Tres Guerras

10: Llamado de emergencia

Ya estaba harta. Él había vuelto a pedirle un favor. Ivanna tan sólo había acudido a Zeta una vez en el pasado y él, sin embargo, se había permitido acudir a ella una y otra vez.

¿Qué quería Elías? Bueno, pues solamente quería recuperar a Melissa. Si sucedía, entonces tan sólo le devolvería toda información comprometedora a ella. Sinceramente, no le creía, pero quería tener esperanzas y sin duda, quería creer.

Pero por supuesto, fue con una amiga de confianza y le contó todo para pedirle ayuda.

— Bueno, eso será sencillo – Sonrió Lucy – Casualmente sé a quién llamar.

Naturalmente que llamó a su mejor amigo, pero no pudo apartar a su novio Lalo de en medio en el proceso, por eso el siguiente día escolar, no solamente Lucy, Kai e Ivanna caminaron hacia las bancas frente al laboratorio de biología media hora antes de la entrada, sino que también su novio fue con ellos.

— Entonces... ¿Dices que Zeta podría hacerte algo en cualquier momento?

— A mí y a varias amigas, hará de todo por recuperar a Melissa y...

— ¿Quién es Zeta? ¿Es la misma Melissa de la que me hablaste Kai? – Quiso saber Lalo.

— ¿Le hablaste sobre Melissa? – Preguntó Lucy.

— ¿Piensas ayudarme? – Captó Ivanna la atención de Kai nuevamente.

Kai miró a Lucy y Lalo a su lado y frente a él, respectivamente. Jamás había entrevistado a nadie en el nombre de Alba Dorada frente a otras personas, mucho menos sin máscara.

— Tengo que ayudarte. No es propio de nosotros dejar a las víctimas sin protección.

Ivanna le contó a Kai, en presencia de Lalo y Lucy que había hecho un trato con Zeta, mas no por voluntad propia. En realidad, Zeta le ofreció libertad y la oportunidad de alejarse del Quincunce a cambio de ayudarlo a recuperar a Melissa, pero al final, él decidió no cumplir su parte del trato.

— ¿Qué deseas que haga?

— Sálvame. Sálvanos a todos si eres en realidad Alba Prime.

        

Claude y Axel volvieron entrar al aula de la profesora Silverado. Como cada viernes, entraban para besuquearse, pues desde la vez que Zeta y Cosmo los interrumpieron, nada más había sucedido.

Aun así, Claude tomaba precauciones de vez en cuando. Quizás no le prestó atención a que quizás cierto Arthur se había escondido en el almacén privado de la maestra Silverado para esperarlos.

El portazo de la puerta de hierro sólido resonó en el aula. Claude aventó a Axel para tomar distancia entre ambos. Arthur apagó su cámara y la guardó en el bolsillo del pantalón.

Axel miraba horrorizado a su novio.

— ¿Qué quieres?

— Venganza - Sonrió Arthur - Echaste a perder muchas cosas para mí, Claude. ¡ME HICISTE ALEJARME DE ÉL DURANTE MUCHO TIEMPO!

— ¿De qué está hablando cielo? - Quiso saber Axel.

— Nada, sólo que intentó llevarse a mi novio, como no pudo nos separó, se consiguió un noviecito de repuesto. ¿Te lo dijo?

Axel quería explicaciones y Claude no parecía dispuesto a dárselas, así que las buscó en Arthur.

— ¿Mencioné también que Claude le rompió el corazón a Melissa a tiempo para que ella cayera en brazos de Elías una vez? Zeta se lo ordenó. Tu querido novio Axel, tan solo es el juguete de Elías Zavala. Si no fuese porque Carlos Rivera se metió a ayudarla, todo le habría salido perfectamente bien y no me habrían hecho nada nunca.

— ¿Qué está diciendo? - Gritó Axel. Claude intentó negarlo, pero Arthur no le dio la oportunidad de hablar.

— También fuiste novio de Gwen Marie el tiempo suficiente no solo para romperle el corazón, sino para hacerla llegar hasta Elías Zavala, quien como Zeta, le ofreció esperanza y salvación. Claude, por ti es que Gwen torturó a Kai y después, se unió al Quincunce. Lo que no entiendo es, si Zeta te ha tratado siempre como un perro, ¿Por qué sigues tras él? ¿Te gusta?

Axel se habría ido de no ser por un detalle. Arthur lo había grabado con Claude.

— Descuida cariño, no te voy a delatar. Pensaba publicar el video, pero ¿sabes? no deberías pagar por esta basura que tienes al lado. No quiero publicar el video, después de todo, parece que tú no sabías nada. Además, Silverado los mataría si sabe que estuvieron así en su salón.

— Eres el favorito de Silverado - Escupió Claude - ¿Qué me dice que no irás a acusarme con ella?

Arthur señaló a Axel.

— No me meto con los inocentes bastardo. Creo que es algo que tú no entenderías después de haber vendido a tantos como te fue posible. Aunque no te culpo, si no fuese por Hugo, no estarías aquí en primer lugar. ¿Quién diría que tu noviecito de secundaria te habría arrastrado a todo esto.

— ¿Novios? - Preguntó Axel, ya enfurecido - ¿NOVIOS? ¡Dijiste que jamás habían tenido nada que ver!

Arthur ya se había ido, pero Axel salió del aula de Silverado también. Claude se sentó en el suelo y se sujetó la cabeza con ambas manos, en posición fetal. No podía pedirle ayuda a Zeta, no después de todo esto.

No podía pedirle ayuda a nadie.

Excepto a Ruth Beckett.

        

Lucy y sus amigos estaban de nuevo en el campo a las afueras del territorio del señor Priego. Su primo Lenny y Lisa, su hermana menor, habían ido a jugar béisbol. También Álvaro, su ex pretendiente (pretendiente según él) había ido. Unos cuantos amigos más estaban ahí también. Iban a jugar contra los bravucones cerebro de esponja de la Sección 3.

Lenny se preparó para batear la bola de Gabriel Travers, un desgraciado que vivía en la sección 3. Travers la arrojó y Lenny la mandó a volar sin mayor esfuerzo. Travers maldijo, pero los amigos de Lucy lo callaron. Álvaro fue a buscar la pelota y al volver, se la arrojó a Travers. Lenny les dijo que repetiría la carrera.

Travers arrojó la bola pero esta vez, intentó no tirarla tan al alcance de Lenny. Lenny la bateó, pero no pudo mandarla a volar como antes. Tiró su bate y corrió mucho antes de que el equipo de Travers se diera cuenta de que en realidad Lenny no había volado la pelota.




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