Treinta días de soledad.

Día séptimo: ''Fragancia de la dicha.''

''Fragancia de la dicha.''

Felicidad.

 

 

 

Vivez que cala en mi alma,

me toma por esclavo

y se vuelve recuerdo.

Hay felicidad que se mezcla con los augurios de mis penas.

He aquí los sueños que inundan mi ser,

que me hacen crecer y postular metas,

plasma aquí la sinceridad del amar.


 

No hay soledad que rechace a la tristeza,

ni amor que se vuelque completamente hacia al prójimo.

Indago, me pregunto el porqué de este sentimiento,

pero, miro más allá de mis pestañas,

el cielo aclara y no hay rastros de pesar,

ni ansiedad que pueda tomar el alivio que renace en mi pecho.


 

Le palpe, mis dedos acariciaron su proximidad limitada,

y aquel instante basto para reconocer, amar su lejanía.

Para notar que su belleza estaba en el confín alejado de su estancia.




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