Este de Boston son de lo mejor en cuanto a precio. Lo siento, te ayudaría si pudiera, pero en mi trabajo ahora mismo no se necesita personal...

–No te preocupes, ¿quieres café? Agradezco mucho tu ayuda, lo que he desempacado viene en perfectas condiciones. – Dijo Edward dirigiéndose a la cocina.

–Si. Muchas gracias. Aunque yo solo tengo el turno de noche, yo estoy a cargo de solo estos últimos paquetes jaja. – Dijo el transportista mientras pensaba.

–¿Con o sin azúcar? – preguntó Edward.

El repartidor pensó por un momento

–Pero... Ahora que lo pienso, tengo una tía que trabaja en un café cerca de allí, en Back Bay, ella me dijo que dejara este trabajo y trabajara allí con ella porque era más "seguro" jaja.

–Y ¿por qué no tomas el trabajo tu? – Preguntó Edward acercándose a la sala.

–Bueno, yo vivo algo retirado de aquí, y allí no hay una estación de metro cercana, mi trabajo actual me queda bastante cerca y me gusta. Si quieres puedo hablar con ella cuando llegue a mi casa y pasas por allí mañana.

–Bueno... no tengo como pagarte esto... de verdad te agradecería que lo hicieras. – Dijo Edward buscando su billetera los bolsillos de su pantalón

–Oh no tienes que agradecerme, además no será algo sencillo, esa es una zona bastante cara, por lo que manejar con gente rica y quisquillosa no es nada fácil, créeme, incluso en mi trabajo he tenido que tratar con gente así. – Respondió mientras movía sus manos para que Edward no le pagara nada.

Para Edward eso no era un problema, él siempre trató bien a cualquier persona sin importar quien sea

–Bueno, igualmente te lo agradezco mucho. ¿Cómo es tu nombre?

–Jeremy, un placer. Escribiré en una nota la dirección exacta. – Dijo buscando un papel en donde anotar.

–Bueno Jeremy, espero que nos volvamos a ver algún día. Toma, no respondiste si querías azúcar o no, así que no le puse por si acaso, este vaso es de cartón, así que puedes llevártelo, no quiero retenerte más aquí, se hace tarde. – Dijo Edward ofreciéndole el café.

–Jaja, y acertaste, ¡suerte con la universidad!

Así Jeremy se fue, y Edward se quedó mirando la puerta con la mano levantada despidiéndose, luego de cinco segundos la bajó y cerró la puerta.

–Bueno, espero que el golpe de suerte no sea en vano. – Dijo para sí mismo.

Y es que a pesar de ser alguien amigable con cualquier persona, desde siempre Edward ha tenido dos problemas...

–Ya no quiero temerle más a vivir...

La segunda es que casi siempre se arrepiente de sus decisiones

LA MAÑANA SIGUIENTE

–"Bien, tengo todo listo" – Pensó Edward mientras se ponía su casco. – Ah... bien, ahí voy. – Exclamó poniendo la dirección de la universidad de Boston en su teléfono.

Por el camino que tomaba pasaba justo por la cafetería de la cual Jeremy le habló, ciertamente la zona se veía lujosa, pero ahora mismo tenía que llegar a otro lugar

–Ok, es aquí, pero... ¿Dónde dejo mi moto? – Se preguntó estático.

Al final pasó de preguntarle al guardia de seguridad y pagó en un estacionamiento cerca del recinto.

–Ese dinero me habría servido para comer algo...

Al entrar, la vista era espectacular, era impresionante y el campus era imponente. Las cosas pasaron de manera común, al presentarse no se equivocó al hablar pues se preparó para ello con minutos de antelación pero de igual forma, nadie reaccionó, es de esas cosas que son obvias pero realmente no esperas en el momento. Ese día comenzaron a formarse grupos de personas, pero Edward simplemente no encontraba una buena excusa para hablar con alguien, cosa que sí había logrado con Jeremy, al final simplemente se retiró solo hacia la cafetería que Jeremy le había recomendado.

–Bueno, pudo haber estado peor... – Dijo mientras se subía a la moto. – Ahora tengo otras cosas en las que pensar.

EN LA CAFETERÍA

–Vaya... – Exclamó sorprendido mientras entraba a la cafetería.

El lugar era mucho más grande de lo que aparentaba, era acogedor y el suave Jazz de fondo ciertamente lo hacía el lugar ideal para tomar un café mientras lees algo.

–Hola, disculpe, me dijeron que estaban buscando personal y yo venía a preguntar sobre ello... – Dijo Edward un poco cohibido pero seguro.



#1083 en Novela contemporánea
#1623 en Otros
#518 en Humor

En el texto hay: romance, romace drama, romcom

Editado: 23.12.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.