Triángulos

Conciliación

 Omar se sienta a comer ese manjar mientras que Samantha cocina otra milanesa, sabe que si su pequeño sobrino espera tanto por la comida va a fastidiar, patalear y otras rabietas más, así son los niños, ya está acostumbrada. 15 minutos después pone la comida en el plato que es para el pequeño y le saca conversación a Omar, le pregunta por qué ha venido tan temprano, él solo le dice que tiene trabajo a las 18:00, y que si viniera a la hora anunciada no le daría tiempo para estar aquí. 

 Luego de media hora se oye un golpe en la puerta, Samantha la abre y ve a su sobrino, que enseguida la abraza con fuerza

 —¡Mira tía lo que hice en la clase de artesanía!

 —Oh, ¿Qué es eso?

 —Es una pulsera hecha con arcilla de verdad, ¡Hoy nos dieron arcilla en vez de plastilina!

 —Si, es hermosa, ¿en serio la hiciste con tus propias manos?

 —Pues claro que si, y de hecho, ¡La maestra dijo que es la más linda que ha visto!

 —Wow, se te vería muy bien la pulsera Andrés

 —No, pensé que sería un gran regalo de cumpleaños para tí, papá me dijo que te gustan las joyas

 —Vaya, tu papá tiene razón, ¡Con gusto usaré la pulsera!

 —¿Te gusta? ¡Siiii!

 El pequeño Andrés se entusiasma cuando ve a su tía ponerse la pulsera, algo chueca y pintada de amarillo, aunque en algunos lados se veía el marrón de la arcilla todavía. El chiquillo ve a Omar, este le pregunta quién es, Omar le responde con que es un amigo de su tía. Luego entra el hermano de Samantha, agotado por perseguir a su hijo por todo el camino. Sin pensárselo dos veces se sentó a comer la milanesa que le había preparado su hermana, ni siquiera vio a Omar, solo se sentó y comió. Cuando lo notó miró a Sam y levantó ambas cejas, mostrando que ya los está emparejando. Samantha demuestra su vergüenza diciéndole que siga comiendo, su hermano se ríe, provocando que su hijo se ría también, aunque no sepa el porqué.

 El sol está un poquito más cerca del oeste y ardía, indicando que ya son las 16:00 pm o cerca. Llegaron más personas, amigos de Samantha, y su padre, que solo ha venido por algunos minutos y luego se fue, es un hombre ocupado, tiene cosas que hacer, pero ama tanto a sus niños que los visita una vez al mes. Algo más tarde el hermano de Samantha va a una habitación y trae un parlante con el que reproducen música pop, ponen una mesa con bocadillos en un rincón de la sala, y comienzan a bailar. La naturaleza asocial de Omar lo llevó a incomodarse, ya que la rubia está hablando con sus otros amigos "Dios, ¿por qué hay tanta gente y ruido?" Ni que fuera una fiesta de 15 años". Antes de salir se despide de los únicos que llegó a conocer y platicar un poco con ellos, Samantha, Andrés y el hermano.

 Cuando ingresó por la puerta de su hogar agarró el móvil y entró al chat de Jessica para buscar el dibujo que tanta controversia tuvo, abrió la imagen, se trataba de un perro con carita sonriente, flotando por los aires gracias a un globo en forma de corazón. "Es muy tierno, tal vez por esto se ha enojado, debí haber visto la imagen ese día". Aparece una hada detrás suyo, con bonita cabellera rubia, ojos que atraviesan su cuerpo para mirar su alma y una voz encantadora que dice cosas extrañas, como en otro idioma, pero cuando más pasa el tiempo más sentido tienen las palabras que suelta, hasta que llegó a creer que entiende a la perfección lo que trata de decir. Creyendo que la hada puede entenderlo preguntó

 —¿Qué haces? ¿Quién eres? ¿Qué tratas de decirme?

 —Oh, lo siento, soy Azulina, una hada Kilius, te estaba tratando de decir que las demás hadas y yo estamos en peligro, pero no parecías entender

 —¿Eh? ¿Por qué unas haditas estarían en peligro? De qué o qué 

 —Mira, te trataré de explicar lo más entendible que pueda. Hace muchos años existió una enfermedad entre las hadas, hacía que las cabezas explotaran como bombas. La cura no se había descubierto aún, hasta que un humano de la tercera edad cultivó algo que las hadas lo vimos valioso. Lo llamamos Ondiseol, preparábamos un té con esa planta, pero poco después de que el anciano haya muerto la medicina se marchitó y todo lo bueno se fue denuevo

 —Oh, es una historia triste, ¿pero por qué me la cuentas? Digo, yo no sé cultivar ese tal Ondiseol

 —Todavía no he contado todo. Hace poco tiempo otro chico más joven cultivaba el mismo medicamento, todos celebramos. Pero en una noche el chico nos descubrió y mató a marchetazos algunas hadas, al oler el aroma a fresas que desprendemos hizo una sopa con los cuerpos que asesinó. Desde esa noche atrae a las hadas dejando Ondiseol en los bosques y las atrapa para comer.

 —Dios, que grotesco

 —Pensamos que podrías hacerte amigo de ese hombre malvado, aprender a como hacer Ondiseol y dárnoslo

 —Pero ¿dónde puede estar? ¡Puede estar del otro lado del mundo la historia que me cuentas! 

 —No, es cerca de aquí, y es un peligro para nosotros, las pequeñas hadas y los duendes 

 —Espera, pero no pueden mandarme a mí a ayud-

 —Tarde

 La pequeña criatura colorida chasqueó sus dedos, haciendo que el piso temblara y se caiga a un abismo. Omar gritó, en su garganta se sentía el gran miedo de hacerse tortilla al chocar contra el fin de ese abismo. Sin embargo abrió los ojos y solo está en su sofá, una manta le calienta el cuerpo, el sol entra pasivamente por la ventana, la estática de la televisión se escucha hasta la calle, aún así se despertó del gran susto en vez de el gran ruido que hay, "Hm, haditas en peligro de extinción, que sueño más raro" él no le tomó importancia a eso, siempre duerme y sueña con cosas raras y extrañas, además, al rato se le olvidó. Unas horas después la puerta hace una especie de "toc toc", al abrirla se encontró con Jessica con cara penosa y una mirada decepcionante, como si estuviera decepcionada de ella misma, quedó unos segundos sin hablar hasta que su mandíbula empezó a moverse y articular un par de palabras



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En el texto hay: mafia, drama, triangulo amoroso

Editado: 01.05.2024

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