Treinta días de soledad.

Día decimoquinto : ''Empapadas mis mejillas.''

''Empapadas mis mejillas.''

Ansiedad.

 

 

 

Empapadas mis mejillas,

mis lágrimas surcan el espíritu adyacente a tu cuerpo.

No hay alma que clame el tacto ajeno,

no hay voz que se pierda en el viento y te toque en la distancia,

mi aliento no te alcanza, no te enmudece, no te abraza.

 

Vacía te ahuecas y te acurrucas en el pasto,

al amanecer hay dudas que se mudan a mi alma,

la incertidumbre de un mañana se hace huésped en mí pensar,

al sentirme encarcelado busco pupilas que me lleven a rayar el vació inexistente en mi pecho.

 

Pobre tiempo vagabundo que se consume en mi esencia.

Apacible me pierdo en el cantar de los pájaros,

golondrinas que se quiebran en mi alma.

Gotas de roció que se confunden entre mis sueños

y tus desgracias.

Efímero me encuentro guardado en tus labios,

como una imagen pasajera que se transparenta cuando me recuerdas.

 

Absorto te pierdo,

persigo tus pasos, airado, juicioso.

No soy más que el pasado que dolió,

palabras ardientes que se calan en tu pecho,

y te acarician los parpados.




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