Treinta días de soledad.

Día noveno: ''Oculta reclamé.''

 ''Oculta reclamé.''

Serenidad.

 

 

 

Tumbada con el alma abierta te observo,

perdida en tu infinidad basta y sin avasallamientos.

Heme aquí deseándote alcanzar.

Cansado juegas con el sol, y abandonas a la luna cada amanecer,

el descaro se pinta en tonos rojizos cuando decides apagarte.

 


Oh, inmensa extensión que guardas almas.

Tú que atesoras las lagrimas de las mujeres,

sin ser nadie, sin ser poco te anhelo.

¿Soy yo o es mi pecho que te reclama?

Tumbada en la hierba fresca y verde me pierdo.

Las estrellas admiten tu engaño,

parpadeando demandan tu atención.


 

El alba nace en ti, y el oscurecer emerge del cuenco de tu pecho.

Escondes el silencio del madrugar,

hoy ciega te miro sin observar.

Eres tú el reflejo del mar, o es tu alma que se colorea de azul.

Basta extensión, cielo que se alza en mi temple.

Mantenme calmada por si algún ansió perderme.




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