Tú eres el hombre que amo

Pasado 1

Celeste

Miro con detenimiento a Owen hablar con un chico que ni idea de quién es, no puedo evitar la emoción que siento de verlo luego de la fiesta organizada por papá. Muerdo mi labio sin saber cómo abordarlo, porque en la fiesta, toda la noche estuve con él, hablando, riendo, conociéndolo y fue tan encantador que cuando papá me dijo que iría a la empresa de los Remington, yo inmediatamente le dije que quería ir con él. Sé que Owen trabaja con su padre y quiero conocerlo más de cerca, saber más de él y de sus gustos.

Me armo de valor y me ordeno caminar hacia él quien al notar mi presencia hace silencio reparándome con cuidado, cada parte de mi cuerpo se emociona porque Owen desprende un magnetismo que me enciende como nunca un hombre en el pasado ha sido capaz de hacerlo, es tan así que me da miedo lo que mi cuerpo experimenta cuando solo lo he visto una vez, bueno, dos si contamos esta.

—Señorita Celeste—habla regalándome una sonrisa que le sale tan natural como la mía al mirarlo.

—Puedes quitar el señorita y yo estaría mucho más cómoda—él se ríe pasando una mano por su pelo, haciéndolo ver realmente sexy. Lamo mis labios de manera inconsciente y sus ojos capturan esta acción, algo brilla en su mirada.

—Celeste, ¿así está mejor?—me estremezco con la manera en que su voz pronuncia mi nombre, tan perfecto, como si encajara perfectamente.

—Muchísimo mejor—él parece recordar a su acompañante porque lo mira un poco avergonzado.

Su compañero es un hombre guapo, de cabellos negros y ojos igual de oscuros, una sonrisa amable se posa en su boca al mirarme. Miro con curiosidad el contraste que tienen ambos hombres.

—Él es mi amigo—es toda su presentación y el chico se ríe sin poder evitarlo dando un paso al frente y teniéndome su mano con amabilidad, la tomo devolviéndole la sonrisa que me regala.

—Soy Carter Becher, un placer Celeste—Owen rueda los ojos y aparta la mano de ambos haciendo reír otra vez al amigo quien mete sus manos en los bolsillos de su pantalón observándonos con curiosidad. Ambos hombres me dan su atención y me sonrojo un poco.

—Estoy curioso de saber qué hace la princesa de los Beckett en mi territorio—su voz hace cosas locas con mi respiración.

—Estoy acompañando a mi padre, pero está en una reunión con el tuyo, así que por ahora estoy sola aquí—él muerde su labio sin quitarme los ojos de encima un solo momento.

—Si quieres te doy un tour por el lugar—se ofrece y yo me hago como que lo pienso cuando realmente estoy lanzando gritos de fan enloquecida en mi interior.

—¿Y tu amigo?—cuestiono mirando al hombre que permanece en silencio solo observándonos.

—Él ya se iba—le lanza una mirada que hace reír a su amigo—y nosotros podemos comenzar nuestro tour—me guiña un ojo y solo le sigo cuando comienza a caminar.

Su voz es exquisita para mis medios auditivos que sigo cada palabra que sale de su boca, él me cuenta del lugar y cada vez estoy más cerca de soltar una estupidez ante toda la atención que sus ojos verdes me dan. En cierto punto llegamos a una oficina que permanece vacía, me adentro mirando todo con curiosidad y escucho la puerta al cerrarse, giro observando como Owen está apoyado en ella bloqueando la una manera de salir de aquí.

Sonrío un poco viendo como sus pasos lentos llegan hasta estar frente a mí, observa mi rostro detenidamente hasta que baja a mis labios.

—¿Qué sucede?—pregunto y mi voz sale un poco estrangulada porque siento el peso de su mirada sobre mi es algo caótico.

—Eres una mujer preciosa, mis ojos simplemente no pueden dejar de verte—confiesa—no he dejado de pensar en ti desde la fiesta, Celeste Beckett—lamo mis labios y le sonrío un poco dando un paso al frente, quedando cerca de él, casi puedo sentir su calor corporal por lo cerca que estoy, su perfume me embriaga de una buena forma.

—Tengo el mismo sentimiento, Owen—su nombre sale exquisito de mis labios, tanto así que una de sus manos cae de manera superficial sobre mi rostro, acaricia suavemente y el toque se siente cálido, él baja la mirada a mi labio inferior y se me corta la respiración cuando su dedo palpa mi labio inferior con anhelo.

—Nunca he sentido estas intensas ganas de besar a alguien que apenas conozco Celeste, y lamento si me estoy comportando como un patán, pero debo ser sincero contigo—suspiro con suavidad y sonrío.

—Pensé que esa noche me robarías un beso—confieso en voz baja—y admito que quise que suceda, pero no ocurrió—me encojo de hombros y él se acerca aún más.

—Nunca es muy tarde para hacerlo—tiemblo un poco y cuando esta por besarme escuchamos pasos afuera, por inercia me alejo de él justo cuando la puerta de la oficina se abre y su padre entra con el rostro hecho furia. Se detiene de abrupto al verme y yo me sonrojo de manera escandalosa.

—No sabía que tenías compañía—dice mirando a su hijo y luego a mí—gusto en verla señorita Beckett—le doy una sonrisa.

—Mucho gusto señor Remington, uhmm... ¿y mi padre?—cuestiono buscando escapar de aquí.

—La espera abajo, que tenga buen día—asiento y estoy por marcharme cuando Owen toma mi mano deteniéndome, lleva mi torso a sus labios besando el lugar con lentitud.

—Ya nos veremos en otra oportunidad Celeste, ten eso por seguro—asiento sintiéndome torpe y camino fuera de la oficina con la respiración hecha un asco y el rostro colorado por lo que ha pasado. Realmente no me lo creo, es demasiado para mi pobre corazón.

Me pongo una mano en el pecho sin creerme que realmente yo estuve tonteando con Owen de esa manera y que aún mejor, él estuvo a punto de besarme.




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