Treinta días de soledad.

Día decimosexto : ''Airado, quizás afable.''

''Airado, quizás afable.''

Miedo.

 

 

 

¿Soy yo o es tiempo que me acusa de pasadas promesas?

He de aquí me mantengo cautivo, preso y llano.

Plasmado me sostengo a mí mismo,

opresivo, airado, quizás afable.

Oh, miedo.

Tú que te ocultas en mi esencia,

que surcas mis lamentos y me haces arrodillarme.


Soy cobarde, te obedezco.

Eres tú que te aferras a mi lecho,

me aruñas el alma.

Desangrándome te miró en la lejanía,

aun sintiendo el odio que cierra mi garganta, y me hace gorgotear.

Es la fragancia del olvido que se palpa en mi ropa,

pero es el viento que me oculta detrás de él, cuan afable es el aire que respiro, ese que me ataca y me desarma.


Cobardía que cursa barreras entre mis labios.

Amante no eres, me meces en tus praderas de desencuentro.

Colérico, egoísta, despreciable.

Oh, cielo oscuro.

Tú que abarcas mi rostro, mi pecho, mis pestañas.

Te enredas en mí,

preso caigo en tu egoísmo,

en tu desdicha y pena.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.