Treinta días de soledad.

Día duodécimo: ''Abatido me encontre.''

''Abatido me encontre.''

Desanimo.

 

 

 

Abatido me encontré

bebiendo de tus lágrimas,

Siendo un pobre hombre que se arrastra a tu cauce.

Las aves me susurran tu nombre hoscamente,

simulando tus lamentos, gritos de dolor que cantabas en mí pecho.

 


 

Haz de encontrarme abatido cortando con libertad mis cadenas,

otorgándole al silencio una hazaña quejumbrosa.

Las suaves lluvias disfrazan mis lágrimas,

un viento árido besa mis labios castamente

borrando de mi mente todo el estupor.


 

Abatido me encontré en el ruego,

forzándome a mí mismo a acallar mis pesares.

Pobre hombre que se arrastra a tu cauce,

desviste su alma en un intento de quitar las cenizas que pintan su cara.

Pobre hombre que se arrastra a tu cauce,

niega y recuerda el día en que abatido se encontró sollozando a su alma desquebrajada.




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