Treinta días de soledad.

Día vigésimo segundo: ''Injusto te arraigas.''

''Injusto te arraigas.''

Enojo.

 

 

En la tempestad de mis lágrimas.

En el dolor avasallante de mi pecho.

En la melancolía de mis noches.

En la ausencia de querer.

En el pesar de mi ansiedad.

A ti te encuentro, cual puñal que se clava en mi lecho.


Amor fraternal que clama por tu huida.

Cielos ciegos de ira que gritan en conjunto con tu dolor.

Mar atormentado que te mira a los ojos llenos de arrepentimiento.

Cólera hermana que suplica tu llegada.

Ansiedad que desespera.

Calma que apacigua tus recuerdos, te toma como rehén y te calla.


 

Cual caballo desbocado corres libres en los valles de mi temple.

Cual tormenta caes sobre mí, empapándome con tus ideales.

Cual bestia borras mi raciocinio y me haces explotar en llanto e ira.

Cual silencio arrollas mi aliento agitado, mi espíritu pesado y mi pecho errático.

Cual amor de unas pocas horas te despides de mí con un casto beso, susurrando palabras de adiós.

Eres tu quien en melancolía me tomas, injusto te arraigas.




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