Treinta días de soledad.

Día vigésimo noveno: ''Socorre a ti.''

''Socorre a ti.''

Solemnidad.

 

 

La receptividad de tu mirada carcome mi espíritu,

quizás me destruye, tal vez me toma con solemnidad.

Lleno mi pecho con el pesar de tus labios.

Tomo como mía la tristeza de tus caricias,

los augurios de tu pasado.


 

Mis mañanas se visten de tus recuerdos,

tus pesares bailan una inusual melodía con mis atardeceres,

tu dolor roba asalta mi oscuridad salpica con luceros.

No soy el paréntesis en tu historia,

soy la sonrisa que se cuela en tu memoria.

Mi alama se extiende en tu valle, se seca y se olvida con el pasar de los segundos.


 

Ay cariño que se queda en atesorado en el ayer.

Soy tu alma, la que se desperdiga en tu techo.

Amor que se entrega a las ansias

y calienta tus costados.

Ay cariño que se queda en tus recuerdos,

en el pestañear de la luna o el zumbido de la abeja.

Afecto que se guarda en el pecho y socorre a ti cuando lo lastimas olvidándolo.




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