Pasado 5

Celeste

Le regalo una sonrisa al señor Remington, él solo me observa a detalle de una manera que sinceramente me hace sentir incomoda, pero no me puedo alejar porque Owen está conversando algo de negocios con Carter aun cuando estamos en el cumpleaños de su madre. 

Clara sonríe pareciendo casi de la realeza, es una mujer hermosa que destaca por su elegancia y manera de ser. Casi me hace olvidar que su esposo me intimida, digo casi porque continuo tensa y tampoco es como que quiero estar pegada a Owen durante toda la fiesta. Aunque amo estar con él, me gusta también estar socializando, aun cuando soy algo tímida. 

—¿Quiere bailar señor Remington?—cuestiono terminando con el tenso silencio que ambos tenemos. Mi arrebato hace que una sonrisa curve sus labios y debo admitir que a pesar de su edad el padre de mi novio es un hombre muy atractivo. 

Él toma mi mano y me saca a la pista de baile. Marca el paso con una mano en mi espalda, sonrío cuando observo a Owen detener la conversación que tiene para mirar en nuestra dirección. Soy mucho más suelta conforme la canción avanza, a pesar de que no estamos hablando me siento más cómoda que cuando estaba sentada. 

—¿Sabes que puedes llamarme Alex?—la voz de mi suegro me hace elevar la vista hacia él. 

—No estaba segura de sí le gustaría eso—soy sincera con mis palabras y él me hace girar para volverme a llevar, es un buen bailarín, ahora entiendo porque Owen lo es. 

—Ya eres parte de nuestra familia Celeste, mi hijo parece muy ilusionado contigo—confesa y mis mejillas enrojecen. 

—¿Usted cree?—él rueda los ojos. 

—Tutéame—una risa se escapa de mis labios. 

—Bien, Alex—él parece cómodo con eso y cuando la canción termina, otra marca su inicio. Alex vuelve a moverme por la pista. 

—¿Como se tomó tu padre la noticia de su noviazgo?—hago una pequeña mueca ante su pregunta. Papá parece muy feliz, pero aun yo no soy ignorante del todo, sé que mi familia y la de Owen han tenido algún roce en el pasado que espero no afecte nuestra relación. 

—Sinceramente se lo ha tomado muy bien, cree que mi relación con Owen es buena para calmar los problemas que hubo en el pasado—una queja deja mis labios cuando la mano se afianza con fuerza en mi espalda al punto de doler. Alex de inmediato la relaja. 

—Lo siento, no medí la fuerza—un poco confundida asiento y la canción culmina. Lo miro a los ojos. 

—¿Como se tomó usted que Owen salga conmigo?—Alex me observa fijamente, a veces creo que solo yo soy capaz de ver el vacío en sus ojos. Cuando lo miro a los ojos o él me mira fijamente no encuentro calidez, solo vacío y sentimientos renuentes. 

—Como una bendición, créeme, Celeste, me siento feliz por la relación que tienes con mi hijo—con esas palabras me da una palmada en el hombro—iré a sacar a mi esposa a bailar, ¿te importa?—niego dándole el paso para que se aleje. 

Unos brazos fuertes que conozco a la perfección rodean mi cintura y siento un beso en mi cuello, el aroma de Owen inunda mis fosas nasales y el corazón se me acelera como parece que siempre sucederá. En mí está esa emoción como si fuese la primera vez que me toca o besa, parece que nunca desaparecerá y yo tampoco quiero que lo haga. 

—¿Bailas conmigo?—pregunta despacio, llevando sus labios a mi oído. Mi cuerpo se estremece ante su tono bajo y seductor. Asiento y él me gira despacio y me sonríe.  

Amo cuando él sonríe abiertamente, la canción ya está en curso y él me rodea llevando mis manos a sus hombros, gracias a los tacones no tengo molestar con su altura, pero me gusta. Sonrío mirándolo a los ojos y Owen baja un poco para poder besarme despacio. 

Un suspiro se escapa de mis labios y su mano se traslada de manera superficial por encima de mi trasero. 

—No estoy sintiendo ropa interior aquí—susurra cuando se separa. Ruedo los ojos, pero siento mi rostro arder. 

—Hay ropa interior, solo que algo fina—confieso. 

Quise probarme unos conjuntos de lencería que tenía, no son muchas las veces que soy quien toma la iniciativita para sorprender a Owen, pero me gusta cuando lo dejo sin palabras, como sucede en este momento. Me concentro en cómo sus ojos parecen oscurecerse producto del deseo y mi garganta se siente seca porque sé lo que sucede cuando él me mira de esa manera. 

—¿Qué tan finas?—mi mirada pasa a las personas que bailan cerca de nosotros, una de sus manos suelta mi cuerpo para ir a mi mentón y hacerme mirarlo—quiero que cuando yo esté frente a ti, tu atención nunca se desvíe a otra persona. Soy demandante cuando de ti se trata, siempre quiero esos hermosos ojos en mí, preferiblemente esa boquita tan sexy en cada parte de mi cuerpo—se acerca a mi oído y todo mi cuerpo se estremece—si se puede, cada parte de ti unida a mi—una risa nerviosa se escapa de mis labios y me obligo a no apartar la mirada de él. 

—Estuve pensando—susurro tratando de cambiar de tema. 

—¿En qué piensa esta cabecita tan brillante?—él besa la comisura de mis labios. 

—¿Te gustaría tener hijos?—pregunto con curiosidad, es un tema del que nunca hemos hablado, pero quiero saber más cosas de Owen.  

Él se queda en silencio pareciendo sorprendido con mi pregunta y con el cambio de tema.  

—¿Acaso tú...?—frunzo el ceño ante su pregunta antes de reírme de una manera nada discreta causando que muchos invitados miren en nuestra dirección. 

—¡No!—chillo casi horrorizada—no estoy embarazada, solo es una pregunta—él suspira aliviado retornando nuestro baile. 

Porque, aunque Owen y yo llevamos una vida sexual muy activa, ambos somos muy cuidadosos sobre la protección. Yo aún estoy muy joven para tener un bebé y mi relación con Owen, aunque no es super reciente ya que tenemos meses, no estamos en ese punto aun. 

—Antes no lo había considerado, pero si es contigo, no tengo problemas en tener algunos, quizás tres niños—él sonríe como si la idea le gustara—sí, si tenemos niños tú y yo, estoy seguro de que serán un gusto para la vista de todos los demás—niego divertida.